Nou Estadi de Tarragona, 1 de mayo de 2017. Máyor consigue en el minuto 90 un gol que permite al Reus respirar y acariciar la permanencia en su primera experiencia en Segunda División. Casi dos meses más tarde, el 24 de junio, en Getafe, el CD Tenerife no conseguía el ascenso a Primera por un solo gol.
Los objetivos del curso de ambos clubes eran completamente distintos, pero, seis meses después, son los catalanes los que miran hacia abajo en la clasificación para encontrar a los tinerfeños.
¿Su secreto? Jugar un fútbol sencillo, en el que el rigor defensivo -y el grupo-, está por encima de cualquier floritura o individualidad, además de ser firmes a la hora de darle continuidad a un proyecto
Efectividad
Al Reus le metieron la temporada pasada 29 goles en 42 jornadas. Nadie pudo igualar esos números. Esta campaña no se ha mostrando tan brillantemente fiable en esa faceta, pero son el cuarto conjunto de Segunda que menos tantos recibe (14) y, curiosamente, el segundo que menos goles anota (13). Es decir, los catalanes consiguen 1,8 puntos con cada tanto que materializan.
A partir de ahí, toca construir, algo que no es sencillo viendo la desbandada que se produjo el pasado verano. Natxo González, su exentrenador, se marchó al Real Zaragoza y con él se llevo a tres piezas clave en el éxito de su equipo: Alberto Benito, Ángel Martínez y Jorge Díaz. Otros seis jugadores también atravesaron la puerta de salida, aunque varios de ellos por decisión del propio Reus Deportivo.
Eso trajo a la ciudad a 11 caras nuevas más de la López Garai, que pasó de ser jugador a entrenador. “No me ha gustado nada la puesta en escena de mi equipo, nada”, dijo el técnico en el último amistoso de la pretemporada, ante el Lleida. A pesar de su inexperiencia en los banquillos, López Garai se sabe respaldado por un club que confió en él plenamente cuando tomó una decisión muy sorprendente y siempre se muestra muy crítico.
Las sensaciones
Lejos de lo que se le acusa al actual CD Tenerife, el Reus tiene un estilo de juego claro, muy marcado, en el que, además de pelear cada balón en defensa, Ledes y Haro, en las bandas, son constantes y peligrosos. El primero es, con cinco dianas, el máximo realizador del equipo.
En las últimas diez jornadas, el Tenerife ha conseguido 12 de los 30 puntos en juego, mientras que el Reus Deportivo se ha hecho con 14. La diferencia puntuativa es corta, pero no así las que se refieren a las sensaciones de unos y otros. Los jugadores de López Garai solo han perdido uno de sus últimos siete partidos. Lo hicieron en Cádiz, ante uno de los equipos más en forma de la competición, y por la mínima (1-0). La pasada semana ganaron al FC Barcelona B, quedándose a cuatro puntos de entrar en puestos de play-offs.
“Nosotros vamos a Tenerife a llevarnos los tres puntos”, admitió López Garai, que tiene un perfil sumamente ambicioso, a pesar de contar con un presupuesto modesto, cuyo tope salarial es de 3,5 millones de euros, el tercero más bajo de Segunda División. “El problema es que a mí el conformismo me mata”, anuncia el entrenador, que no quiere oir hablar de que su objetivo debe de ser solo el de seguir un año más en la competición porque dentro de su vestuario son “muy ambiciosos”.
Esa misma ambición es la que lleva a los reusenses a ser uno de los equipos revelación de la campaña en una categoría que está siendo más igualada que en años anteriores.
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