sociedad

Francisco Nicolás: “Me creí influyente, pero solo era un chaval con aires de grandeza”

“Me siento canario, a pesar de no haber nacido aquí. Además, Canarias es la comunidad con mayor proyección. No se le da la importancia que tiene", afirma conocido como 'el pequeño Nicolás'
Francisco Nicolás Gómez. | FRAN PALLERO

No es el primer entrevistado que se presenta anunciando que no puede contar nada, pero lo cierto es que pone empeño en que así sea, así que el reto está servido. Tras un par de años hablando por los codos en los medios, Francisco Nicolás Gómez Iglesias (Madrid, 1994, más conocido como el pequeño Nicolás, un personaje de René Goscinny similar a Guillermo el travieso, de Richmal Crompton) se disculpa de antemano por no pronunciarse acerca de los momentos más escabrosos de su corta pero agitada existencia, que incluye desde relaciones con el CNI, la Vicepresidencia del Gobierno o la Casa Real hasta su participación en Gran Hermano o su desempeño entre bambalinas en el mercado de futbolistas como Vitolo Machín o Roque Mesa (él lo niega). Una entrevista en exclusiva.

-Tanta exposición pública, pero ahora dice que toca perfil bajo…

“Lo bueno que tenemos los charlatanes es que hablamos mucho pero no decimos nada. Eso está bien (sonríe). Ahora en serio, he sufrido una presión mediática considerable durante los últimos tres años. Impactante, porque he sido portada de muchos o de todos los periódicos a nivel nacional, he abierto informativos y he salido todos los días en todos los matinales un año entero”.

-¿Ha sufrido acoso por parte de la prensa?

“Los medios algunas veces, como tienen que actuar tan rápido, no cuentan todo como debieran. Hay tanta información que los medios, en el afán por ser los primeros, ignoran cómo puede afectar a una persona. Ahora lo mejor para mí, sobre todo para crecer a nivel mental, es estar en un segundo plano”.

-¿Ha escarmentado?

“Aunque parezca una persona con mucha autoconfianza, lo cierto es que soy desconfiado”.

-¿El coste es más personal que profesional?

“En realidad, están muy relacionados lo personal y lo profesional. Al final, los negocios los haces con personas. Que una persona ya tenga un concepto de ti cuando te vas a reunir, pues te afecta mucho, y más si estás en primera línea. Así que la decisión es pasar a una segunda línea y dedicarme solo a negocios privados. Y eso es lo que estoy haciendo hace más de un año”.

-Pero la fama abre puertas, también para los negocios…

“Te las abre igual que te las cierra. Estaba mucho más tranquilo cuando nadie me conocía. Es verdad, hay ventajas, pero muchos inconvenientes. La libertad de una persona, para hacer lo que quiera y cuando quiera sin que nadie te conozca, no se paga con dinero”.

-¿Era más feliz antes del 14 de octubre de 2014, cuando fue detenido por Asuntos Internos?

“No es que fuera más feliz. Las personas nos tenemos que adaptar, y he sufrido y he tenido que reinventarme en un tiempo muy corto. La madurez que me he visto obligado a tener no es la misma que la de un chaval de 20 años”.

-Antes de ese día, usted afirmaba que se codeaba con el CNI, con la Vicepresidencia y con la Casa Real… Tampoco eran actos propios de los 20 años.

“Pero no dejaba de ser un chaval de 20 años, por mucho que yo me creyera mayor. Te reúnes con gente poderosa e influyente y tú te crees influyente, pero no me daba cuenta de que era un simple chaval con aires de grandeza”.

-¿Qué salió mal?

“Las cosas hay que asumirlas. Yo estaba en el lugar adecuado, pero no en la edad adecuada. Y, al final, a una persona de 20 años de edad no la puedes tratar como a una de 45, porque por mucha apariencia que haya, detrás no hay esa experiencia”.

Francisco Nicolás Gómez. | FRAN PALLERO

-¿Qué ha aprendido?

“Nada”.

-¿Volvería a hacer todo igual entonces?

“¡No, no! Lo que sí he aprendido es a hacer lo que estoy haciendo, que es no contar nada. Sobre todo por la envidia. El principal problema que he tenido es que siendo muy joven me reúno con dueños o directores generales de empresas, y es verdad que a la gente que está por debajo le asombra que me lleve bien con sus jefes”.

-¿En qué trabaja ahora?

“Negocios. Soy empresario. En el mundo del fútbol, que me gusta mucho y me lo paso muy bien y es un negocio en auge, cada vez más rentable. También otros negocios de startups en Madrid, e incluso en Barcelona”.

-¿Qué tuvo que ver con el fichaje de Vitolo Machín?

