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Atrapada por una negligencia, entre el dolor y las listas de espera, acusa a la Sanidad pública canaria

Aguardó siete meses por una cita en la Unidad del Dolor del HUC, y viajó a Tenerife sin saber que estaba anulada, porque la llamaban a un teléfono equivocado; ahora deberá esperar hasta mayo de 2018
Lourdes tendrá que pagar en una clínica privada para tener su tratamiento mientras espera por la sanidad pública. | DA

Lourdes Arvelo, paciente de La Palma derivada a la Unidad del Dolor en el Hospital Universitario de Canarias desde 2016, asegura que “soy una de las muchas personas que sufre las consecuencias de las listas de espera, la incompetencia de la administración, su falta de recursos y una gestión sanitaria ineficaz”.

Lourdes, que debería haber sido atendida hace algunos días por el equipo asistencial de esta unidad del Hospital Universitario, después de una larga espera de siete meses tras la decisión del centro sanitario de dejar de verla cada dos meses como venía ocurriendo desde 2006, fue informada de la anulación de su cita una vez se había desplazado al centro sanitario tinerfeño. Para el Hospital y sus servicios administrativos el motivo estaba claro: no había respondido a las reiteradas llamadas telefónicas que le habían realizado para anular la cita.

“Lo increíble -relata Lourdes indignada- es que cuando comprobamos los números, habían estado llamando a otra persona. No era mi número de teléfono”. En su testimonio recuerda que “el perjudicado, como siempre es el paciente, en este caso yo. Viajo a Tenerife, dejo de ir a trabajar, tengo la esperanza de dejar de sentir dolor durante 20 o 30 días, que es el tiempo que me alivia el tratamiento que me administran en la Unidad del Dolor, y una vez me anulan la cita, me dan otra para el 22 de mayo del próximo año 2018”.

Así las cosas, esta paciente derivada de La Palma al Hospital Universitario de Tenerife, no será atendida hasta dentro de cinco meses, un período de tiempo en el que tendrá que soportar fuertes molestias al caminar, vómitos ocasionales, dolores lumbares y musculares, además de “la indignación que esto me provoca” porque “gracias a los fallos de la sanidad pública vuelven a ignorarme durante cinco meses, sin darme el atendimiento que necesito y que es lo único que puede mejorar mi calidad de vida”.

En la queja de esta paciente , la segunda que presenta ante sanidad por el mismo motivo en lo que va de año frente a los servicios de atención al paciente, se expresa “haber soportado no solo el hecho de haber tenido que viajar a Tenerife -con billetes además pagados por el Servicio Canario de Salud-, la anulación de la cita y mucha angustia porque para mí el ser atendida es la única forma de mejorar mi situación, sino soportar que me repitieran, antes de reconocer que se habían equivocado de telefóno,que soy despreocupadad y que debería haber estado más pendiente”.

Asegura que “lo más triste es ver, en Atención al Paciente, que una sola administrativa está sobrepasada por la enorme carga de trabajo”.

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