Ni procesos de depuración de agua ni cualquier tipo de permiso o licencia. La piscifactoría de Aguamansa, en La Orotava, donde se trataba a los peces con antibióticos perjudiciales para la salud humana, vertía sus aguas al Canal del Norte de Tenerife sin cumplir las más básicas prevenciones, según ha reafirmado ante el juez el agente del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) que levantó el atestado que dio lugar al cierre urgente de esas instalaciones y a la apertura de una causa judicial con el Cabildo de Tenerife como responsable civil subsidiario.
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