baloncesto

Mateusz y Kostas salen al rescate

El polaco y el griego anotan 41 de los 73 puntos de un Canarias que depende de sí mismo para jugar los ‘play-offs’


FOTOS FRAN PALLERO

El Iberostar Tenerife será equipo de los play-offs por el título si gana el próximo jueves al Betis en Sevilla o si hoy el UCAM Murcia no se impone en Bilbao. Es la mejor lectura que se puede hacer del partido de ayer con Obradoiro (73-69). El vital triunfo local no se basó en el buen juego, sino en la aportación de la pareja Ponitka-Vasileiadis, que en medio del desacierto general lograron dar la cara por los aurinegros. Con siete puntos anotados por los pívots insulares la responsabilidad fue para los exteriores. La intensidad tampoco fue la mejor pero lo importante era ganar más allá del juego.

El Obradoiro salió al parqué del Santiago Martín con las ideas claras. De la mano de Albert Sábat los gallegos jugaban con un timo más que su rival y así, gracias a un triple de Simons (4-13) obligaban a Fotis Katsikaris a pedir su primer tiempo muerto cuando aún no se habían disputado ni cuatro minutos.

El mismo Simons, con otra canasta de tres puntos (4-16) generaba los primeros murmullos en la grada de Los Majuelos. El Andorra, a su vez, ganaba en Málaga, por lo que un triunfo bastaba a los insulares para entrar en los play-offs. Las personales podían condicionar a los gallegos. Dos hombres clave, Sábat y Pustovyi, cometían dos faltas en este primer acto y sin Matt Thomas en pista, debido a una gastroenteritis, sus opciones de anotación eran menores. Eso lo aprovechó el CB Canarias para, al borde del final de cuarto, apretar el marcador (16-20) antes de despedir este primer asalto con 18-20. El parcial había sido de 12-4.

Obradoiro volvió a recibir al Canarias con un 0-5 que volvía a poner distancia en el electrónico (18-25). La presencia de Ferrán Bassas en pista iba a permitir al Canarias defender mejor, permitir menos facilidades a un oponente que volvía a tener problemas en la parcela atacante (23-25). El encuentro era feo, trabado, con muchas faltas y demasiados errores, quizás así se explica que, a falta de solo tres minutos para llegar al descanso, ningún equipo fuera capaz de sumar un solo punto más a su tanteo (23-25).

Con 29-27 se llegó al descanso tras un parcial de 11-7 en el cuarto. Lo peor, el juego y la intensidad; lo mejor, el resultado y la certeza de que peor no podría darse el segundo tiempo. Sin Bendzius, Thomas y Sábat y Pustovyi sin jugar en todo el segundo cuarto los gallegos resistían, mala noticia para los jugadores canaristas.

En tres minutos Obradoiro anotó 13 puntos y el Iberostar ocho (37-40) en un calco del inicio del duelo por parte gallega. La lesión de Tim Abromaitis, tras recibir un golpe en la rodilla, era otro motivo para un pesimismo que solo se alejaba porque los locales, a cuentagotas, daban la vuelta al marcador (44-40). Tiro libre a tiro libre los insulares mandaban; tocaba ser resultadista más que nunca.

En esa situación volvió a aparecer Mateusz Ponitka, imparable en el uno contra uno, para que el Canarias, por fin, respirara. Las canastas del polaco, especialmente un 2+1, y otro lanzamiento acertado por parte de Vasileiadis permitieron a los de Katsikaris poseer la primera ventaja importante (49-40) ante un Obradoiro que cometía demasiados errores en ataque.

Sentencia

Dentro de lo extraño del partido no había lugar para la relajación. Cuando los de Moncho Fernández parecían comenzar a pensar en tirar la toalla llegó un parcial de 3-8 gracias a su tiro exterior para el 52-48. Nuevo tiempo muerto de Fotis Katsikaris, pero mismo panorama para su equipo al final de este tercer cuarto (54-51).

Abromaitis regresó a pista en la manga definitiva después de que el golpe recibido se quedara solo en un susto pero sería Vasileiadis, como frente al Barça, el que mantuviera alejado a su rival. Un triple del griego (60-55) servía para paliar el mal partido de los pívots: entre Tobey, Vázquez y Petit habían logrado únicamente cinco tantos.

Un triple de Sábat (60-60) obligaba al Canarias a buscar a aquellos jugadores sin miedo a jugársela, sin miedo a ser héroe o villano. El hombre, por supuesto, sería Ponitka. Con un triple,el polaco volvía a transmitir calma a un Pabellón Santiago Martín que quería ser aferrándose a la condición de que su equipo dependiera de sí mismo en la última jornada (65-60).
En el tramo final llegó la preocupante lesión de Rodrigo San Miguel, que oscureció un triunfo (73-69) que vale para que el Iberostar Tenerife siga dependiendo de sí mismo en la última jornada frente al Betis en Sevilla.

TE PUEDE INTERESAR