El artículo 47 de la Constitución proclama el derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Un derecho que, para más de 300 personas que viven en Santa Cruz, ni siquiera existe porque no tienen un techo bajo el que refugiarse. Las 100 plazas del Centro Municipal de Acogida y las que se reparten entre los distintos recursos alojativos de las ONG, son el único espacio al que estas personas pueden llamar hogar. En Santa Cruz de Tenerife se apuesta por cambiar el rumbo de esta política asistencial para las personas sin hogar, y, tal y como anunció, ayer, el alcalde, José Manuel Bermúdez, en el medio y largo plazo, “nuestro objetivo es que los pisos que hoy presentamos del proyecto Hábitat, basado en la metodología Housing First (la vivienda lo primero) sea el modelo que, no solo en Santa Cruz, sino en toda Canarias, se implante para erradicar el sinhogarismo”. “El camino no es ampliar las plazas del albergue o crear otro en otro sitio. Nosotros apostamos por invertir en esto para cambiar las antiguas formas de trabajar con las personas sin hogar y de forma paulatina ir destinando los recursos a este modelo”, añadió.
Y es que el Ayuntamiento anunció ayer que, a finales de febrero, estarán listos los primeros diez pisos, para otras tantas personas sin hogar, que las ONG Rais y Provivienda, gestionarán en la capital. El objetivo de esta novedosa iniciativa, ya consolidada en Estados Unidos, Canadá y ahora en España, es solucionar el primero de los problemas de las personas sin hogar, que no es otro que disponer de una vivienda. Después, “una vez que tienen la seguridad de un techo podemos abordar con ellos otras cuestiones como las adicciones, enfermedades mentales u otras patologías que puedan tener asociadas”, explicó José Manuel Caballol, director general de la Fundación Rais.
Los pisos estarán repartidos por todo el municipio y tal y como detalló Gema Gallardo, directora general de Provivienda, ya se han firmado siete de las viviendas, cuya financiación correrá a cargo del Ayuntamiento de Santa Cruz y el Ministerio de Sanidad y que suma 700.000 euros. El proyecto se extenderá durante los próximos cuatro años. En cuanto a quiénes ocuparán estos pisos, el proyecto especifica que se preseleccionarán a 40 personas sin hogar que estén en situación de mayor vulnerabilidad (al menos 3 años sin hogar y con problemas bien de discapacidad, de salud mental o de adicciones). Una vez seleccionadas, de forma aleatoria, se elegirán a las 10 que tendrán acceso a las viviendas de forma indefinida en el tiempo. “Las otras 30 se convertirán en el grupo de control para poder comprobar la evolución de los diez seleccionados. La única diferencia entre unos y otros será la vivienda”, explicó Caballol.
Bermúdez hizo un alegato por este cambio de modelo que, si ahora resulta, quizá, más costoso, “en el futuro, cuando solo exista este tipo de intervención para abordar el sinhogarismo, sin duda, será mucho más rentable para las arcas públicas”. “Este modelo no diluirá el actual (albergue) de inmediato, pero lo que está claro es que el sinhogarismo necesita de una nueva política como en su momento cambió la atención a las enfermedades mentales o a los menores”, añadió. “Nosotros -continuó Bermúdez- somos como los marines, que nunca dejan a nadie atrás. El Ayuntamiento de Santa Cruz es el cuerpo de marines de las personas sin hogar”, concluyó.
Arona y Santa Cruz impulsan en las Islas un modelo que “funciona”
Rais y Provivienda ya cuenta con 136 personas en España beneficiarias de este modelo basado en la vivienda lo primero. Ahora, Arona y Santa Cruz, se suman a esta iniciativa como los dos primeros municipios de Canarias en apostar por esta forma de integración. “Es un modelo que funciona y así se ha demostrado allá donde se ha implantado”, defendió Caballol. “Los número son incostestables: después de dos años, siguen en sus viviendas y han mejorado su calidad de vida”, añadió. Solo en Francia, el Estado va a poner en marcha 50.000 viviendas de este tipo, después de probar el proyecto con 400 pisos.
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