tribuna

Te puede gustar más o te puede gustar menos – Por Julio Fajardo Sánchez

Esta muletilla que se ha puesto de moda últimamente en las tertulias televisivas abre un abanico de posibilidades y de matices en el debate democrático

Esta muletilla que se ha puesto de moda últimamente en las tertulias televisivas abre un abanico de posibilidades y de matices en el debate democrático. Parece dulcificar los desencuentros ideológicos, los noes rotundos o las adhesiones inquebrantables, para reducirlo todo a una cuestión de gustos. Además, establecer los límites entre el más y el menos abre un espacio enorme de posibilidades intermedias. Algo que pueda gustar más o gustar menos admite un sinnúmero de gradaciones que están contenidas en las expresiones adverbiales de casi, bastante, poco, escasamente, tímidamente, excesivamente, etc. ¿Hasta dónde se pueden fijar las fronteras de una expresión comparativa? Porque aquí se está haciendo una confrontación con la idea de un adversario y, por lo tanto, se pretende valorar cuál es el nivel en el que no se está de acuerdo, hasta dónde llega el distanciamiento entre las opiniones que se enfrentan.

Tiene algo de positivo que en este ambiente de posicionamientos drásticos, donde es difícil, ya diría que imposible, alcanzar el encuentro, se abra una posibilidad de convergencia, pues en cuestión de gustos parece que, cediendo por ambas partes, se puede lograr la coincidencia. ¿Estamos llegando por fin a fijar un nuevo concepto de la democracia en el que las propuestas pueden ser aceptadas por partes, dependiendo de que algunas gusten más o gusten menos, y se pueda fabricar un híbrido selectivo para elaborar un programa abierto en el que se tome de aquí o de allí según convenga? En el fondo, esto es lo que propone George Lakoff, que se ha convertido en el nuevo gurú de la comunicación política, cuando establece el término biconceptualidad para la aceptación indistinta de soluciones progresistas o conservadoras en función del problema que se pretenda resolver.

Este programa biconceptual que puede convencer a ideologías de distinto signo es el que ha aplicado Macron en Francia, demostrando con ello que existe una gran masa social en el centro del espectro ideológico, que se determina más por la relativización del puede gustarte más o puede gustarte menos que por la lealtad inquebrantable a posiciones extremas que en el mundo actual se pueden considerar obsoletas.

Me da la impresión de que se vislumbra una nueva forma de entender el sistema democrático, que, como todo, siente la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos. Darle voz a los que relativizan sus opiniones en función de las circunstancias en que sean aplicables significa eliminar los procesos de decisiones refrendadas o asamblearias, de los que puede resultar la orfandad de una mayoría que no se siente representada por una opción ni por la contraria. Más bien la sociedad parece encontrarse cómoda en el puede gustarte más o puede gustarte menos. Yo no sé cómo se puede articular un procedimiento participativo con la amplitud suficiente donde quepan todas las alternativas que se encuentran encerradas en este amplio abanico. Sobre todo, cuando en las distintas ofertas que se presentan existen similitudes palpables y coincidencias que hacen sospechar que los electores se determinan más por simpatías de carácter sentimental o estrictamente personales que por la admisión de soluciones prácticas.

El tema catalán se ha resuelto resumiendo el debate de la independencia a las resoluciones de dos autos judiciales dictados en tribunales diferentes. Todos han quedado satisfechos te pueda gustar más o te pueda gustar menos, porque en el fondo lo que ha ocurrido es que, para librarse de la prisión, unos han preferido decantarse por aceptar delante del juez la aplicación de las disposiciones constitucionales que otros niegan.

Habrá que preguntarle a la señora Forcadell qué aspecto le gusta más o menos de esta decisión que ha tomado. ¿Cómo va a explicar a los miembros de la ANC, que han puesto el dinero para avalar la evitación de la prisión provisional, que todo esto ha sido a costa de aceptar lo que hasta hace pocos días negaba? La respuesta va a ser la misma, te pueda gustar más o te pueda gustar menos: “Lo que le dije al juez es tan simbólico como lo fue el acuerdo de declaración unilateral de independencia”. Todo es una coña, dependiendo de dónde lo diga. Te guste más o te guste menos.

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