lotería de navidad

Hoy es el gran día: el aumento de ventas acerca a Tenerife a un Gordo que se le resiste

Los tinerfeños han adquirido, con respecto al año pasado, el 6% más de décimos en las tradicionales administraciones y nada menos que el 60% más en los receptores de lotería
Muchos estiraron las horas ayer para conseguir el número de una cita con el azar a la que todos acuden, hasta los escépticos. SERGIO MÉNDEZ

Hoy es el gran día… ¿Qué tiene la Lotería de Navidad que juega hasta quien no cree en el azar? La respuesta es fácil, porque se trata habitualmente del décimo del trabajo, el de la familia, el de la asociación de vecinos, el del bar favorito, el del pesado de turno. Y es que, más que por el deseo de hacerse millonario -hay otros muchos juegos para eso-, se trata sobre todo de evitar a toda costa que nuestros compañeros y amigos se hagan ricos sin nosotros. Esa y casi no otra es la máxima no escrita que nos mueve a comprar Lotería de Navidad, incluso en lugares como Canarias, no muy afortunada en 205 años con el sorteo navideño, porque solo pasó en siete ocasiones y en dos de ellas ni siquiera se vendió.

Sin embargo, a pesar de esa habitual decepción -atenuada desde luego por el torrente de millones que trajo el Grupo González en 2013 con los 200 millones de euros del segundo premio-, los canarios y los tinerfeños, en concreto, hemos incrementado este año las posibilidades de acercarnos al Gordo, al pasar de los 47 euros a los casi 55 de media por habitante en la compra de décimos, aunque seguimos por debajo de la media nacional, que en los últimos 10 años, con crisis incluida, se ha situado en torno a los 62 euros, siendo la comunidad de Castilla y León la que más juega, destacando Soria, con 200 euros por habitante.

Ese incremento del dinero gastado por los tinerfeños en este sorteo se refleja en el 6% más de venta en las tradicionales administraciones con respecto al año pasado, que llega nada menos que al 60% si hablamos de los receptores o terminales de lotería, tan habituales ahora en centros comerciales, bares o gasolineras, como La Chasnera, esa estación en el kilómetro 53 de la TF-1, sentido sur, que después de dar el segundo premio en 2013 lleva cuatro años sin faltar a la cita con la fortuna, porque en realidad solo le falta rematar la faena con el Gordo.

Luis de Montis, delegado provincial de la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (Selae), destaca que “este año se han incrementado las compras de décimos, entre otras razones, porque también se han puesto a la venta 5.000 series más que en 2016 (170.000 frente a las 165.000 del año pasado)”, afirma. A lo largo de los más de dos siglos de historia que acumula el Sorteo Extraordinario de Navidad, hasta en siete ocasiones ha tocado el anhelado Gordo de la Lotería de Navidad en Canarias, aunque en dos ocasiones no llegó a venderse. La última fue en 2007, cuando una administración del Puerto de la Cruz tuvo que devolverlo. La primera vez en que Canarias fue agraciada con la suerte del mayor premio de la Lotería de Navidad fue en 1978, cuando cayó, con el 15640, en una administración de Telde, en Gran Canaria.

Cuatro años después, en 1982 fue Las Palmas de Gran Canaria, cuando una administración cercana al parque Santa Catalina repartió la fortuna con el 21515. Distribuyó unos 2.000 millones de las antiguas pesetas, 12 millones de euros. Con el inicio del siglo actual, en 2001 tocó en Santa Cruz de La Palma, y en 2010, en Garachico. El mejor año fue 2012, con un 76058 muy repartido que viajó a Telde, Puerto del Rosario, Arrecife, Los Realejos, Santa Cruz de Tenerife y el Puerto de la Cruz. La última vez que nos visitó el Gordo fue en 2014, cuando se vendió el 13437, en Playa Honda, en el municipio lanzaroteño de San Bartolomé y dejó cuatro millones de euros. Nada que ver con los 200 millones que dejó el 79712 un año antes, cuando las gasolineras Repsol-González hicieron felices a más de 1.000 personas con 125.000 euros por cada décimo del segundo premio.

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