arona

¿Vuelven las pateras y los cayucos desde la costa africana a Canarias?

La llegada de una embarcación el martes a Los Cristianos con 36 inmigrantes a bordo después de dos años y la localización de otra que navegaba a las Islas, genera dudas en el Archipiélago
Cayuco
Una imagen que dio la vuelta al mundo en verano de 2006. Inmigrantes subsaharianos exhaustos, atendidos por bañistas en la Playa de La Tejita (El Médano). ESTEBAN PÉREZ

La patera que llegó a primera hora del martes al puerto de Los Cristianos, tras ser interceptada a 200 metros de la costa de El Camisón, en el municipio de Arona, es la primera que alcanza el sur de la Isla después de dos años. El precedente más inmediato se remonta al 3 de noviembre de 2015, cuando arribaron 18 varones de nacionalidad gambiana y senegalesa al puerto sureño a bordo de la embarcación de Salvamento Marítimo Salvamar Alpheratz tras ser localizada la patera en la que viajaban en alta mar.

Los 36 ocupantes que llegaron esta semana, entre los cuales hay, a la espera de confirmación oficial, 11 posibles menores, se encuentran en buen estado de salud y sólo dos de ellos precisaron de atención médica, uno por un golpe en la cabeza y otro por hipotermia. Cruz Roja activó el protocolo previsto para estos casos y desplegó un operativo especial a pie de muelle para prestar los primeros auxilios.
La embarcación había zarpado desde la costa de Mauritania, aunque la mayoría de sus ocupantes (34) proceden de Senegal, uno de Gambia y otro de Mali. Los adultos serán conducidos hasta el Centro de Internamiento Temporal de Extranjeros de Hoya Fría, una vez concluida la identificación policial, mientras que los menores quedarán ingresados en un centro de la Comunidad Autónoma.

crisis de los cayucos

El puerto de Los Cristianos tiene una larga tradición en llegada de inmigrantes vía marítima procedentes de la costa africana. El mayor flujo se produjo hace ahora 11 años, en 2006, con la llamada crisis de los cayucos, en la que alcanzaron las costas del Archipiélago ese año 31.787 personas, una situación que desbordó a los centros de acogida, Fuerzas de Seguridad del Estado, Salvamento Marítimo y Cruz Roja, y que obligó, incluso, a improvisar campamentos en recintos militares. Aquel fenómeno, que motivó que la Unión Europea activara, en agosto de 2006, el dispositivo Frontex para contener la salida de barcas desde el África Occidental, constataba la nueva estrategia de las mafias que actuaban sin contemplaciones con hombres, mujeres y niños, decantándose por la ruta canaria y sustituyendo las pateras de seis metros de eslora por cayucos de entre 25 y 30 metros de longitud, que navegaban guiados por la referencia visual del Teide, convertida en una gran baliza para las embarcaciones.

Precisamente, el puerto de Los Cristianos fue testigo de llegada de la mayor embarcación con inmigrantes que ha recalado nunca en las Islas. El 30 de septiembre de 2008, cuando el fenómeno migratorio estaba a punto de empezar a menguar, fue localizado un cayuco a 50 millas de la costa aronera. A bordo, 230 subsaharianos que se habían jugado la vida desde Gambia. Sólo un milagro explicó que la sobrecargada embarcación no naufragara. La imagen de la gran piragua de madera colmada llegando a puerto dio la vuelta al mundo.

Los jóvenes africanos que llegaron el martes lo hicieron con la imagen del cansancio reflejada en sus rostros, pero, afortunadamente, nada tenían que ver con el drama casi diario de hace ahora más de 10 años, cuando llegaban “derrotados, tiritando, con las caras llenas de salitre, llagas por todo el cuerpo y en muchos casos, con madres con sus bebés en brazos”, como recordaba ayer a este periódico un miembro de Cruz Roja.

Imagen de la patera llegada el pasado martes al Puerto de Los Cristianos. DA

Sin embargo, la calamidad mayor la sufrieron quienes pagaron con su vida su afán por buscar una oportunidad en la tierra prometida. Lamentablemente, Los Cristianos no fue ajeno a esta realidad. El caso más grave se registró el 28 de julio de 2006 con la interceptación de un cayuco a 100 millas de la costa con cuatro muertos y 28 supervivientes. El destino no pudo ser más cruel con dos de las víctimas, a las que la muerte atrapó en el último instante, a escasos metros de la salvación, en la misma bocana del puerto.

Resulta prácticamente imposible establecer un número aproximado de vidas que se ha cobrado el mar entre quienes no les quedó más remedio un día que buscarse la vida como fuera lejos de su hogar. La Media Luna Roja llegó a cifrar en 1.300 los ahogados entre Mauritania y Canarias desde octubre de 2005 a marzo de 2006. Sólo en 2004 se contabilizaron más de un centenar de muertos en aguas del Archipiélago.

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