Hace unos días apareció la estatua del Padre Anchieta con un cono en su cabeza, fruto de la destreza de uno de esos jóvenes que llevan un tiempo dedicándose a una especie de deporte que han puesto de moda. Menos dificultades, por la altura, tenía acertar en la cabeza de un Mencey Guanche de Candelaria, de los situados en la rambla a la que dan nombre. Para estos traviesos, está claro: cono que vean por alguna calzada puede terminar en las alturas, sin respetar lo más mínimo ni a santos ni a menceyes.
El lanzamiento de conos ya no respeta ni a menceyes
Fruto de la destreza de esos jóvenes que llevan tiempo dedicándose a una especie de deporte que han puesto de moda, hace unos días apareció también la estatua del Padre Anchieta con un cono en su cabeza