Milagro en Las Teresitas

Una avioneta con tres ocupantes a bordo, miembros de la misma familia y de nacionalidad belga, se estrella en la playa de la capital y solo resulta con heridas graves el piloto de la aeronave, quien permanece ingresado en el Hospital La Candelaria por la fractura de una pierna y un golpe abdominal

 

Milagro. Esa fue la palabra más repetida, ayer, en la chicharrera playa de Las Teresitas, donde una avioneta de pequeño tamaño y con tres pasajeros a bordo, impactó en la arena. Milagro porque los tres ocupantes salieron con vida, milagro porque ningún bañista resultó herido, milagro, en definitiva porque lo que pudo ser una auténtica tragedia se quedó en un enorme susto. Poco antes de la una de la tarde, una familia belga, compuesta por un hombre, una mujer y una niña de 13 años, informaba a la torre de control de Los Rodeos, aeropuerto de donde habían partido unos minutos antes con destino a Marruecos, que tenía problemas técnicos y que se dirigía a Las Teresitas para realizar un aterrizaje forzoso.

El coordinador de Cruz Roja, Daniel Martínez, fue el primero en llegar hasta el aparato siniestrado. Antes, recibió el aviso del Centro Coordinador de Emergencias 1-1-2 informando de la situación y pidiéndole que pusiera todos los medios necesarios para que se pudiera producir el aterrizaje, además de desalojar la playa. No hubo tiempo. Prácticamente a la misma hora que recibía el aviso, impactaba la pequeña avioneta, primero contra el agua y luego en la arena. “Pensé que era un dron, por lo pequeño y por lo silencioso”, contaba uno de los testigos, Jacob, quien incluso llegó a pensar que se trataba de un atentado terrorista al ver como se estrellaba contra el agua.

Y es que, ayer, con varios cruceros en el puerto, la playa contaba con un inusual números de extranjeros que observaron cómo se producían los hechos. El turista holandés era uno de ellos y explicó que vio acercarse el avión y que en un momentos dado intentó girar pero el ala izquierda chocó contra el agua, “dio varias vueltas y se paró en la orilla”, dijo. “Fue todo muy extraño”, añadió.

Otro de los testigos, Javier, estaba a escasos 15 metros del punto de impacto. De nuevo, la palabra milagro aparece en la narración del suceso. “La avioneta rebotó en el agua y cayó en la arena, se desprendieron partes del aparato que también acabaron entrando en la playa. Es un milagro que los ocupantes estén vivos, y que no haya nadie herido en la playa es más milagroso aún”. Admite que tampoco oyó llegar el aparato de forma que hasta que estaba prácticamente encima no se dio cuenta de que pasaba algo. Según varios testigos y como confirmó el coordinador de Cruz Roja, la mujer fue la primera en salir por su propio pie. Lo hizo pidiendo auxilio (en inglés) y después salió también la menor, con la ayuda ya de Cruz Roja. “Los usuarios vieron como se acercaba la avioneta y pudieron alejarse un poco de la zona”, explicó Martínez, quien añadió que “se veía que venía de Los Rodeos, quiso girar por encima de la lámina de agua pero el ala izquierda acabó impactando en el agua y entonces ya dio un bote y cayó en la zona de arena”, detalló el coordinador de Cruz Roja a los medios, coincidiendo con el relato de la mayoría de los testigos.

Los sanitarios de la ONG fueron los primeros en llegar, no solo porque fueron avisados por el 1-1-2 sino porque el punto de impacto se situó justo en frente de su torre de vigilancia, hacia el final de la playa. “Visualizamos tres personas a bordo, de una familia extranjera, francófonos, las féminas de la familia parecían ilesas y el varón más grave. Procedimos a inmovilizarlo, le tomamos la tensión arterial, que la tenía bien, y observamos que presentaba un impacto abdominal y una pierna dañada . Después ya, con la llegada de los servicios de urgencias fue evacuado, estable, al Hospital de La Candelaria en ambulancia medicalizada”, relató Martínez.

Vídeo Guacimara Arteaga – Plató del Atlántico

Los testimonios de cómo se produjo el suceso se repetían. “La vimos aparecer con el morro muy levantado en dirección a las rocas del rompeolas, quiso coger altura y no pudo”, relataba María, otra de las usuarias de la playa que, en este caso, se encontraba en el paseo del rompeolas. Igual que el resto de bañistas, primero pensó que se trataba de un dron por el tamaño del aparato hasta que se dio cuenta de llevaba una hélice en la parte de atrás. “Volaba muy bajo”, explica otro de los que vieron volar el aparato desde las rocas del rompeolas y creyó que era un dron, Ramón. “Hasta pensé que el que estaba manejándolo iba a provocar un accidente volando a esa altura”. Este testigo quiso llamar la atención sobre la pericia del piloto que permitió que la avioneta terminara entrando en la arena, “si hubieran caído en el agua, habrían tenido muchos más problemas para salir ilesos, se habrían hundido con la cabina, en la que quedaron atrapados”.

