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El juzgado de las cláusulas suelo tinerfeño necesitará cuatro años para resolver todas las demandas

Tanto los abogados locales especializados como los decanos de los jueces claman ante el atascode los tribunales específicos, un retraso que beneficia a las entidades financieras
CARLOS GÓMEZ SIRVENT
CARLOS GÓMEZ SIRVENT
Carlos Gómez Sirvent, abogado. / DA

“Es tal el colapso que se me ha muerto un cliente mientras esperamos por la demanda; será un hecho puntual, sí, pero tristemente significativa”. Así se expresa Carolina García, la especialista en reclamaciones bancarias de Carlos Cabrera Abogados, en relación al atasco de los procedimientos en el juzgado tinerfeño destinado exclusivamente a atender las demandas por cláusulas suelo en las hipotecas, el Juzgado de Primera Instancia 1 de La Laguna.

Es tal el exceso de volumen en dicho juzgado que, a ojo de buen cubero, requerirá de al menos cuatro años para resolver las 1.680 demandas presentadas en el mismo a 1 de septiembre de este año, según la cifra facilitada por el Consejo General del Poder Judicial.

La estimación es sencilla: si el juzgado celebra unas 10 vistas a la semana, demos por bueno (optimistas sí somos) que dicta el mismo número de sentencias en idéntico periodo de tiempo. Siendo generosos, imaginemos que trabaja 46 semanas al año tras restar las cuatro de agosto y dos más entre las Navidades y festivos. El resultado son 1840 en cuatro años. Es decir, que basta con que se presenten 160 más en ese periodo de tiempo para entender que, al ritmo actual, mínimo cuatro años.

“Es un intervalo excesivo e inaceptable, porque los ciudadanos tienen derecho a una justicia mucho más ágil para tratar un asunto que, como es sabido, poco tiempo requiere para su deliberación, dado lo contundente y tajante que son las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea al respecto”, denuncia el letrado tinerfeño Carlos Gómez (Sirvent&Granados), reconocido experto en estos temas y habitual colaborador de DIARIO DE AVISOS.

Otra abogada local que conoce al detalle esta temática, Noemí Melio (Iuriscan), aporta un dato en el que coinciden el resto de sus compañeros: “No hay queja ni de los funcionarios ni de la jueza, porque les ha tocado un marrón, dado que es imposible afrontar semejante volumen de trabajo en un tiempo razonable; y menos mal que solo atiende asuntos de Tenerife, porque en El Hierro, La Gomera y La Palma se siguen tramitando en los juzgados ordinarios”.

Por su parte, Pedro Revilla (Revilla Abogados) recuerda un dato que invita al pesimismo: “No olvidemos que este juzgado no solo se dedica a las demandas por las cláusulas suelo, sino que se reserva a las condiciones generales de la contratación; o sea, que atiende también demandas motivadas, por citar algunos ejemplos, en el Índice de Referencia de Préstamos hipotecarios (IRPH), las preferentes o Valores Santander”.

La situación descrita confirma el fracaso de esta medida, anunciado por todos los operadores del sector desde que se tuvo noticia de ello. En el afán por paliarlo, ya han llegado refuerzos al juzgado lagunero en forma de personal auxiliar. “Nada se arregla sin más jueces, porque en ese juzgado se trabaja duro, pero al final las sentencias solo las puede dictar la jueza.

La solución solo pueden ser de dos formas: o más jueces o volver a la situación anterior”, resalta Carolina García. El perjuicio es “para los ciudadanos, sin duda alguna”, manifiesta Carlos Gómez, “y los beneficiados, las entidades financieras”, remacha el letrado.

La opinión de estos abogados coincide, a nivel estatal, con la filtrada a los medios desde las recientes XXVII Jornadas Nacionales de magistrados celebradas en Madrid: “Están saturados, es un absoluto fracaso”.

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