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El exresponsable de Legionarios de Cristo confiesa que tiene dos hijos y deja el sacerdocio

Óscar Turrión ha manifestado "su intención de abandonar el ministerio sacerdotal y de solicitar la dispensa de las obligaciones contraídas con su ordenación"
Óscar Turrión

El sacerdote Óscar Turrión, exrector del Pontificio Colegio Internacional Maria Mater Ecclesiae, un seminario ubicado en Roma que se dedica a la formación de sacerdotes desde 1991, ha confesado en una carta que tiene dos hijos y ha abandonado el sacerdocio, según ha informado la propia orden religiosa.

“Su superior mayor le concedió este permiso, a tenor del artículo 665 del Código de Derecho Canónico, con la restricción de no ejercer el ministerio sacerdotal en público”, ha reconocido la congregación.

En marzo, el sacerdote Turrión había revelado a sus superiores que acababa de tener una hija, y después pidió permiso para vivir un tiempo fuera de la comunidad para reflexionar y orar, según han comunicado desde los Legionarios.

“Al conocer este hecho, los superiores procedieron a solicitar a la Santa Sede el nombramiento de un nuevo rector del seminario, que inició su mandato en el mes de agosto”, han indicado en un comunicado hecho público el pasado viernes.

El mismo jueves, el padre Turrión reconoció que tuvo otro hijo, con la misma mujer, hace unos años. De este modo, ha manifestado “su intención de abandonar el ministerio sacerdotal y de solicitar la dispensa de las obligaciones contraídas con su ordenación”.

La orden de los Legionarios de Cristo también ha hecho pública la carta del religioso en la que pide “perdón por el escándalo”. “Perdón por mi mal ejemplo y el testimonio negativo que he dado”, afirma Turrión.

En el comunicado, los Legionarios de Cristo han lamentado lo ocurrido y expresan su compromiso “en el camino de renovación” que aseguran “seguir recorriendo de la mano de la Iglesia”.

La orden de los Legionarios de Cristo fue fundada en México por Marcial Maciel, un sacerdote acusado de cometer abusos sexuales. En 2014, la congregación pidió perdón por sus comportamientos “gravísimos y objetivamente inmorales” y lamentó el “largo silencio institucional” guardado hasta ahora.

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