Suerte o pericia

El alcalde, José Manuel Bermúdez, que se desplazó a la playa justo minutos después de que se produjera el accidente, señaló a los medios que se trataba de un “auténtico milagro de Navidad”. No quiso entrar a valorar si la pericia del piloto fue lo que evitó daños mayores, “no se si la pericia o la suerte; no sabemos que ha pasado, serán los peritos lo que lo decidan, en cualquier caso la buena noticia es que no hay ninguna persona afectada y por supuesto lamentar que hayan tenido este percance”, señaló.

Bermúdez aportó algunos datos más sobre lo ocurrido, como que, desde el momento en que se produce el anuncio de problemas técnicos de la avioneta a la torre de control del aeropuerto, hasta que aterriza de manera forzosa en la playa, apenas transcurrieron cinco minutos. “Tengo que decir que valoramos como un milagro el hecho de que no se haya producido ninguna afección a ningún bañista. No hay ninguna persona que estuviera en la playa que, afortunadamente, haya sufrido lesión alguna como consecuencia del aterrizaje”, explicó el alcalde. Para el regidor municipal lo sucedido también tuvo una gran parte de fortuna al darse cuenta el piloto de que tenía problemas técnicos y tomar la decisión de aterrizar.


Fotos DA | La avioneta días previos al accidente en el hangar de mantenimiento del aeropuerto Tenerife Norte

Cruz Roja, Policía Local, Policía Nacional, Bomberos, llegaron al lugar casi de inmediato y comenzaron las labores de rescate por un lado (los bomberos procedieron a la excarcelación del hombre, el único que hasta el momento permanece ingresado) y a acordonar la zona del impacto. Pasadas las cuatro de la tarde se procedió a la retirada de los restos del aparato y casi a las seis de la tarde se procedió a la apertura total de la playa, tras comprobar que no había vertido de combustible del aparato ni tampoco restos en el fondo de la zona de baño.

Los bomberos informaron de que para realizar la tareas de excarcelación de los ocupantes fue necesario romper el techo de la avioneta. Asimismo, tras valorar médicamente a los afectados (el piloto en un estado de mayor gravedad y las otras dos personas afectadas leves) intervinieron en las tareas de estabilización del aparato y en el control del vertido de combustible, producido también por el impacto.

Plan de vuelo

En el momento del accidente, la única información que había trascendido es que el hombre, de nacionalidad belga y residente en el sur de Tenerife, es socio del Real Aeroclub Tenerife, con sede en el aeropuerto de Los Rodeos. Su presidente, Francisco Andreú Plaza, también se trasladó a la playa para conocer de primera mano lo sucedido. Desde la entidad se confirmó que el avión era propiedad del accidentado y que no pertenecía, por tanto, a la flota que el Aeroclub suele alquilar a sus socios. Por su parte, los peritos procedían, ayer, a pie de playa, a examinar los restos del aparato siniestrado que quedó reducido a la cabina de pasaje y la hélice, que, a diferencia de las avionetas de mayor tamaño, se ubica en la parte trasera de la aeronave. Las autoridades competentes procederán ahora a investigar si la familia había informado de sus planes de vuelo, sobre todo en lo referente al destino del viaje, Marruecos, por encontrase en el extranjero. Según los testigos, todo parece indicar que el piloto, pretendía aterrizar en la parte de la arena seca, para reducir el impacto del aterrizaje forzoso. El hecho de que en el giro, con el que pretendía entrar de frente a la playa, el ala tocara el agua, hizo que la maniobra finalmente acabara con el aparato en la parte mojada de la arena, rompiéndose en varios pedazos.

Antecedentes

Hasta la fecha, se desconoce accidentes similares en el litoral chicharrero. Para encontrar un incidente similar en el mar tinerfeño, hay que remontarse al amerizaje del avión DC 3 de Spantax en el litoral de El Sauzal, aparato que cubría la ruta Tenerife-La Palma y del que, este pasado mes de septiembre, se cumplieron 50 años. Cinco miembros de la de tripulación y 24 pasajeros lograron ser rescatados por los pescadores de la zona antes de que el aparato se hundiera. Consiguieron ponerlos todos a salvo excepto a uno de los pasajeros que falleció a causa de un infarto.

Fuera de nuestras fronteras, el amerizaje más sonado, y sobre el que incluso se ha hecho una película dirigida por Clint Eastwood, estrenada este mismo año bajo el título de Sully, es el realizado por el capitán Chesley Sullenberger, quien en 2009, ejecutó un amerizaje sobre las aguas del río Hudson, en Nueva York. Allí, la pericia del piloto evitó que se produjera una auténtica catástrofe ya que a bordo del A-320 viajaban 150 pasajeros. El impacto de una bandada de pájaros contra el aparato fue la causa del accidente.

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