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José Ramón Lete recupera su pasado más tinerfeño

El Secretario de Estado para el Deporte, de visita estos días en la Isla, fue un base elegante que militó a comienzos de los 80 en el histórico equipo del RC Náutico de la máxima categoría nacional
Lete intenta anotar con una bandeja durante un partido en casa ante el Joventut. / DA

José Ramón Lete fue un base que a comienzos de los años 80 militó en las filas del histórico RC Náutico de Tenerife. Su privilegiada cabeza, además de dotarle de la capacidad para jugar y hacer jugar a sus compañeros le sirvió para estudiar cuatro titulaciones universitarias y, con los años, convertirse en el Secretario de Estado para el Deporte.

Llegó a la Isla para enrolarse en las filas del mítico cuadro de la Avenida de Anaga, estandarte cestista de la Isla por aquel entonces. Lo hizo junto a su pareja por aquel entonces, Ana Ruth Domínguez, también jugadora de baloncesto, que aprovecharía su estancia en la Isla para comprometerse con el Tenerife Krystal de la máxima categoría femenina.

Lete, que había formado parte de las plantillas del Breogán lucense y del Helios Zaragoza tras formarse en la prolífica cantera del colegio San Viator, se integró de un equipo que tuvo varios entrenadores en aquella campaña 1980/1981, entre ellos Noni Borges, y que contaba con un plantel con prometedores jugadores canarios. Apuntalaban aquella escuadra el norteamericano Matt White, que perdió la vida en 2013 en Estados Unidos apuñalado por su esposa y Pedro Febles, recientemente fallecido, además del talentoso López Abellán que temporadas más tarde cambiaría Santa Cruz por La Laguna enrolándose en el CB Canarias, Ramón Barrera, Lautaro Mulá o Rubén Rodríguez.

Lete, el segundo por la derecha, en la fila de abajo, en una formación del RC Náutico. / DA

Desde la base emergían jugadores como Luis Macías o Carlos Aguilar y en la grada había una generación que crecería marcada por el baloncesto como deporte alternativo al fútbol. Aguilar recuerda a Lete como un “muy buen base” que colaboró en el primer año a que los nautas salvaran la categoría con nueve triunfos, un empate y 17 derrotas. “Era capaz de anotar, defendía muy bien, mandaba y tomaba decisiones porque técnicamente era muy bueno”, señalaba Carlos Aguilar.

Lete dejó la Isla al año siguiente. El Náutico no pudo escapar del descenso. El ahora máximo mandatario del deporte estatal seguiría su carrera deportiva en el Estudiantes para finalizarla luego en el Obradoiro en Primera B.

Lete, el segundo por la izquierda en la fila de abajo, en el refugio de Altavista, durante una pretemporada en el Teide. / DA

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