El colectivo de las personas afectadas por problemas de salud mental es uno de los más perjudicados por la vulneración de los derechos humanos, entre otras cuestiones, motivada por la utilización de determinadas técnicas médicas, incluidas aún en protocolos sanitarios. Para visibilizar este problema, concienciar a la sociedad -ya que es un asunto que afecta a toda la población-, al igual que para luchar contra dicha situación, la AFES Salud Mental organizó ayer un coloquio sobre el asunto con motivo de la celebración, el próximo 10 de octubre, del Día Mundial de la Salud Mental.
En el foro participaron Miguel Ángel Thous, médico forense; Ana Carralero, enfermera especializada en Salud Mental, y Miguel Bustión, integrador social y experto en primera persona, además de los responsables de la entidad. El médico forense explicó a este medio que hay que dar visibilidad a este problema, ya que los “derechos humanos se vulneran a diario”. Apuntó que, en su trayectoria profesional ha sido testigo de diversos casos, entre los que se encuentra contenciones mecánicas, internamientos prolongados de pacientes o falta de recursos. Asimismo, denunció que en muchas situaciones las leyes no se cumplen e instó a familiares y allegados de los propios afectados a que velen por que se respeten sus derechos fundamentales.
Una de las herramientas básicas para evitar situaciones así son los propios profesionales sanitarios. Así lo puso de manifiesto Ana Carralero, quien insistió además en que, como recoge la propia Organización de las Naciones Unidas (ONU), la falta de recursos no debe ser impedimento para que se respeten los derechos fundamentales, ni para justificar el maltrato. Animó a los profesionales a poner en marcha su capacidad de acción para luchar contra situaciones inadecuadas. En esta línea, Miguel Bustión apuntó que los colectivos de apoyo han detectado situaciones de presiones hacia los profesionales por negarse a determinadas prácticas.
En estos momentos se calcula que una de cada cuatro personas padece o podría padecer un problema de salud mental. Se trata, por tanto, de una patología que afecta a un gran número de personas, no solo a los propios enfermos, ya que también toca de lleno a sus familiares y allegados. Así lo explicó Alicia Silva, gerente de AFES, quien recordó que el colectivo, que cumple este año su 35 aniversario, cuenta con 800 asociados y atiende a unas 1.200 personas. El presidente de la asociación, Enrique González, hizo hincapié en que hay vertientes, como el apoyo social, que hay que fomentar más, frente a otras técnicas de carácter médico, y demandó más recursos y mayor sensibilización.
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