sanidad

Trece ancianos abandonados por sus familias en el Hospital palmero

“Es necesario legislar contra este serio problema que requiere de actuaciones jurídicas y políticas urgentes”, declara a DIARIO DE AVISOS el gerente del centro sanitario, José Izquierdo Botella
Imagen de archivo del Hospital General de La Palma, donde se realizó la operación. | DA
Imagen de archivo del Hospital General de La Palma. | DA

Trece ancianos permanecen abandonados por sus familiares en el Hospital General de La Palma. La cifra, tras la que se esconden hombres y mujeres en plena vejez y sin patologías que obliguen a una ingreso hospitalario, algunos de ellos en procesos de depresión y todos victimas de una profunda tristeza por la situación que les ha tocado vivir, no es la más alta que se ha registrado en el centro sanitario insular.

Hasta 20 personas en plena senectud han llegado a ocupar otras tantas camas en el Hospital tras la decisión de sus familiares directos, hijos e hijas, de no llevarles a casa tras ser atendidos en Urgencias o en otros servicios del centro. Todos estos familiares, requeridos por las autoridades sanitarias, exponen, tal y como asegura el gerente del Hospital palmero, José Izquierdo Botella, “razones como falta de espacio, falta de recursos… la lista de argumentos que dan es muy larga, pero ninguno de ellos justifica esta actitud”. Ni requerimientos, ni cartas, ni presentar facturas sanitarias en concepto de estancia para concienciar a los sujetos que llevan a cabo el abandono de sus mayores. Nada da resultado frente a una situación que se ha cronificado en el tiempo, no solo en el centro hospitalario de La Palma sino de Canarias, y que pese a todo no evita que las familias sigan cobrando la pensión de sus mayores.

Izquierdo razona que “lo lógico sería que se regulara la obligación de que si una familia abandona a una persona mayor, la pensión pasase a la institución que se hace cargo de esta persona, además de que los bienes de los afectados dejen de estar gestinados por estas personas, y pasen a ser tutelados de otra manera, garantizando que esos medios tengan como fin el cuidado y mantenimiento del mayor esté donde esté”.

La falta de concreción del concepto de abandono en una institución pública en el Código Penal, parece no permitir actuar con esta fórmula contra los familiares que deciden adoptar una actitud negligente desde el punto de vista moral y ético. El artículo 226.1 del Código Penal recoge que incurren en delito de abandono “el que dejare de cumplir los deberes legales de asistencia inherentes a la patria potestad, tutela, guarda o acogimiento familiar o de prestar la asistencia necesaria legalmente establecida para el sustento de sus descendientes, ascendientes o cónyuge, que se hallen necesitados“, con lo que el abandono en el Hospital, tal  y como ocurre en La Palma, no parecen tener cabida jurídica.

El desánimo y la depresión son elementos emocionales presentes en los ancianos abandonados. La labor del personal sanitario en el Hospital General de La Palma pasa en muchos casos a ser asistencial y hasta de acompañamiento y ayuda emocional. Pese a todo, esa generosidad humana no puede suplir la enorme  decepción en la conciencia de estas personas mayores, muchas de las cuales siguen defendiendo que lo más importante es la familia. José Izquierdo reconoce que esta situación se viene dando desde hace años pero insiste en lo que entiende como una imperiosa necesidad: “Legislar contra el abandono en centros hospitalarios; este es un problema muy serio que requiere de un abordaje social, jurídico y político urgente”.

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