Es una variante del conocido juego en el que se lanza una botella de agua con el objetivo de que caiga de pie. A todos nos asombró cuando amaneció la estatua de la rotonda del Padre Anchieta con un cono de obra cual sombrero, porque vaya muñeca que tiene el que lo lanzó.
Le siguió otro cono en un Mencey de Candelaria, si bien más fácil (la estatua es más pequeña) y con menos civismo (incluyó pintadas).
El pasado fin de semana repitieron en el Padre Anchieta, esta vez en una mano. Cada loco con su tema.