incendio en la candelaria

Jonay, primer bombero en llegar a La Candelaria: “Buscábamos a un niño debajo de las camas”

Los testimonios del primer bombero en intervenir, Jonay Hernández, y del jefe del Consorcio de Bomberos, Salvador Reyes, revelan la tensión vivida en la lucha contra el fuego
Jonay Hernández, primer bombero en llegar
Jonay Hernández, primer bombero en llegar / Fran Pallero

Sobre las 20.55 horas del pasado lunes 13, la megafonía del parque del Consorcio de Bomberos de Tenerife en Santa Cruz lanzó un mensaje casi ilegible para los efectivos que entrenaban, hasta que dicho sonido les interrumpió. Solo lograron entender: “Incendio”. En el primer vehículo que salió del parque hacia el fuego del Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria (HUNSC), se encontraba Jonay Hernández Torres. En el momento en el que se subieron al camión, sus compañeros y él, fueron conscientes de que éste no iba a ser un servicio “normal: se estaban quemando las urgencias pediátricas de la Residencia”.

Este bombero, con más de diez años de servicio a sus espaldas, relató a DIARIO DE AVISOS, “el servicio más estresante, con diferencia”, que ha vivido en su carrera profesional. Cuando ya iban de camino, Jonay Hernández empezó a ser consciente de lo que se podía encontrar, pero “cuando llegamos al aparcamiento y nos vemos todas las camillas por fuera y la gente gritando, fue estresante, muy estresante”, admitió. Muchos pensamientos y sensaciones se le pasaron por la cabeza, “no entendía por qué gritaban tanto, pero claro, verte atado en un incendio tiene que ser muy fuerte”. Esta imagen del principio, en la que se la sensación de caos era total, “parecía una película”.

Llegaron hasta la entrada del personal, “salía mucho humo negro hacia afuera, lo que indicaba que el incendio estaba súper fuerte”. En el momento en el que se disponían a entrar y estaban preparando el tendido de entrada de manguera, “un enfermero salió y nos dijo que faltaba un niño y que estaba dentro”. El jefe de guardia tomó una decisión, que Hernández respaldó, “utilizar el sistema americano: en lo que unos montaban el tendido para sofocar el incendio, dos parejas entran a buscar a la gente sin agua ni nada. Solo búsqueda”. Al entrar, “estuvimos buscando habitación por habitación gritando por el niño, debajo de camas, en los armarios, dentro de los baños, buscando y buscando”. Peor se le quedó el cuerpo cuando “me dijeron que el niño tenía 3 años”.

En cuanto llegamos al fondo del pasillo, lugar en el que estaba el área de Pediatría, “vimos la puerta cerrada y a un agente de seguridad que estaba echando agua por una de las vías de la boca de incendio”. Se acercaron hasta él, cogieron la manguera y “dimos dos patadas a la puerta, la tiramos y empezamos a sofocar el incendio, para intentar entrar y rescatar al niño”, aunque, “tal y como estaba el fuego, pocas opciones de vida quedaban en esa habitación”. Justo en ese momento, cuando “la intensidad del fuego empezó a bajar, el jefe nos confirmó que habían localizado al pequeño y que estaba fuera”. Ahí es cuando el estrés se liberó, “Dios mío, te lo juro, se me bajaron las lágrimas. Fue un alivio”. Tras la mejor noticia que quería escuchar, “llegó nuestro tendido, de más caudal y lo apagamos bastante rápido”. Eso sí, “hicimos una búsqueda, por si alguien se había quedado despistado”. Asegura que “no hubo habitación que no miráramos”, no sin antes “sacar todas las botellas de oxígeno” que había dentro de esa inmensa habitación de camas y cunas calcinadas.

Con el paso de los días, Jonay Hernández insiste en que “la decisión del jefe de guardia de sacar todo el parque, a la americana, fue un acierto”. Sonríe para explicarlo, “los americanos sacan todo el parque por cualquier bobería y lo hizo así. Menos mal”. Sus últimas palabras a este periódico fueron dirigidas a todos los que colaboraron con la evacuación, “parecía un simulacro. Todos se portaron del diez, fue increíble”.

Salvador Torres, el jefe del Consorcio de Bomberos de Tenerife / Fran Pallero
Salvador Torres, el jefe del Consorcio de Bomberos de Tenerife / Fran Pallero

La templanza

El jefe del Consorcio de Bomberos, Salvador Reyes, ha vivido muchos incendios, aunque éste tenía un cariz especial. A pesar de enfrentarse a un siniestro de esta envergadura, recuerda otro mucho más complicado, “el del Hogar Santa Rita I” en 2008. “La difultad para sacar a los ancianos era mayor”, aquí “las vías de evacuación estaban más expedita”. Aunque, “hubo que evacuar a enfermos de la última sala, pusimos una escalera y seccionamos una valla para que la salida fuera más rápida”. Sobre el origen del fuego, insiste en que “hay alcoholes y otros líquidos que pueden acelerar la combustión”. Además, “se extrajeron dos botellas de oxígeno de la sala. Nunca hubo peligro de detonación”.

El lunes día 13 dejó escrita una página imborrable. La noche bordeó la tragedia y solo la confluencia de profesionales y voluntarios salvaron las vidas y sellaron un día histórico.

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