pobreza y exclusiÓn social en canarias

Se dispara la demanda de ayudas de todos los colectivos que atiende Cruz Roja en la Isla

Cruz Roja confirma que entre 2016 y 2017 socorrió a más necesitados; Clavijo había dicho en el Parlamento que “las Islas están mejor que hace dos años”
CRUZ ROJA TENERIFE
San Isidro, en Granadilla, y El Fraile, en Arona, donde reside una amplia comunidad de inmigrantes, son los núcleos de mayor demanda de ayuda. DA

Es la cara y la cruz de una realidad social y económica cuya fotografía refleja, cada vez con mayor nitidez, el crecimiento de la desigualdad social en Tenerife. La isla de los récords turísticos, bate también los registros de pobreza. Los datos de Cruz Roja son tan claros como demoledores. En el último año (entre septiembre de 2016 y septiembre de 2017) la fila de personas que acuden a pedir ayuda no ha parado de crecer en toda la Isla.

Es más, la demanda se ha disparado en todos los colectivos con los que trabaja esta organización humanitaria. Ni uno solo ha disminuido en los últimos 12 meses. Han aumentado las atenciones a inmigrantes, a menores en situación de dificultad social, a mujeres con problemas económicos y que sufren malos tratos, a mayores sin recursos y a la población reclusa. Una realidad que contrasta con las afirmaciones del presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, en el debate parlamentario sobre la pobreza en el que aseguró que “las Islas están mejor que hace dos años”.

“Cada día tocan más a nuestra puerta. En el último año hemos atendido a 16.000 familias en la Isla, casi 3.000 más que el año anterior. Son personas que se dirigen a nosotros porque no saben o no tienen a dónde ir. Si multiplicamos esta cifra por una media de tres miembros por familia salen casi 50.000 personas”, explica, estadísticas en mano, José Luis Camisón, coordinador de Cruz Roja en la comarca de Abona. “No notamos, para nada, que la crisis económica haya pasado, todo lo contrario”, apostilla.

“En el caso del Sur, las trabajadoras sociales están desbordadas porque diariamente se acercan más personas a pedirnos ayudas o a buscar alguna orientación. De hecho, tenemos lista de espera de un mes para asesoramiento social, psicológico y jurídico, y hemos tenido que ampliar las atenciones jurídicas a dos días a la semana para cubrir todas las solicitudes que hay”, señala Camisón.

La ausencia de ingresos, la precariedad laboral y el alto coste de los alquileres en la comarca sur está provocando que muchas familias se vean obligadas a vivir como okupas, sobre todo en bloques de edificios que la crisis dejó a medio construir o, directamente, en viviendas en las que han dejado de pagar el alquiler. Cruz Roja ha constatado esa situación, especialmente en San Isidro y El Fraile, donde atienden al mayor número de usuarios y donde este fenómeno crece con el paso de los días.

La convulsa situación política y económica en Venezuela está generando un flujo que se multiplica con el paso de los días. Las llegadas en el último año se han disparado. “Hemos notado un aumento enorme de usuarios procedentes de Venezuela que nos piden ayuda de todo tipo, la mayoría porque viven en situación irregular y quieren arreglarla después de seis meses, sin esperar a los tres años que marca la ley para regularizarla por arraigo social. Deciden quedarse y buscarse la vida como pueden”, relata Camisón.

Son familias enteras. El coordinador de Cruz Roja en la comarca sureña recuerda el caso reciente de un matrimonio con tres hijos que contactó a través de la web de esta ONG. “Aterrizaron en la Isla sin casa donde vivir, sin trabajo, sin nada, y llegaron hasta nosotros porque no sabían dónde ir ni tenían dónde estar. Casos como esos, que estamos teniendo muchísimos, nos obligan a prestar una atención urgente, porque son personas con niños que no tienen nada y no pueden esperar”.

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José Luis Camisón, coordinador de Cruz Roja en la comarca sur. / J.C.M.

PERSONAS SIN TECHO

Sólo en cinco municipios del Sur (Arona, Granadilla, San Miguel, Arico y Vilaflor) Cruz Roja prestó asistencia el año pasado a 174 usuarios sin techo, personas que no tenían un lugar donde dormir. El proyecto de la Unidad de Emergencia Social puesto en marcha en colaboración con el Ayuntamiento de Arona permite atender cada día a casi medio centenar de personas sin ningún recurso (algunas de ellas duermen al raso en las playas) a las que se les reparte diariamente una cena caliente y un desayuno. Muchos son extranjeros. La realidad dice que los inmigrantes suelen tocar más a la puerta de Cruz Roja, mientras que los ciudadanos nacionales, acuden en mayor medida a los servicios sociales de los ayuntamientos.

Otro de los proyectos en marcha de Cruz Roja que está funcionando con éxito es la atención a personas mayores. El envejecimiento de la población y la falta de plazas de residencias o centros de día ha motivado la puesta en marcha del servicio de teleasistencia, un seguimiento vía telefónica de 183 personas de la tercera edad que viven solas, a lo que se une el proyecto de acompañamiento presencial a través de visitas periódicas por núcleos de las medianías.

“Hay muchísima gente mayor sola, y en municipios como Arico, la dispersión es un problema añadido. Intentamos que cada persona tenga más autonomía y pueda estar en su casa más tiempo”, indica Camisón. A través de este programa, el personal de Cruz Roja acompaña a los usuarios en su visita al médico, en cualquier gestión administrativa al ayuntamiento o al banco o, incluso, a hacer la compra.

En septiembre, Cruz Roja empezó a repartir las ayudas escolares en forma de vales económicos para adquirir material del nuevo curso en papelerías que colaboran en esta iniciativa. Y en unas semanas se repartirán ayudas económicas para familias con menores a su cargo destinadas a la adquisición de alimentos y productos de higiene personal. “Alimentación, higiene y educación son las tres demandas que el niño debe tener siempre cubiertas”, puntualiza el responsable comarcal de Cruz Roja.

El transporte adaptado es otra de las prestaciones que ofrece la ONG en el Sur. Cada día traslada a 72 personas con problemas de movilidad desde sus domicilios a los centros de atención y rehabilitación en Arona, San Miguel de Abona o Arico.

UNA GRAN LABOR SOCIAL QUE DEPENDE DE LA FINANCIACIÓN

La ONG está volcada ahora en la captación de fondos para atender las necesidades del Sur. Además de las aportaciones de los 3.000 socios, la financiación de sus proyectos procede de la Lotería de Navidad, el Sorteo del Oro, el Día de la Banderita y las administraciones. Además, realiza recogida de alimentos junto a entidades privadas.

AUMENTAN LOS USUARIOS FORMADOS CON PROBLEMAS DE DEPRESIÓN

Las trabajadoras sociales de Cruz Roja constatan que en los últimos meses han aumentado los usuarios con mayor preparación, con un nivel cultural superior a la media, como consecuencia de la llegada de inmigrantes formados que no han podido homologar sus estudios aquí. En la mayoría de casos, los trámites para homologar la titulación son costosos y a largo plazo. “Al no encontrar trabajo en su especialidad buscan lo que sea, lo que les está generando, además de los problemas económicos y laborales, serios problemas de baja autoestima, frustración y depresión”, asegura José Luis Camisón, responsable de Cruz Roja en la comarca de Abona.

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