al fin es lunes

El periódico en la pizzería

España se siente europea, pero conserva tantas tradiciones propias que parece aún el país de los Reyes Católicos. Por eso, entre otras cosas, se conservan tradiciones tan anquilosadas, pero por otra parte tan comerciales, como las fiestas de los Reyes Magos. Por esa razón, y porque el 1 de enero es también festivo en los quioscos, la prensa española es la que más días libres tiene en toda Europa. Y por eso el director de este periódico, y el periódico mismo, deja de salir, igual que todos sus colegas, en fiestas que no son para tanto: Navidad, Fin de Año, Viernes Santo. Este año, además, coincidió que los días libres navideños obligatorios de la prensa española cayeron en lunes, mi día de aparición en estas páginas. Y como Carmelo, que quiere mi bien, o eso dice, no permite que yo trabaje de más, me mandó un cablegrama (no sé por qué no usa celular o móvil para estos menesteres) instándome a desaparecer. “No vuelvas hasta el 8, muchacho”, me escribió.

Y aquí estoy, el 8 de enero de 2018, casi capicúa, dándole al propio Carmelo Rivero una noticia que supe exactamente el 22 de diciembre de 2017. ¡Más de quince días de retraso! Pero como a los periódicos actuales les importa más la opinión que la noticia (ya pagarán por ello), a él qué más le va a dar. La cuestión es que ese día, muy de mañana, amanecí en Roma acompañando a un buen número de peregrinos de Puerto Rico que iban a rezar con el Papa y por el Papa. Este les bendijo la bandera (la de la independencia, por cierto) y ellos se volvieron a San Juan acto seguido, henchidos de fe. Yo me quedé en Roma hasta el fin de año, henchido de fe en la pizza carbonara, mi favorita. Me recomendaron que fuera a Mani Puliti, cerca de la Fontana di Trevi, un sitio magnífico, de lo mejor de Roma. Porque estaba hasta los topes, lleno a todas horas y todos los días, también en estos días del Señor que España celebra todavía con una religiosidad infatigable.

Y como no pude entrar nunca en Mani Puliti, fui a una trattoria cercana, de nombre La Leña, así como suena, en castellano. Indagué pronto sobre el origen de ese nombre, y el dueño me lo explicó en un español perfecto, aprendido, por lo que me dijo, en Fuerteventura, en un restaurante de Morro Jable. Trabajó allí unos años, y allí tuvo un restaurante (italiano, naturalmente) con ese nombre.

Lo que me sorprendió no fue el origen, sino el DIARIO DE AVISOS. ¿Qué hace aquí el DIARIO DE AVISOS? Me lo explicó también rápidamente: en aquel tiempo trabajaba con él, en Morro Jable, un chico de Tenerife que se hacía enviar por suscripción el periódico que ahora dirige Carmelo. Él mismo se suscribió y cuando se volvió a Italia siguió, por tradición y por gusto, recibiendo la información desde Santa Cruz de Tenerife. Ahora, por ejemplo, está muy pendiente de los Carnavales, que será su destino en febrero. “¡Menuda locura i Carnevali!”, me dijo.

Así que ya sabe Carmelo: en Roma hay un sitio en el que se come pizza y se lee su periódico. Noticia vieja, pero porque en España se toman excesivas vacaciones los periódicos.

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