Colegios isleños emplean la inteligencia emocional para prevenir conductas de riesgo

Una veintena de centros escolares de Canarias implementan un pionero y exitoso proyecto que ayuda a los niños a identificar comportamientos adictivos y a mejorar sus habilidades sociales
De forma lúdica y atrayente, los niños aprenden a desarrollar habilidades sociales y descubren los sentimientos. / DA
De forma lúdica y atrayente, los niños aprenden a desarrollar habilidades sociales y descubren los sentimientos. / DA

Lo que para muchos ha descubierto recientemente el cine de animación, merced a la premiada película Del revés, fue hace dos años una ambiciosa apuesta de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias, en su batalla por la prevención de socioadicciones y comportamientos negativos en el ámbito escolar. No en vano, junto a Asturias, el Archipiélago fue la primera comunidad autónoma en poner en marcha el programa europeo Nino y Nina, un proyecto desarrollado por la ONG portuguesa Prevenir que se aplica con éxito en varios países del continente. Su responsable en las Islas, la socióloga Lorena Crusellas Díaz, explica que el citado programa, el único de estas características que se implementa en Educación Infantil (para niños de entre 3 y 6 años), trata de enseñar a los menores a manejar habilidades sociales, como el autocontrol, la disciplina o la autoestima, facilitándoles además la identificación de los diferentes sentimientos y su adecuada forma de expresión.

“De forma lúdica y atractiva, los alumnos descubren y valoran sentimientos como la amistad, el compañerismo, la participación o el esfuerzo”, expone Lorena Crusellas, quien asegura que el proyecto “ayuda a prevenir conductas que se pueden desarrollar a edades más avanzadas, como drogadicciones, violencia de género o acoso escolar”. El pilotaje se inició el curso 2013/2014 en tres centros escolares de La Laguna, y dos años después acaba de evaluar sus primeros resultados. “Hemos medido el impacto tanto en los niños como en los educadores y las familias, a corto y largo plazo, y los resultados han sido muy positivos. Por ejemplo, si al principio de curso más de la mitad de una clase tenía comportamientos violentos y pegaba a los compañeros, al final del programa prácticamente ninguno continuaba agrediendo a otros alumnos. También se consiguió que los niños consiguieran más habilidades sociales, que son fundamentales para prevenir comportamientos de riesgo en el futuro”, recalca la socióloga.

[su_pullquote align=”right”]“si se fomentan hábitos positivos en los niños antes de los 14 años, se puede conseguir que no se hagan adictos a sustancias como el tabaco, porque no habrán incorporado ese hábito al cerebro”[/su_pullquote]

Tras el éxito logrado en los primeros colegios isleños, muchos más decidieron apostar por este novedoso programa de inteligencia emocional, que se implementará ya el próximo curso en una veintena de centros escolares de Canarias. “El proyecto, que en países como Portugal es una referencia y está subvencionado, se basa en el fomento del autocontrol y la autodisciplina en el aula. “Por eso se trabaja en Infantil, porque es la etapa en la que los niños empiezan a ser conscientes de que se portan bien o mal en clase, lo que les permite autoevaluarse y lograr que mejoren sus actitudes y comportamientos para cuando llegan a Primaria”, denota Lorena Crusellas, que insiste en que “también se trabaja en el ámbito de la inteligencia emocional, que básicamente consiste en ponerle nombre a las emociones y saber diferenciar las unas de las otras”. “Tampoco es como una varita mágica que va a ayudar a resolver o prevenir todos los problemas que puedan tener los chicos en el futuro, pero sí está demostrado que si se fomentan hábitos positivos antes de los 14 años, cuando muchos menores empiezan a consumir tabaco o alcohol, probablemente no lleguen a ser adictos, porque no habrán incorporado ese hábito al cerebro”, concluye la experta.

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