al fin es lunes

Cuéntame de qué va ese revuelo

El revuelo catalán propiamente dicho, me cuenta Carmelo desde esa mesa de redacción en la que ya no le cabe ni un ejemplar retrasado (se diría que se alimenta de periódicos atrasados este ratón de hemeroteca), le ha sucedido el revuelo del periodismo mundial sobre el revuelo catalán. “Cuéntame de eso”.

Esa es su orden favorita: “cuéntame de eso”. La verdad es que me agarró haciendo ese recuento: los periodistas extranjeros, incluidos los más importantes, de periódicos que siempre hemos tenido por muy serios, han decidido que ya era hora de tener una revolución, y se han puesto a contarla. Es la Revolución Catalana. La desgraciada actuación de la policía el día del referéndum ilegal del 1 de octubre les ha dado las imágenes y luego ellos han puesto los verbos. Hace muchísimo tiempo Hearst, que inspiró a Orson Welles para Ciudadano Kane, lo organizó todo para que hubiera guerra en Cuba. Unos ponían los barcos y las armas, él ponía los verbos.

Y eso ha pasado con Cataluña: con unas cuantas imágenes, algunas lamentablemente reales y otras francamente manipuladas, los periodistas de diarios y medios importantes de Estados Unidos y de Europa se lanzaron a la yugular de España, a la que llamaron fascista sin que se les moviera un pelo.

Ahora tú dices en Nueva York, en Londres, en Miami, donde estoy, que eres español y te miran como te miraban cuando vivía Franco. O sea: las autoridades que mandan ahora en Cataluña declaran un referéndum ilegal, se prohíbe semejante pantomima y los culpables legales no son los convocantes sino aquellos que tratan de restaurar el orden. “Ah, no, es que así es como se hacen las revoluciones”, te dicen los más listos del oficio.

Vale, así se hacen las revoluciones, dependiendo de quienes las hagan. En este caso, la supuesta revolución ha sido hecha por la burguesía acomodada de Cataluña with a little help from your friends de la Cup. Esa pequeña ayuda de los cuperos ha significado muchísimo en la explicación mundial, supuestamente revolucionaria, de este lío monumental que tienen ahora entre manos Puigdemont y, de paso, Rajoy.

Yo he visto en los medios que se ven o se leen en Miami cómo se ha manipulado la génesis y el desarrollo de ese movimiento dizque revolucionario. Y como periodista se me han puesto los pelos de punta.

Y eso le dije a Carmelo:

-No me pidas que te lo cuente porque se me ponen los pelos de punta.
-Pues sosiégate, me dijo, y mándate una piña millo.

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