“Hay profesionales titulados y cualificados que no asisten a cursos porque no pueden pagarse la guagua”

Gerardo Mesa Noda, presidente de esta ONG en el Archipiélago, señala que el programa de asistencia básica atiende a más de 81.000 personas
GERARDO MESA NODA CRUZ ROJA CANARIAS
GERARDO MESA NODA CRUZ ROJA CANARIAS
Gerardo Mesa Noda, presidente de la Cruz Roja en Canarias. / DA

Exsenador y expresidente del Cabildo de Fuerteventura, Gerardo Mesa Noda (Vallehermoso, La Gomera, 1935), lleva más de tres décadas vinculado a la cooperación y la ayuda humanitaria. En el año 2000 entró a formar parte de Cruz Roja como voluntario, iniciando con ello una trayectoria que lo llevaría, 12 años después, a la presidencia autonómica de la entidad. Desde entonces, se ha enfrentado a una de las situaciones más complicadas de la institución humanitaria, que diariamente atiende a miles de personas en el Archipiélago. Y es que, a pesar de que las macrocifras indican que la crisis parece estar tocando a su fin, Gerardo Mesa alerta de que “la pobreza sigue extendiéndose por Canarias”.

-Algunos indicadores económicos hablan de que la recuperación ya ha comenzado, pero en la calle la gente sigue percibiendo la amenaza de la crisis. ¿Cuál es la situación que se encuentra actualmente Cruz Roja en Canarias?

“La realidad es que en estos momentos estamos atendiendo a mayor número de personas que antes; y no es que lo digamos nosotros, también lo dice Cáritas, otras ONG y las estadísticas sobre población vulnerable. Quizá han mejorado ligeramente las cifras de empleo, pero las personas que consiguen un trabajo tienen unas condiciones laborales que no les permiten vivir dignamente. Y no olvidemos que la red familiar es la que más gente está atendiendo, sobre todo en las islas menores”.

“Solo en lo que se refiere a asistencia básica, estamos atendiendo a más de 81.000 personas en canarias”

-¿A cuántas personas asiste en estos momentos la institución?

“Solo en lo que se refiere al programa de asistencia básica para personas en situación de vulnerabilidad, estamos hablando de 81.329 personas, pero todavía no hemos terminado de cerrar el año 2015. Y en lo que se refiere a alimentos, hemos atendido a 20.390 personas. Pero ayudamos a otras muchas no solo dándoles comida, también comprándoles material escolar para sus hijos, facilitándoles gafas, medicinas o simplemente acercándonos a aquellos que están en un pozo sin fondo del que no pueden ni quieren salir”.

-¿Cuál es el rostro de la pobreza en el Archipiélago?

“Ahora ya no hablamos solo de familias desestructuradas o en situación de exclusión social, sino de familias de clase media donde antes trabajaban uno o los dos progenitores, que tenían una casa hipotecada y un coche. Y cuando uno o los dos se quedan sin empleo, y si además no son de aquí o no tienen a nadie que les ayude, la situación se complica. Hay casos de profesionales titulados y cualificados que no pueden asistir a cursos porque no tienen dinero para pagarse la guagua”.

-Se puede decir que es la crisis de la clase media…

“Sin duda. Y quizá lo peor está por llegar, porque estamos viendo cómo grandes empresas han anunciado el cierre de oficinas y la reducción de buena parte de su personal. Además, no solo es que muchas personas puedan ir al paro, sino que se trata de puestos de trabajo que ya no se van a recuperar y que no serán ocupados en el futuro por jóvenes que terminan sus estudios”.

-En este contexto, colectivos como el de los inmigrantes son los más perjudicados, ¿no es así?

“Por supuesto. Los inmigrantes son los más perjudicados, porque además si no hablan el idioma tendrán más dificultades para encontrar un trabajo. Son discriminados y tienen el doble de dificultad, sobre todo si son mujeres”.

-Otro de los problemas que ha generado la crisis es el aumento de la pobreza infantil y las repercusiones futuras que puede tener en sociedades como la isleña. ¿Es tan grave esta situación como alertan entidades como Unicef?