“Bueno… Nada que ver”.

-Hay fotos en las que se le ve celebrando el fichaje con el propio Vitolo… ¿Y con el de Roque Mesa por el Swansea?

“Roque Mesa es muy amigo mío… Como casi toda la plantilla de la UD Las Palmas”.

-¿Asesora a sus futbolistas?

“Sí, claro. Hay futbolistas a los que les interesa contar con una segunda opinión o directamente me encargan a mí su futuro profesional”.

-¿Me confirma algún nombre?

“No (ríe). En muchas operaciones de las que hago no salgo, y cada vez serán más, porque así tengo más tranquilidad. Si saben que estoy detrás, puede influir en alguna operación, porque saben de mis debilidades y de mis virtudes, así que mejor así”.

-¿Cómo llegó a la UD?

“Recuerdo haber ido al Insular de pequeñito. Siempre he sido del Real Madrid y de la UD Las Palmas. Como venía aquí todos los años, al final lo sentí como propio”.

-¿Tiene algún vínculo oficial con el club amarillo?

“Tengo una excelente relación con la Junta Directiva y con el presidente. Saben que siempre me tienen a su total disposición”.

-¿Canarias es su refugio?

“Me siento canario, a pesar de no haber nacido aquí. Además, Canarias es la comunidad con mayor proyección. No se le da la importancia que tiene, y esa es mi idea: ayudar, ganar dinero, y que haya menos paro en las Islas. Pero desde lo privado”.

-¿No le haría feliz ser político? Llegó a plantearse una candidatura para el Senado.

“Entrar en política es lo que más me haría feliz, pero no lo haré. No puedo hacer pasar a mi familia por lo que ha pasado”.

-Volvamos al pasado. Lo tenía todo. ¿Qué le pasó?

“(Sonríe) Le advertí de que no iba a contarle nada. Le puedo decir que fue un fallo de comunicación”.

-¿Qué relaciones mantuvo con el Centro Nacional de Inteligencia?

“Lo que hice en el pasado o no hice, queda en el pasado. He hablado mucho, y es que me prohíben ya hablar de asuntos judiciales. Sí puedo decir que ya se han archivado seis causas judiciales y queda la última. Espero que salga igual de bien. Después de tres años, no tengo ninguna condena ni tengo antecedentes penales”.

-¿No son tres? Por presunta suplantación de identidad para aprobar la Selectividad, otra por una presunta trama policial…

“Sí, y la tercera que ni me acuerdo. Digo que es una causa porque son piezas separadas en el mismo juzgado”.

-Le piden 15 años de prisión…

“Bueno. Eso piensa la Fiscalía. Respeto absoluto a la Justicia. Lo siento, pero me han prohibido hablar sobre el tema”.

-¿Le han denunciado muchos empresarios?

“Ninguno. Todas las denuncias han sido de oficio”.

-¿Cree que ha sido objeto de una venganza?

“Me aburre hablar del pasado. Entiendo que tenga mucha notoriedad, pero cansa que te pregunten lo mismo el resto de tu vida, o que te sigan llamando el pequeño Nicolás. Tendré 50 años y me llamarán el pequeño Nicolás”.

-¿Quién le puso el mote?

“La prensa”.

-¿Algún periodista concreto?

“Sí. Uno de El Confidencial [José María Olmo]”.

-¿Le felicita las pascuas regularmente desde entonces?

“No, no… No le guardo rencor a nadie, ni le deseo mal a nadie. No tengo enemigos”.

Francisco Nicolás Gómez. | FRAN PALLERO

-¿Qué aprendió en las altas esferas?

“Que allí no hay ideologías, no hay izquierdas ni derechas. Que solo existe el poder”.

-¿Al poder le importan las personas?

“A mí sí. Pero al poder no. Al final son sociópatas los que están en el poder. Les importa más lo que les pase a ellos que a los demás”.

-¿Lo han traicionado mucho?

“No, porque primero hay que ser amigo”.

-¿Le han tomado el pelo?

“Yo me aproveché y ellos se aprovecharon. En tablas”.

-¿Y en Gran Hermano? ¿Qué aprendió?

“Fue horrible. Ni puedes dormir por el ruido y la luz, ni puedes comer como no ganes las pruebas que te ponen”.

-¿Qué le dice la gente?

“Que soy un crack por la que he liado. El otro día me dijo una importante empresaria que le gustaría que su hijo fuera como yo”.

-¿Qué le respondió?

“¡Ni se le ocurra!”.

-Por último. ¿No habla porque le han dicho que le conviene que no lo haga?

“¿Qué quiere que responda?”.

TE PUEDE INTERESAR