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Jorge Hodgson, ‘el cazador de olas’, regresa al Casino de Tenerife con luz y fondo

La exposición, dirigida por Patricia Hodgson, reúne obras que abarcan los diferentes periodos del autor. Parte de sus inicios en el dibujo y da cuenta de su obsesión por describir la vida
La exposición, dirigida por Patricia Hodgson, reúne obras que abarcan los diferentes periodos del autor. Parte de sus inicios en el dibujo y da cuenta de su obsesión por describir la vida. / ANDRÉS GUTIÉRREZ

La elegancia y la pulcritud que dio a su trabajo permanecen inalterables en cada una de las obras que desde el pasado martes salen al encuentro del público. Es el particular universo del pintor Jorge Hodgson Lecuona (Santa Cruz de Tenerife, 1915-1998) en la exposición homenaje que llena la Sala de Arte del Real Casino de Tenerife. La compleja tarea de reunir tan disperso y abundante legado se debe al acertado trabajo que como comisaria ha realizado su hija Patricia Hodgson Ravina, licenciada en Bellas Artes.

La inauguración recibió el reconocimiento indiscutible del público, augurando el éxito de las visitas hasta el próximo 3 de noviembre. Junto a la comisaria de la muestra y su hermano Felipe, arquitecto y artista, participaron en la presentación el presidente del Casino José Alberto Muiños, el vicerrector de la ULL Francisco J. García y el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife José Carlos Acha.

La obra de Hodgson, dispersa en instituciones y colecciones particulares, abarca una amplia temática y habla por sí sola de la inquietud y del empeño que puso en afrontar sus retos, sin reparar esfuerzos. Se enfrentaba al lienzo, como recordó Felipe, tratando cada obra con meticulosidad casi obsesiva, prodigando un ritual que se extendía desde la limpieza del pincel a la nueva búsqueda cromática.

A lo largo de su intervención, Patricia Hodgson agradeció el apoyo de los propietarios de las obras, que permiten entender ímpetu de un creador que quiso marcar su propio camino, recibiendo como Antonio Machado las estelas en la mar. Habló de sus inicios en el dibujo que cultivó en los veranos laguneros, bajo la tutela de la profesora Candelaria Rodríguez Bello, y más adelante con el catedrático de dibujo, gran muralista, Mariano de Cossio.

Jorge Hodgson ejerció la docencia en la Escuela de Comercio, en Artes y Oficios y en Bellas Artes, cursó estudios de náutica, que le llevó a surcar mares y luego a desarrollar su actividad como militar, desde el Mando Económico, con Francisco García-Escámez, y se adentró en el ámbito empresarial.

Supo encauzar su inquietud por el arte y en el Casino de Tenerife contribuyó a crear la sala de exposiciones. Patricia Hodgson citó la feliz coincidencia de inquietudes y amistad que mantuvo con Santiago Gutiérrez y Opelio Rodríguez Peña, entre otros, así como la participación activa que día al mundo del Carnaval, formando parte de la murga que constituía un grupo de socios, compartiendo los ingeniosos decorados en los que expresaban su humor, así como de su colaboración en el certamen de rondallas, formando parte del jurado que distinguía los mejores disfraces.

La obra pictórica de Jorge Hodgson vuelve al Casino, donde ofreció en 1993 su último trabajo: El Mar. En 1998, tras su fallecimiento, sus cuatro hijos (Jorge y Olga, junto a los ya citados) decidieron mostrar su legado familiar en la sala que contribuyó a crear y en la que, contando con su atención, expusieron sus cuadros artistas de dentro y fuera de Canarias.

Las obras que en esta ocasión se exhiben no han coincidido en un mismo espacio. Muchas de ellas que han recibido la atención y los cuidados de la restauradora y licenciada en Bellas Artes Patricia Hodgson González, nieta del homenajeado. Cabe decir que las tablas y lienzos hablan y completan el variado y particular lenguaje de Hodgson, desde el intimismo rupturista del Todo se ha consumado, que donó al Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, de donde procede otra de las de mejor factura Noche de invierno, a los retratos que forman parte de la colección de la Universidad de La Laguna, o los Argonautas, en la que supo marcar una épica altiva, así como sus bodegones y flores, en busca de un renovado expresionismo que plasma en Vendedor de globos o Cara de mujer con 3 búcaros. No faltan sus impactantes marinas, en las que el artista derrochó sobrado talento, mostrando su admiración ante la majestuosidad del mutante universo, al que regaló el mayor cromatismo. La muestra se completa con fotografías, cartas y otros trabajos, entre ellos su aportación al diseño gráfico.

Felipe Hodgson destacó el legado recibido, que dijo vive y crece entre sus hijos, a los que recordó instaba, previo al hecho creativo, a: conocer, describir y percibir, pasos que su padre cultivó con atención casi obsesiva por garantizar la preeminencia de la figura fondo. La estela creativa de los Hodgson, que forjó con atenta mirada al mar y la luz que acrecienta la magia de la isla, permanece activa en sus familiares y en cuantos tuvieron la suerte de disfrutar de su magisterio. Mención especial merece su sobrina María Luisas Hodgson, profesora de Dibujo, Diseño y Estética en la Facultad de Bellas Artes-ULL, que ha dirigido proyectos con amplia difusión internacional como Andersen cruza el Atlántico o Personajes y escenarios de Charles Dickens.

DE LA HUELLA ‘BRITISH’ A LA FASCINACIÓN POR EL DIBUJO

Su padre, de origen británico, llegó a Tenerife desde Málaga para impartir clases de inglés. Aquí, la Isla y el amor llenaron su vida. Descubrió en Jorge la inquieta mirada hacia el azul infinito. De la biblioteca familiar surgió el eco de William Ernest Henley: ”No importa cual estrecho sea el camino… Soy el capitán de mi alma”.

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