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Un hombre dona un riñón a su mujer, con una insuficiencia renal

Nieves, palmera de 33 años, asegura, tras superar la intervención: “Miguel me ha dado muchas cosas a lo largo de estos años y esta es una nueva demostración de su amor”
Miguel y Nieves en una imagen juntos y felices. | DA

El marido de Nieves le ha salvado la vida y le ha devuelto la sonrisa, después de 10 años de los padecimientos de una enfermedad genética que deterioró mucho la calidad de vida de esta palmera de 33 años, y que la obligó a someterse a diálisis después de varios tratamientos que terminaron resultando infructuosos.

Miguel ha donado uno de sus riñones a Nieves el pasado mes de enero. Fue una larga intervención quirúrgica finalizada con éxito por parte del equipo de Nefrología del Hospital Universitario de Tenerife (HUC). Pruebas médicas durante seis meses y la tozudez de Miguel, de 36 años, además del minucioso quehacer de un equipo médico de primer nivel en el HUC, lograron obrar lo que para ellos es el acontecimiento más importante de sus vidas, que comparten desde hace 19 años.

Nieves, sentada en el popular Bar Bahía de Santa Cruz de La Palma, donde Miguel trabajó y donde son recibidos por los compañeros como verdaderos héroes, reconoce sonriente que “Miguel me ha dado muchas cosas a lo largo de todos estos años y esta es una nueva demostración de su amor”. Aunque no logrará tener el alta médica hasta dentro de un año, se siente pletórica.

Lo mismo que Miguel y el hijo de ambos, Samuel, que acompañó a sus padres hasta la puerta del quirófano “porque no queríamos que estuviera en La Palma sin saber qué pasaba. Él sabía que la mamá estaba enferma y que íbamos a hacer todo lo posible para curarla”.

Nieves confiesa que “yo no creía que Miguel pudiera ser compatible conmigo para donarme uno de sus riñones. Una vez lo supimos me preocupaba por el niño: los dos entrábamos en quirófano para una intervención”. La operación fue un éxito y atrás quedan momento muy duros para Miguel y Nieves.

Horas conectada a una máquina de diálisis, el miedo al resultado de los tratamientos, la espera tras la biopsia, la lucha por hacer frente con una sonrisa y llena de optimismo a cada uno de los días junto a su hijo de diez años. También la madre de Nieves se sometió a las pruebas para ser la donante de su hija, y lograr que terminara la amenaza que, para su calidad de vida suponía la Glomerulonefritis que brotó durante e embarazo de su nieto Samuel.

Durante estos diez años de lucha “ningún tratamiento dio resultado”. Una década fue “el tiempo máximo que me dieron antes de pasar a la diálisis”, recuerda. El pasado 22 de enero Miguel y Nieves entraron en el mismo quirófano del Hospital Universitario de Santa Cruz de Tenerife con una hora de diferencia. Salieron de allí juntos para afrontar un futuro más prometedor, pero también lo que podría haber sido un lenta recuperación que, pese a las dificultades, está avanzando a pasos agigantados.

Nieves, que podrá volver a dar clase a niños de infantil en un año, asegura que “Miguel es muy tozudo. Desde el principio quería ser el donante y no hubo forma de que no fuera así. Incluso mientras mi madre se hacía las pruebas de compatibilidad él estaba seguro de sería el donante”. Nieves y Miguel han dado a Samuel toda una lección de vida. Hay que luchar y seguir, siempre, adelante.

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