Tópicos y muletillas

No existe especialidad que utilice más tópicos y muletillas que el periodismo deportivo, que a pesar de que ha evolucionado hacia la cultura -lo cual se agradece- se ha caracterizado, durante años y años, por fabricar precisamente esos tópicos y esas muletillas: esférico, bola, “tangana” (sin acento, parece que admitido por la Academia, que lo admite ya casi todo), trencilla (por árbitro), testarazo, goleador (cuando el jugador solo ha metido un gol en el partido), penalti clamoroso (se le debe a Álvaro Castañeda, paz descanse), etcétera. Hay un locutor deportivo en la COPE de Tenerife, me parece que se llama Cristian García Dávila, que se ha empeñado en llamar Pelluis a José Luis Martí, entrenador del Tete, cuando está harto el pobre hombre de decir que él se llama José Luis, no Pelluis. Pero el Dávila, erre que erre. El otro día me cogió el programa con tráfico, es decir cabreado, y apagué la radio del coche, porque, además, es que lo nombra siete veces por minuto. A ver si mi amigo Narbona se pone las pilas, en vez de estar comiendo tanto cabrito, y corta lo de Pelluis, porque va a perder un oyente para siempre. El periodismo deportivo siempre ha sido lo último en España. Todos empezamos por ahí, que era lo fácil. Ahora ya no, ahora se analizan de forma científica los partidos y los cronistas entienden un huevo de fútbol, mucho más que los entrenadores. Y si quieren joderte y llamarte Pelluis, date por bautizado, aunque no figures en el santoral. En fin, a mí no me gusta hablar mucho de la profesión, a estas alturas de mi vida, pero un toquito apenas no está nada mal dar, de vez en cuando. Y eso, Pelluises del mundo mundial, es así.