desafío catalán

Rajoy no desvela sus planes mientras Puigdemont avanza hacia la independencia

El presidente del Gobierno se reunió con los líderes del PSOE y de Ciudadanos, por separado, quienes mantienen posturas divergentes a la hora de plantear una respuesta a la declaración formal de secesión
Catalanes a favor de la independencia se concentraron ayer en varios puntos de Cataluña, esta vez sin la presión policial. EL ESPAÑOL

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, mantuvo ayer sendas reuniones con los líderes del PSOE y de Ciudadanos, Pedro Sánchez y Albert Rivera, respectivamente, para conocer de cerca con qué apoyos reales cuenta para sacar adelante las medidas, que están en su mente y que no ha desvelado, contra la declaración unilateral de independencia, que se producirá en los próximos días, tal y como anunció el titular de la Generalitat, Carles Puigdemont.

Rajoy escuchó ayer del líder socialista exigir que se pusiera en contacto de manera inmediata con Puigdemont para iniciar un diálogo con el fin de abordar el desafío catalán, conversaciones que quiere que cuenten con la presencia del líder de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, para superar la “dialéctica de bloques”.

Por su parte, el presidente de Ciudadanos pidió la inmediata aplicación del artículo 155 de la Constitución para convocar elecciones en Cataluña y “parar” el desafío secesionista.

Fuentes de la Moncloa señalaron que no contemplan negociar con Puigdemont, ya que no está considerado como un interlocutor válido ante su “deslealtad” al Estado de derecho. Sin embargo, en cuanto a la propuesta de Rivera, admitieron que están estudiando cuáles son las vías para parar la declaración de independencia, pero que debería contar con el apoyo de los socialistas. Otra opción es la de continuar dejando que los tribunales cumplan con su cometido de defender el Estado de derecho.

En este sentido hay que señalar que, aparte de las investigaciones que ya están en curso en torno a los altos dirigentes del Govern y del Parlament, nada se sabe de los incidentes registrados el domingo, ni tampoco de expedientes abiertos contra aquellos que violaron la ley ocupando las mesas electorales, realizando recuentos o impidiendo a la Policía y la Guardia Civil el cierre de centros de votación.
Por otro lado, Carles Puigdemont pidió ayer a la Unión Europea “apadrinar” una mediación entre el Gobierno catalán y el central para encontrar una solución al contencioso político entre Cataluña y el Estado. Planteó que un actor “internacional” debería sentarse en una mesa de diálogo con la parte catalana y la del Ejecutivo central para, como mínimo, restablecer la normalidad institucional en Cataluña.

Puigdemont explicó que prevén tener los resultados definitivos del referéndum en dos días y recordó que la ley del referéndum -suspendida por el Tribunal Constitucional- fija que la independencia tiene que declararse como muy tarde 48 horas después de los resultados oficiales. Aunque no precisó la fecha en que se produciría la declaración unilateral de independencia.

Por último, la Comisión Europea mostró ayer su confianza en el “liderazgo” de Rajoy, aunque la acción policial del 1-O ha provocado un terremoto político que será debatido mañana por la tarde en un pleno monográfico en Bruselas. La magnitud de la represión llevada a cabo por la Policía y la Guardia Civil, ante la pasividad de los Mossos, ha sido motivo de portada en los periódicos europeos, pero también en el resto del mundo.

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