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El gas en Tenerife supondría un ahorro de 100 millones anuales

La ULL elabora un informe que ratifica que la introducción del gas en la Isla es la mejor opción desde el punto de vista de los costes y las emisiones y complementa a las renovables

Un informe de la Universidad de La Laguna (ULL) sobre los efectos de la introducción del gas natural en Tenerife no solo confirma que la entrada de esta fuente de energía en la Isla implicaría “mejoras muy significativas” de los costes de generación de electricidad, de eficiencia energética y de emisiones de CO2, sino que además supondría un ahorro anual estimado de 100,25 millones de euros para el sistema eléctrico isleño.

El documento, al que ha tenido acceso este periódico, tiene fecha de enero de este año y fue elaborado por el departamento de Economía, Contabilidad y Finanzas, y Centro de Estudios de Desigualdad Social y Gobernanza (Cedesog) de la ULL con el objetivo de actualizar un anterior informe de 2013.

En el estudio de 2013, el ahorro por introducir gas natural fue estimado en 135,6 millones de euros, mientras que en el escenario actual (mucho más favorable para el petróleo y menos para el gas natural) los ahorros son menores, “pero siguen siendo muy significativos”, ascendiendo a 100,25 millones. En ambos casos, estas cifras se deben exclusivamente a la sustitución del gasóleo por gas natural en el funcionamiento de los ciclos combinados. Mayores ahorros se pueden conseguir”, señala el informe, “si, además, aumenta la penetración de la eólica, complementando de este modo los ahorros que se generan de la introducción del gas natural”.

Así, suponiendo un 55% de peso del gas en el mix, los resultados de este informe también confirman lo dicho hace cuatro años, aunque si bien, en 2013 la ULL estimó el ahorro promedio anual en 170 millones, ahora lo rebaja a 102 millones. Los 68 millones de diferencia se deben, en primer lugar, a que en el anterior estudio se comparaba el escenario del gas con el mix de renovables del PECAN con la situación real en aquel momento, es decir, con muy poca renovable; y en segundo lugar, a que la diferencia de precios entre el gas y los derivados del petróleo se han reducido con respecto a los datos del primer estudio.

Sin embargo, la implantación del gas en Tenerife pasa por la construcción de la planta regasificadora en el puerto de Granadilla, un proyecto que se remonta al año 2000, y que la pasada semana recibió un nuevo varapalo, ya que la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) recomendó al Ministerio de Energía que no diese la autorización administrativa al operador Enagás para iniciar las obras de la planta hasta que se garantizase su uso. Aunque este informe de la CNMC no es vinculante, genera dudas sobre la viabilidad del proyecto, sobre todo, para los detractores de la instalación mayoritariamente de Gran Canaria, donde se ha rechazado la planta de gas de Arinaga.

Si a renovables

En cambio, el informe de la ULL es tajante y deja bien claro los beneficios de la introducción del gas natural en la Isla, sin perjuicio de la penetración de las energías renovables en los próximos 20 años. Es más, señala que entre 2009 y 2016, el ahorro si se hubiera introducido el gas natural hubiera superado los 50 millones de euros anuales a partir del tercer año, con un valor acumulado en el periodo 2009-2016 de 383 millones. En cambio, destaca que la cantidad de CO2 emitida de más a la atmósfera cada año fue de casi 440.000 toneladas.

En relación al periodo de planificación 2020 (fecha previsible de la finalización de las obras)-2040, el informe señala que utilizar el gas natural en los ciclos combinados sustituyendo al gasóleo podrá suponer un ahorro de 85 millones de euros anuales cuando el peso en el mix de ambas opciones sea del 45% , “lo cual es técnicamente factible”. Bajo este último escenario, “la cifra de ahorro superaría los 2.000 millones de euros para el periodo de 20 años”.

“Estas cifras nos llevan a concluir”, dice textualmente el informe, “que la mejor opción desde el punto de vista de los costes y de las emisiones, es introducir el gas natural y utilizarlo en la mayor medida que permitan los límites técnicos en el mix de generación de electricidad en Tenerife”. “La introducción del gas permite los mix menos costosos y menos contaminantes, siendo a la vez una fuente energética siempre complementaria con las energías renovables. Además”, concluye, “permite combatir mejor los efectos adversos sobre la Isla de shocks energéticos en los mercados internacionales”.

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