microalgas en canarias

Los científicos que asesoran al Gobierno achacan el ‘bloom’ al clima

Emilio Soler, del Banco de Algas, detalla que la actual floración de ‘Trichodesmium’ se inició en El Hierro y luego ha afectado a La Gomera, La Palma, Tenerife y Gran Canaria
Emilio Soler, del Banco Español de Algas, y Rogelio Herrera, técnico de Biodiversidad de la Consejería de Medio Ambiente. Andrés Gutiérrez
Emilio Soler, del Banco Español de Algas, y Rogelio Herrera, técnico de Biodiversidad de la Consejería de Medio Ambiente. Andrés Gutiérrez
Emilio Soler, del Banco Español de Algas. Andrés Gutiérrez

Emilio Soler, taxónomo y experto del Banco Español de Algas, es el especialista de referencia en el que se apoya el Gobierno de Canarias para negar que las cianobacterias de la especie Trichodesmium erythraeum, que manchan las costas de varias islas con un bloom (término que alude a la floración masiva de microorganismos), estén vinculadas con los vertidos de residuos al mar.

Ayer, en una rueda de prensa, con los directores generales de Salud Pública y Protección de la Naturaleza del Ejecutivo canario, y técnicos de Sanidad y Medio Ambiente, Soler afirmó que estos microorganismos se alimentan principalmente de fósforo y hierro, que aporta el polvo sahariano que llega a las Islas gracias al viento, así como del nitrógeno que son capaces de sintetizar del aire. Descartó, por tanto, que estas cianobacterias puedan tomar estos nutrientes de las aguas residuales. Como factores que también han contribuido a la proliferación de las microalgas citó la estabilización de la columna de agua, las altas temperaturas y la alta irradiación.

El taxónomo del Banco Español de Algas, fundación vinculada a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y que se financia con los proyectos que le encargan tanto del sector público como del privado, apuntó que este año está siendo “inusualmente anómalo” desde el punto de vista meteorológico. Recordó que de este fenómeno hay precedentes desde 2004, cuando el Banco Español de Algas, junto a otros grupos de investigación, publicó el primer artículo que evidenciaba la presencia de estas manchas en Canarias. En 2011 hubo otra proliferación que afectó a la provincia oriental y ahora, en 2017, se está repitiendo un bloom que empezó en El Hierro, luego pasó al suroeste de La Gomera y La Palma y finalmente llegó a Tenerife, donde ha sido muy patente la aparición de manchas, y al suroeste de Gran Canaria.

Aclaró que el microorganismo que está manchando el litoral canario este verano no está en el listado de especies nocivas de microalgas y cianobacterias que da la Unesco y, por tanto, no figura como especie tóxica. No obstante, produce amonio, un elemento irritante que al entrar en contacto con la piel puede generar en la mayoría de los casos una irritación, de ahí que insista en evitar el contacto con las manchas.

Rogelio Herrera, doctor en Ciencias del Mar y técnico del departamento de Biodiversidad de la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno canario, también presente en la rueda de prensa, matizó que las floraciones de esta especie suceden en aguas abiertas y no están vinculadas a la costa, y afirmó que en estos momentos hay un bloom de Trichodesmium al sur de Canarias favorecido por las condiciones climáticas, y afecta a zonas con y sin vertidos de aguas residuales.

El estudio israelí que vincula la cianobacteria con aguas residuales crea controversia

El técnico de Biodiversidad del Gobierno canario Rogelio Herrera y el taxónomo del Banco Español de Algas Emilio Soler, que asesora al Ejecutivo regional, cuestionaron ayer el método que se ha seguido en un estudio israelí, publicado en una revista del grupo Nature, cuyas conclusiones contradicen la opinión de ambos sobre la misma cianobacteria que mancha este verano las costas canarias, la Trichodesmium erythareum. Eyal Rahav, perteneciente al Instituto de Oceanografía de Israel, y Edo Bar-Zeev, del Instituto Zuckerberg para la Investigación del Agua, adscrito a la Universidad Ben-Gurión, apuntaron que los vertidos de aguas residuales sin depurar al mar en el municipio isrealí de Hiaifa desencadenaron una floración de esta cionabactería.

En cambio, los dos técnicos canarios sostienen lo contrario, que no hay relación entre la proliferación de este microorganismo con vertidos fecales, y atribuyen el fenómeno solo a factores climáticos y meteorológicos. Herrera y Soler ven “lagunas” en el método de los israelíes y creen que el Mediterráneo y el Atlántico no son ecosistemas comparables. Y además defienden que esta cianobacteria capta el nitrógeno del aire, por fotosíntesis, y no del procedente de las aguas residuales, y el hierro y el fósforo que necesitan lo toman de la calima que llega a Canarias, pues son minerales “biodisponibles”, y no recurren al que contienen los vertidos de aguas negras. Opinión que suscribió la jefa de Sanidad Ambiental del Gobierno canario, María Luisa Pita, quien lo expresó así: “Si un ser vivo tiene alimento biodisponbile fácilmente utilizable porque le cae como un maná, pues viene del polvo en suspension, evidentemente no va a hacer un esfuerzo mucho mayor en metabolizar moléculas para extraer ese hierro y ese fosforo”. Este debate no es baladí: si se demuestra que el Trichodesmium también puede alimentarse de aguas residuales, como apunta el estudio israelí, se tambalearía la argumentación del Gobierno canario sobre el actual bloom de esta especie.

Herrera se quejó de que los periodistas canarios (fue en DIARIO DE AVISOS donde se dio a conocer) recurran a un estudio en Israel cuando en Canarias existen invetigaciones sobre este microorganismo.

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