investigaciÓn vulcanolÓgica

Un buque oceanográfico, rumbo a La Palma para estudiar el mar tras los enjambres sísmicos

A petición del comité científico del PEVOLCA, el Ángeles Alvariño, perteneciente al Instituto Español de Oceanografía, tomará muestras junto a la Isla Bonita durante dos días antes de una nueva campaña de observación de las aguas sobre el volcán Tagoro, en El Hierro
El buque Ángeles Alvariño, en el puerto de la capital tinerfeña. / SERGIO MÉNDEZ

El mar cubre gran parte de Canarias. De hecho, lo que emerge de las islas es solo una porción de los enormes edificios que han construido los volcanes desde el fondo del océano, a más de 3 kilómetros de profundidad desde la superficie.

Trece científicos y 16 tripulantes inician este fin de semana a bordo del buque oceanográfico español Ángeles Alvariño, del Instituto Español de Oceanografía (IEO), una nueva campaña del proyecto Vulcano II, en la isla de El Hierro, que durante 15 días dos veces al año visita las aguas de la Isla del Meridiano para hacer un seguimiento de la zona donde ocurrió la erupción submarina frente a la Restinga en el año 2011.

Pero en esta ocasión, a petición del comité de seguimiento del Pevolca (Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por riesgo volcánico en la Comunidad Autónoma de Canarias), el buque desviará antes su ruta para tomar muestras durante dos días en las aguas del sur de La Palma.
Así lo han avanzado a este diario el investigador del IEO y coordinador científico del proyecto, Eugenio Fraile, y la directora en Canarias del Instituto Geográfico Nacional (IGN), María José Blanco, con quienes DIARIO DE AVISOS recorrió el buque ayer, que se encontraba atracado en el puerto de Santa Cruz de Tenerife para repostaje y avituallamiento.

En la expedición participan el IEO, el IGN, el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), el Instituto Vulcanológico de Canarias (Involcan) así como el grupo Quima-Iocag de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y la Universidad de La Laguna.

Tanto Fraile como Blanco subrayan que la toma de muestras en La Palma no obedece a ninguna señal en el mar de un proceso eruptivo en curso, ni a que se espere una inminente erupción, sino a que desde el comité científico del Pevolca, tras los enjambres sísmicos recientes, se ha considerado conveniente aprovechar que el buque se encuentra en Canarias para “definir en La Palma el nivel base de las propiedades de las aguas”, es decir, el estado actual de todos los parámetros que se miden, para, en expediciones posteriores, poder comparar y detectar, si las hubiera, anomalías.

Así, los científicos estudiarán la temperatura, la conductividad, la presión, la salinidad, el pH, el dióxido de carbono, la alcalinidad, los gases nobles, o la conductividad de la columna de agua, la presión, la fluorescencia, la turbidez, el oxígeno disuelto… y así hasta más de 40 parámetros físico-químicos así en su distribución longitudinal de los fondos marinos de La Palma.

LA PALMA, YA SIN SISMICIDAD, Y SIN TAMPOCO ANOMALÍES EN TERRENO Y GASES

La directora territorial del IGN envía un mensaje de tranquilidad sobre la situación volcánica en La Palma, tras los enjambres sísmicos recientes. Desde el día 14 han cesado los movimientos (en todo caso imperceptibles para la población), y el IGN no ha registrado deformación del terreno (para medir este parámetro el citado centro científico ha instalado una estación GPS en la Isla, que se suma a las 4 que ya tenía operativas), además de que las emisiones de gases “están en los valores normales, según ha publicado Involcan”. Pese a ello, “la ciencia continúa investigando en La Palma, haya sismicidad o no, para conocer mejor el fenómeno, tanto cuando hay inestabilidad como cuando no”.

En el caso actual de la isla Bonita, como también en Tenerife, “hay que tener en cuenta que puede haber muchos enjambres sísmicos y no pasar nada; lo que sí podemos es adelantarnos en el tiempo a una erupción gracias al instrumental”. “De hecho”, recuerda la física del IGN, “en El Hierro, el 19 de julio de 2011 se detectó sismicidad, pero la gente solo empezó a sentir los terremotos en septiembre”, y fue el 10 de octubre cuando comenzó la erupción submarina del que luego se denominó volcán Tagoro, a una milla de La Restinga. A su juicio, es necesario aumentar el conocimiento que la población canaria tiene de los fenómenos volcánicos, “ampliando incluso el currículum actual en la enseñanza reglada”, para evitar el alarmismo innecesario, porque se trata de una actividad geológica con la que hay que convivir en un archipiélago como Canarias.

