El DIARIO da la bienvenida a los Reyes en el Teide

Más de 220.000 personas asisten al desfile de bienvenida de los Reyes Magos, que convirtió a Santa Cruz en un gran hervidero de gente llena de ilusión y de paquetes

Si el año pasado la lluvia hizo que la asistencia de público a la tradicional bienvenida a los Reyes Magos se viera mermada, este año, el buen tiempo y, sin duda, la mejoría de las perspectivas económicas, convirtieron ayer a Santa Cruz en el centro de todas las miradas, no solo por la visita de los Reyes, sino también por los miles de personas que abarrotaron la ciudad en busca de las últimas compras en una noche que fue realmente mágica. Si las cifras sirven para algo es para poner de manifiesto que la Cabalgata de Santa Cruz se ha convertido en la madre de todos los desfiles reales. Ayer, desde las siete de la mañana y hasta las siete de la tarde, 77.867 vehículos entraron en la capital, de ellos, 18.156 lo hicieron entre las 16.00 y las 19.00 horas.

Esto se traduce en que más de 220.000 personas se desplazaron a Santa Cruz en algún momento a disfrutar de una fiesta en la que este año, además, se ha visto reforzada la seguridad debido a los últimos atentados terroristas cometidos en Europa. Ayer se pudo ver cómo camiones de los distintos servicios públicos eran colocados en las calles que daban acceso al trayecto de la Cabalgata, un método, aseguran fuentes municipales, mucho más práctico y seguro que colocar macetones, como sugirió el Ministerio del Interior y que también pudo verse en otras ciudades españolas. Afortunadamente, solo hubo que lamentar la pérdida de uno de los tres cofres que Sus Majestades tenían que entregar en la adoración al Niño Jesús. Al parecer, fue el rey Gaspar el que perdió el suyo.

Antes, los Reyes hicieron su aparición estelar en el Estadio Heliodoro Rodríguez López, donde miles de niños abarrotaban las gradas a la espera de tan mágica visita. Cuando el helicóptero, a las seis menos cuarto, sobrevoló el estadio, los gritos de los niños llamando a Sus Majestades era lo único que podía oírse. Melchor, Gaspar y Baltasar respondieron a su llamada y entraron al Heliodoro Rodríguez López a lomos de sus respectivos camellos. Antes lo hizo su séquito, pero a bordo de tres lujosos descapotables. Sus Majestades estuvieron precedidas de un espectáculo dirigido por Javier Caraballero que se apoyó en un cuento protagonizado por los habitantes de un castillo real. La pelea entre la reina, la princesa Bella y la malvada bruja Cornelia, que robó las llaves de la ciudad, fue el hilo argumental.

Cabe destacar que fue el pregonero real el encargado de recuperar las llaves, y lo hizo enamorando a Cornelia con la melodía de una canción poco infantil… Ramona, te quiero, aunque, eso sí, la letra estaba completamente adaptada.

Es destacable el esfuerzo hecho por Fiestas para que la fiesta celebrada ayer fuera casi 100% inclusiva, con espacios destinados a las personas con discapacidad y especial atención a sus necesidades.

Los tres Reyes Magos se dirigieron a los niños recordándoles que tenían que ser buenos con todos (papá, mamá, los abuelos, los hermanos, los amigos…) y que los querían a todos ellos. Tras recorrer el estadio recogiendo las cartas con los deseos de los más pequeños, Melchor, Gaspar y Baltasar se incorporaron a la Cabalgata, en la que desfilaron a bordo de carrozas y con sus camellos, que iban al final del desfile cargando los regalos. En apenas hora y media el desfile llegó a la plaza de la Candelaria. Mil figurantes y una decena de carrozas, entre las que destacó la de la reina y su hijo, una carroza de luces que hizo la delicia de grandes y pequeños.

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