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Una empresa del Sur prioriza el empleo para las mujeres agredidas

Sercaigua Canarias, dedicada a limpieza, mantenimiento y jardinería, pide una mayor implicación de empresarios y organismos para facilitar el acceso laboral a las víctimas de violencia de género
Concentración de vecinos en El Fraile (Arona) tras el último caso de violencia de género en el Sur. Fran Pallero
Concentración de vecinos en El Fraile (Arona) tras el último caso de violencia de género en el Sur. Fran Pallero
Concentración de vecinos en El Fraile (Arona) tras el último caso de violencia de género en el Sur. Fran Pallero

Es la primera empresa en Tenerife, dedicada a servicios profesionales de limpieza, mantenimiento y jardinería, que prima la contratación de trabajadoras víctimas de la violencia de género. Sercaigua Canarias abrió sus puertas en Adeje hace casi dos años y en el proceso de selección de su personal colabora Cruz Roja y la Unidad Orgánica de Violencia de Género del Cabildo de Tenerife.

Su gerente, María del Mar Navarrete, dejó claro ayer a este periódico que no son una ONG, sino una empresa privada que desarrolla una labor social pionera en la Isla. “La contratación está abierta no solo a mujeres maltratadas o en riesgo, pero la prioridad la tienen ellas. Si una empresa nos pide cinco trabajadoras, en ningún caso les decimos quién o quiénes han sufrido agresiones machistas, porque eso forma parte de la vida privada y no tenemos ningún derecho a revelar su situación en el pasado. Pueden ser las cinco, cuatro o una, la contratación abierta evita que se les señale”, explicó la responsable de Sercaigua Canarias.

Navarrete hace un llamamiento a empresarios y organismos “para que se impliquen un poco más”, consciente de que a empresas como la que dirige les hace falta más visibilización. “No pedimos dinero ni subvenciones, solo que nos den trabajo para poder contratar a cuantas más mujeres mejor, lo que nos permitiría hacer contrataciones largas”.

No oculta que existe una “cierta hipocresía” a la hora de tratar de generar las mejores condiciones para facilitar el acceso al mercado laboral de las víctimas de violencia de género.

“Al principio, todo son buenas palabras por parte de empresarios e instituciones y después se van olvidando; a lo mejor el día en que, ojalá, tengamos 300 mujeres, seremos interesantes”, señala. Además, subraya un comentario que está cansada de oír cuando ofrece sus servicios a las empresas: “A ver si vamos a tener un problema con la expareja”, a lo que María del Mar Navarrete responde que la seguridad de sus trabajadoras es una prioridad y que está “controlada”.

Junto al empleo, la empresa se preocupa de la formación, realizando cursos puntuales en colaboración con la Asociación de Gobernantas de Tenerife (Agote) sobre aspectos como técnicas de limpieza o los productos ecológicos, entre otros. La gerente se refirió también a la ilusión con las que afrontan sus empleadas el reto profesional.

“Aunque hay algunas que empiezan con un poco de miedo, se implican al máximo, ponen muchísimas ganas y son muy responsables con su trabajo, al que se adaptan enseguida. La pena es que no podemos ir a la velocidad que queremos y contratar a más”, manifestó Navarrete.

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