tribuna villera

Los 115 años de Dulce María Loynaz

La cubana Dulce María Loynaz, en uno de los capítulos que dedicó al Puerto de la Cruz en su novela de viajes a Canarias

La cubana Dulce María Loynaz, en uno de los capítulos que dedicó al Puerto de la Cruz en su novela de viajes a Canarias Un verano en Tenerife, editada en Madrid en 1958, escribió: “Los días en el Puerto vuelan como hojas de almanaque al viento del mar…”. Quizás por ello un grupo multicultural internacional conformado por una finlandesa, un cubano, dos alemanes, un italiano y cuatro canarios afincados en la ciudad turística nos citamos, como lo venimos haciendo cada año, ante el busto de Dulce María que se ubica en La Atalaya del portuense Parque de Taoro, para celebrar los 115 años del natalicio de la que fuera Dama de las Américas y Poeta del Agua.

Una vez más aprovechamos el 10 de diciembre para evocar la figura de la excelsa poeta cubana, que contrajo matrimonio en 1947 con el periodista tinerfeño Pablo Álvarez de Cañas, afincado en La Habana, y para recordar la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por Naciones Unidas en la Asamblea General de 1948.

El poeta portuense José Javier Hernández y el ingeniero que suscribe leyeron trozos de la obra literaria de Dulce María. José Javier acudió al libro Fe de Vida, que curiosamente la poeta habanera había escrito y dedicado a su esposo, una vez que falleció después de su regreso a Cuba tras el exilio en Miami. Por mi parte, recité unos poemas tomados de sus Versos del Agua, que tanta falta hace, por cierto. Se titulaban: Domingo de lluvia, Agua en el parque, La Cascada y La Nube: Infancia celeste de la lluvia…

A propuesta del pianista cubano Othoniel Rodríguez, se acordó por los admiradores de Dulce María organizar para 2018 la Asociación Cultural Loynaz (ACL) de Tenerife, aprovechando que el próximo año se cumplirán 60 de la edición del libro Un verano en Tenerife. Con tal motivo estamos seguros de que, en cualquier caso, tanto el Puerto de la Cruz como La Orotava y Tijarafe se esforzarán en aprovechar tal efemérides para organizar actividades relacionadas con la literatura, la música y el cine, al igual que esperamos que el Gobierno de Canarias, a través de la Viceconsejería de Cultura, reedite el libro Un verano en Tenerife, que tanta demanda tiene en el ámbito cultural de Canarias. Será una buena oportunidad para divulgar la obra de esta singular poeta, Hija Adoptiva del Puerto de la Cruz en 1951 y Premio Cervantes en 1992.

Desde ahora lanzamos estos apuntes para que el Ayuntamiento portuense y el IEHC recuerden la participación de Dulce María en la vida sociocultural del Puerto de la Cruz, en 1947, 1951, 1953 y 1958; asimismo, para que La Orotava y, en particular, el Liceo de Taoro repitan la presentación del capítulo El sepulcro vacío, que tanto impactó a la amiga y paisana villera Cecilia Domínguez. Por nuestra parte, aportaremos los dos documentales La gracia de volver, del director Luis Leonel León, y Una semana fuera del mundo, de los directores Aurelio Carnero y Juan Carlos Sánchez.

Estoy seguro de que los amigos cubanos Carlos Enrique Prado, Marcelo Fajardo, Huberal Herrera, Virgilio López Lemus, Luis Leonel y Juan Carlos Sánchez disfrutarán de lo lindo cuando se enteren de nuestro programa canario.

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