Unas islas que existen, y donde es posible el suelo donde se asentó la vida y la civilización, precisamente por los materiales arrojados en millones de años de erupciones. Y ante la cual, sostiene la responsable del IGN, lo mejor es la prevención y el seguimiento científico, que ahora cuenta con el mejor instrumental de toda la historia instalado en el Archipiélago.

UN BUQUE CIENTÍFICO QUE CUESTA 9.500 EUROS AL DÍA

El buque, que ayer pudo visitar DIARIO DE AVISOS, está al mando del capitán Antonio Álvarez, y está dotado del instrumental necesario para llevar a cabo investigaciones de oceanografía física, química, geológica y pesquera. Su roseta (estructura metálica donde van instalados los sensores que miden los diversos parámetros físico-químicos) puede alcanzar los 6.800 metros de profundidad, por lo que, gracias a sus herméticas carcasas de titanio, son capaces de soportar las más de 600 atmósferas de presión en esos fondos abisales, detalla el investigador principal del proyecto. También dispone de un vehículo robotizado, con cámaras, capaz de inmersiones hasta los dos kilómetros de profundidad (ROV Liropus 2000).

El coste diario de mantener el buque es de unos 9.500 euros, y dispone de una autonomía de navegación de un mes. Genera su propia agua y recicla gran parte de sus residuos -la fracción no reutilizable se empaca en el propio barco sin expulsar ningún residuo al medio.

EL HIERRO, DE LA DESTRUCCIÓN A LA RECUPERACIÓN DE LA VIDA

En cuanto a la erupción de El Hierro, tanto Blanco como Fraile fueron testigos de excepción y protagonistas, desde el principio, del estudio científico de este episodio volcánico que comenzó en octubre de 2011 y se dio por finalizado en marzo de 2012. “Yo estaba a bordo del buque Ramón Margalef, y pude ver el mayor evento de burbujeo del volcán en el mar; fue impresionante, y todo ello un hito para la oceanografía española poder medir ese fenómeno”, evoca el investigador principal de Vulcano II, un proyecto del que se puede hacer un seguimiento por Internet en la web www.vulcanoelhierro.es. Por entonces, la erupción causó “mortandad de organismos marinos por falta de oxígeno y acidificación del agua, así como por un aumento de temperatura nada menos que de 18 grados por encima de lo normal”.

Sin embargo, Fraile contrasta aquella realidad destructora con la que ahora, creadora, puede encontrarse en el mar de Las Calmas y su entorno: “Seis años después, el volcán ha sido responsable de la rápida regeneración del medio marino,tanto en flora como en fauna, por la emisión de nutrientes, así como hierro bioasimilable, que es un elemento fundamental para la vida, y ese volcán se los suministra, es decir, fertiliza de forma natural el océano”. Transcurridos estos años, según señala el científico del IEO, “todavía, a día de hoy, el volcán Tagoro sigue emitiendo gases, calor, hierro y nutrientes”.

Blanco también trae a la memoria su inolvidable experiencia en El Hierro, como responsable del equipo científico que tenía que asesorar a las autoridades para la prevención civil: “Fue la primera vez que vi una erupción de cerca; cuando el tremor aumentó su amplitud, siendo sentido por los habitantes de La Restinga, los gestores de la emergencia decidieron que la población tenía que ser evacuada”. En realidad a muy poca distancia (una milla no es nada en la naturaleza) del local donde el IGN tenía su base en El Hierro se abrieron las entrañas de la tierra y empezó a salir lava.

Para el tiempo humano, una erupción volcánica es una novedad, pero en tiempo geológico es un acontecimiento cotidiano, la forma en que nacieron y se han desarrollado las Canarias, algunas de cuyas islas siguen creciendo.

Habrá que acostumbrarse, por tanto, con la tranquilidad de que los científicos vigilan para garantizar la seguridad de la población.

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