sociedad

La AFFP denuncia que faltan medio centenar de funcionarios en las prisiones tinerfeñas

Tanto este sindicato como CC.OO., CSIF Y UGT no acudirán mañana lunes a los actos por la Patrona de Instituciones Penitenciarias en protesta por las carencias detectadas en toda España
Entrada al Centro penitenciario Tenerife II, en El Rosario. DA
Entrada al Centro penitenciario Tenerife II, en El Rosario. DA
Entrada al Centro penitenciario Tenerife II, en El Rosario. DA

La Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (AFFP) denunció ayer a este periódico las carencias con las que tienen que desarrollar su labor diariamente, y que, por ejemplo, se reflejan en el medio centenar de vacantes que no se han cubierto en los tres centros de la provincia tinerfeña: el de Santa Cruz de La Palma, Tenerife II (El Rosario) y el Centro de Inserción Social (CIS) Mercedes Pinto (Santa Cruz de Tenerife). Otro de los graves problemas que motivan la protesta de este sindicato radica en la media de edad de los funcionarios en las prisiones de todo el país, actualmente fijada en 46 años. La cifra apenas se rebaja en un año, si solo se toma como referencia los tres centros de esta provincia. Por todo ello, tanto la AFFP como los sindicatos CC.OO., UGT y CSIF anuncian que no participarán en los actos con motivo de la Festividad de la Merced, patrona de Instituciones Penitenciarias, y que en nuestra isla están previstos para mañana lunes día 25 de septiembre.

Las carencias de personal, según detalla la nota remitida por la AFFP, se reproducen por toda la geografía nacional. “El número de funcionarios que hay actualmente en prisiones es de 21.274, cuando realmente lo que establecen las Relaciones de Puesto de Trabajo (RPT) son 23.392, lo que supone un déficit de más de 2.118 efectivos, todo ello sin contar los funcionarios de las dos nuevas prisiones de Ceuta y Málaga II, ni el personal laboral, lo que suponen más de 3.000 efectivos que al día de la fecha se necesitarían en prisiones para cubrir las vacantes”.

No son pocas las consecuencias negativas de esta falta de personal en un trabajo ya de por sí complejo, como es obvio. De especial interés son sus efectos para la seguridad de los centros: “La falta de efectivos también redunda en el aumento de las agresiones y en su gravedad hacia los funcionarios. Proliferan los módulos de respeto (terapéuticos, libres de droga) en detrimento del resto de módulos donde se destinan a los internos que no son aptos o renuncian a los módulos de respeto, o que por sus perfiles conflictivos e inadaptados, junto con la mezcla de distintas nacionalidades, unido al problema más importante, que no es otro que los internos con trastornos psiquiátricos, problemas mentales, con tratamientos que suponen una cantidad elevada de medicación, y los problemas propios de una cárcel como la droga o situación económica de cada interno, etc. Todo ello es lo que conforma una conducta impredecible, lo que conlleva una agresividad elevada que luego se traslada entre los propios internos y hacia los funcionarios, produciéndose un aumento de las agresiones y con una mayor virulencia lo que comporta una mayor gravedad de las mismas, y donde estamos viendo el aumento exponencial de las lesiones graves a los funcionarios, por el simple hecho en la mayoría de los casos de salvaguardar la integridad física de los propios internos, y donde los estados de agitación provocan una fuerza inusitada de los propios internos a la hora de la intervención de los funcionarios”, describe con especial acierto el sindicato en cuestión. El resultado de todo ello se traduce en estas cifras: en 2011 se contabilizaron 427 agresiones, por 406 al año siguiente. En 2013 bajaron a 314, para remontar en 2014 hasta un total de 359. Hace dos años fueron 342, en 2016 crecieron de nuevo hasta 360. En lo que llevamos de este 2017 suman hasta 190 agresiones contra funcionarios. “Son cifras inaceptables”, concluye la AFFP.

TE PUEDE INTERESAR