Egipto, un país de mayoría musulmana, ve aún la homosexualidad como una enfermedad. Sigue siendo un tema tabú y las personas tratan de mantener en secreto su orientación sexual.
Desde el pasado 22 de septiembre, las autoridades egipcias buscan y arrestan a quienes mostraron banderas arco iris durante el concierto de una banda libanesa cuyo líder es abiertamente gay.
Las organizaciones Human Rights Watch y Amnistía Internacional están exigiendo al gobierno egipcio la liberación de los detenidos y el abandono de la práctica de estos exámenes anales, que se estarían utilizando para determinar si los acusados han mantenido relaciones íntimas con hombres o no.
Por si fuera poco, al margen de la persecución por parte de las autoridades, la prensa parece estar dedicándose a señalar a quien sospecha que pueda ser homosexual, según denuncia el Times of Israel.