“La pobreza infantil se da en una situación de la vida en la que los niños se están formando física y mentalmente, en la que se adquieren los primeros valores. Y precisamente en esos momentos muchos menores están pasando graves necesidades, lo que además genera discriminación en el colegio, lo que sin duda influirá en su personalidad. Todas estas familias en las que se enmarcan estos niños pasan además de ser clase media a estar en la pobreza, y eso es muy difícil de asumir”.

“Está claro que las ONG están haciendo el trabajo que le correspondería hacer a la administración”

– ¿Siente Cruz Roja que está haciendo el trabajo que le correspondería hacer a la administración pública?

“Está claro que es así, porque lo ideal sería que no tuviera que existir ninguna organización como Cruz Roja. Pero esos valores de compañerismo, de voluntariado y de ciudadanía son los que están fomentando las ONG, que están asumiendo responsabilidades que no les corresponden”.

– ¿Cuáles son las necesidades más acuciantes de los canarios y los proyectos en los que está haciendo hincapié Cruz Roja?

“La característica de Cruz Roja es la cantidad de programas que está realizando, porque abarca muchos ámbitos. Respondemos a todas las necesidades de la población, desde lanchas de salvamento, teleasistencia, apoyo a familias con personas mayores a su cargo, ayuda complementaria a domicilio, etc. Incluso, ahora estamos realizando reparaciones en domicilios de personas mayores de El Hierro, para que puedan permanecer en sus casas y no tengan que ser ingresados en centros, lo que además ahorra gastos a la Administración. Y de todos esos proyectos, los más demandados son los de formación y empleo, porque el trabajo es fundamental para que las familias con dificultades puedan salir adelante”.

-La entidad que preside también está viviendo su particular crisis dentro de la propia crisis, ¿no es así?

“Por supuesto. Nos hemos tenido que organizar para recortar gastos. Por ejemplo, todas las asambleas locales se han unido en asambleas comarcales, para poder distribuir mejor los recursos. Y eso sin disminuir los puntos de atención, pero intentamos ser más efectivos. También tenemos reuniones por videoconferencia para evitar desplazamientos, incluso a nivel nacional”.

-Además de los recortes en las ayudas institucionales, ¿han visto también cómo se reducían las aportaciones de los socios?

“Pues, contrariamente a lo que pudiera pensarse, no ha sido así. Por ejemplo, hemos vendido más lotería del Sorteo del Oro que nunca, cuyo 60% va destinado a financiar las asambleas locales y regionales, porque les ayuda a sufragar todos esos gastos que no cubren los convenios con las administraciones. Hemos aumentado el número de socios y también la cantidad de las aportaciones de muchos de esos socios. Creo que la gente se ha dado cuenta de la labor que hace Cruz Roja y cada vez es más solidaria”.

-En esa labor de sensibilización es básica Cruz Roja Juventud…

“Nuestra primera misión es atender las necesidades básicas de la gente; después, tratar de sacar a las personas de la marginalidad, ayudándolas a prepararse y convenciendo a las empresas de que contraten a la gente que formamos. Y la otra parte fundamental de nuestro trabajo es el cambio de mentalidad de la juventud. Nuestros jóvenes y voluntarios están trabajando con otros jóvenes y niños en los colegios para tratar de cambiar los principios de las personas, inculcándoles que deben formarse para tener un criterio propio y una formación integral”.

-¿Cree que si no fuera por la solidaridad de la gente y las redes familiares de apoyo se podría haber producido una auténtica revolución social en las Islas?

“Sin duda. Pero no nos engañemos. Esta situación es la Administración quien debe resolverla. Está bien que la gente sea cada vez más solidaria, que aporte, pero no es lógico que una persona de 50 años, formada y con experiencia, cuando está en el mejor momento de su vida, no tenga las oportunidades que merece. No es el ideal. Por eso, hemos de luchar para que los que nos administran sepan ofrecer soluciones a eso y distribuir mejor los recursos”.

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