la palma

Alcaldes palmeros se rebelan ante la falta de medios para combatir el fuego

El Paso, Fuencaliente y Mazo, los municipios víctimas de tres grandes incendios forestales ocurridos en los últimos ocho años en La Palma, critican las promesas incumplidas del Cabildo insular
Imágenes del incendio de La Palma en agosto de 2016. | REUTERS

Cinturones de seguridad contra los incendios forestales. A eso destinarán ayuntamientos como el de Mazo, que ha sufrido los más virulentos incendios de los últimos años – en los veranos de 2009, 2012 y 2016 – parte del dinero del Fondo de Desarrollo de Canarias. En pleno mes de noviembre, y con la vista puesta en los cada vez más calurosos veranos, los ayuntamientos de El Paso y Fuencaliente, son solo algunos de los que siguen reivindicando, más de un año después del último incendio que devastó un 7% del territorio palmero, y que provocó el desalojo de cientos de personas de las zonas de medianías, la limpieza de varias coladas volcánicas y los entornos de viviendas.

Asegura el alcalde de El Paso, el nacionalista Sergio Rodríguez, que “si hoy hubiera un incendio, o el próximo verano, en las condiciones actuales podrían arder casas y eso hay que evitarlo. Aún espero respuestas del Cabildo sobre este asunto, pero de momento no llegan, no las dan”.

Su queja es compartida por otros regidores locales, que de forma más introvertida dejan ver algo sobre lo que desde el año 2009 alertaron sobre una urgencia en el balance de daños tras cada incendio en esa comarca sureste de la Isla: la limpieza de hasta cuatro coladas de otros tantos volcanes entre Mazo y Fuencaliente. La tala de pinos en estos enclaves son, para los alcaldes, claves para actuar como cortafuegos naturales.

Así lo consideró el Cabildo “años atrás”, lo que llegó a plasmarse incluso en un proyecto que pese a todo no se ha llevado a efecto. Mazo, Fuencaliente y El Paso saben, tras la gestión de los últimos tres grandes incendios que han afectado a la comarca, que esta es una actuación necesaria para evitar la propagación del fuego en caso de un nuevo siniestro de esta naturaleza.

La visión de los técnicos, la posición de los alcaldes y la neutralidad del grupo de Gobierno en el Cabildo -más allá de los planteamientos en defensa de la tala de pinos que sí llegó a hacer Anselmo Pestana, presidente de la institución, en los momentos posteriores al control del incendio de agosto del año pasado – sigue dejando en suspenso esta acción. Para los más proteccionistas del paisaje este proyecto es innecesario, mientras otros recuerdan la fácil propagación de las llamas en las condiciones actuales.

Estos últimos aseguran que los pinos actúan como enlaces para el rápido avance de las llamas y fundamentalmente a través de lo que los técnicos denominan “fuego en copa”. Los alcaldes esperaban que, tras el último incendio, aumentara la sensibilidad con respecto a la necesidad de ejecutar ese proyecto, así como que se produjera la autorización de la tala de pinos próximos a viviendas, pero las peticiones llegadas a los despachos de los técnicos y su evaluación, solo han permitido contadas intervenciones.

El alcalde de El Paso insiste: “En caso de un hipotético incendio y con condiciones meteorológicas adversas, volveríamos a desalojar viviendas y a ver el rápido avance de las llamas. Lo podemos evitar, pero actuando”.

El proyecto original emanado del Cabildo palmero para intervenir en estas coladas volcánicas, preveía la intervención en los volcanes de Tahuya (1585); Tacande (1470/1492); Martín (1646) y San Juan (1949). Estas coladas han sido decisivas, promoviendo un empeoramiento del balance total de daños, en el recorrido de los incendios, gracias a la presencia de pinos que se expanden con profusión cada tres o cuatro años, y que no presentan dificultad para crecer y extenderse en ambientes volcánicos donde otras especies no aparecen.

En la Isla es posible dificultar el avance de los incendios

Todas los representantes de las administraciones palmeras, ya sena locales e insulares, están de acuerdo en algo: Es imposible evitar todos los incendios, pero sí es posible dificultar el desplazamiento de las llamas una vez se ha iniciado. Ese es el objetivo aunque la solución no termina de germinar.

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