a la espera de la sentencia

“La familia de Saray ha llegado a donde tenía que llegar, a ver justicia”

El abogado de la acusación particular, Ignacio Pastor Teso, considera que "el eje nuclear" del juicio fueron los informes de los forenses

El juicio por el asesinato de Saray González cierra un capítulo doloroso de la tragedia que vive la familia de la estudiante palmera, que ha esperado dos años para la que haya una condena por asesinato con alevosía contra Alberto Montesdeoca. El abogado de la acusación particular y portavoz de la familia de Saray, Ignacio Pastor Teso, señaló que sus padres, “a pesar de que el dolor no se lo va a quitar nadie, porque la vida no se la devuelven, han llegado a donde tenían que llegar, a ver justicia”.

Pastor Teso indicó que el proceso judicial ha sido extremadamente duro, con “una carga emocional insoportable”. En este sentido, valoró el trabajo que ha realizado el psicólogo que acompaña a la familia de forma altruista en este proceso.

A pesar de que el jurado no ha contemplado el agravante de ensañamiento, que trató de demostrar el letrado, sabiendo de antemano que era muy difícil de probar, se siente “muy satisfecho” del fallo judicial, que ahora está a la espera de que el juez concrete la pena, para la que tanto la acusación particular como la pública piden la máxima condena para este delito: 20 años de prisión. “Que no haya atenuantes ni eximentes es una garantía de que ha habido justicia”, apostilló.

El abogado señaló que “el eje nuclear” del fallo judicial han sido los informes de los forenses que analizaron psicológicamente a Montesdeoca, que concluyeron que cuando asesinó a Saray González “sus facultades mentales estaban inalteradas, distinguía entre el bien y el mal, y era consciente y quería hacerlo”.

De hecho, la defensa basó su estrategia sobre dos atenuantes, uno como eximente, como era el trastorno de sus facultades mentales, y otro transitorio, por la adicción con los videojuegos, que le hacían confundir la realidad con la ficción. “Gracias al trabajo impecable de las forenses adscritas a los juzgados, el jurado quedó claramente convencido de quien estaba diciendo lo correcto técnicamente”.

Pastor Teso también alabó el trabajo realizado por los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que investigaron el caso. “Era el sospechoso número uno, en un puzzle criminal, y fueron rodeándolo hasta que cayó”. Y añadió que contra la versión del condenado, que dijo que había confesado, la realidad es que lo que hizo fue “reconocer” el delito, y “no para ayudar a la familia o a la policía, sino por su tranquilidad”. De hecho, la confesión no fue considerada un atenuante.

Otro de los aspectos claves de la defensa fue centrar el hecho de que la única víctima de este caso era Saray González. “La única persona a quien le han arrebatado la vida y el futuro es a Saray, y a quien único hay que considerar víctima es a la víctima, y a sus padres”. “La justicia tiene que ser justa y ser dura para ser justa. Hay que ser flexible con delitos menores, pero dura e inflexible con un delito como este”, concluyó.

TE PUEDE INTERESAR