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Los productores de huevos se unen en una asociación para defenderse contra el fraude

El sector avícola pedirá una reunión urgente al Cabildo y al Gobierno de Canarias para afrontar la crítica situación que atraviesa
Una amplia representación de productores de huevos de la Isla se reunió ayer de forma urgente para afrontar la competencia desleal que aseguran que están sufriendo procedente del producto foráneo. Fran Pallero
Una amplia representación de productores de huevos de la Isla se reunió ayer de forma urgente para afrontar la competencia desleal que aseguran que están sufriendo procedente del producto foráneo. Fran Pallero
Una amplia representación de productores de huevos de la Isla se reunió ayer de forma urgente para afrontar la competencia desleal que aseguran que están sufriendo procedente del producto foráneo. Fran Pallero

Una amplia representación del sector avícola en Tenerife se reunió ayer de forma urgente y extraordinaria para analizar la crítica situación en la que se encuentra la producción local de huevos, que, insistieron, se ven obligados a tirar o donar por miles, así como sacrificar gallinas de manera anticipada, ante la imposibilidad de vender a un precio adecuado a los costes de producción, tal y como denunciaron en DIARIO DE AVISOS. La competencia en precios por parte del huevo foráneo está haciendo verdaderos estragos entre los productores locales, que, además, se enfrentan impotentes al fraude en el etiquetado y, aseguran, a la falta de control de las administraciones competentes. Ayer, ante la grave situación, la asamblea acordó, como primer paso, crear la asociación de avicultores de Tenerife para “llegar a un máximo consenso entre los productores de la Isla y, a continuación, solicitar una reunión al Cabildo y al Gobierno de Canarias para plantear los problemas del sector y buscar soluciones de manera rápida”, anunciaron.
Los productores que asistieron a la reunión fundacional coincidieron en que muchos de los problemas que están viviendo llevan años sufriéndolos y la respuesta de las administraciones públicas es siempre la misma: “En breve lo solucionamos, así 30 años”, lamentan. Tanto los más veteranos, como Óscar Luis Hernández, al frente de la Avícola La Lajita, que lleva más de 30 años en el sector, como otros más jóvenes, como José Manuel García o María Ángelica Padilla, admitieron que, “lamentablemente”, unos y otros se enfrentan a los mismos problemas.

Una de las principales quejas se centra en el fraude existente en la importación de huevo peninsular. El etiquetado confuso o directamente falso en cuanto a la procedencia y fecha de caducidad del producto es la principal denuncia que hacen. “La gente no tiene claro que el huevo que consume está producido aquí o fuera. Solo pedimos competir en igualdad de condiciones. Si traes huevo de fuera, te liberas del impuesto y la fecha de caducidad no es la verdadera, es imposible competir”, denunciaron desde el sector.
Uno de los productores asistentes ejemplificó el fraude: “Se está poniendo como fecha de empaquetado el día que se embarca en el contenedor y no cuando se recoge, que es lo que marca la ley. Eso supone que cuando el huevo llega a Canarias, está más próximo de su fecha de caducidad que lo que marca el etiquetado”. “Eso supondría -continuó- que el huevo se puso el día 10, se empaquetó el día 10, se subió al contenedor el día 10 y llegó al líneal del supermercado el día 10. Eso es fraude en el etiquetado”. Piden un mayor control en las aduanas, inspecciones reales sobre este tipo de producto y, por supuesto, que las grandes superficies también cumplan con este requisito. “No puede ser que se intente pasar por huevo de aquí un producto con un etiquetado engañoso”, lamentan. Otra forma de engaño que han detectado es etiquetar el huevo con un tamaño que no es el real, porque así “pagan menos impuestos de entrada”.

Señalan los productores que “si un consumidor quiere comprar un huevo de 15 días está en su derecho, pero no pueden engañarlo haciéndole creer que tiene menos tiempo del real. Nos estamos encontrando con huevo de fuera en los supermercados canarios con una caducidad de 28 días y eso es imposible, porque se tarda unos 10 días de media en traerlo”, añaden. Y ojo, advierten, esto no hace que el huevo para el consumidor sea más barato, porque el precio se mantiene en el líneal del supermercado, es el distribuidor el que se lleva el margen. Insisten en la necesidad de una mayor protección y control, porque la única forma que el producto local tiene de competir con el de fuera es a través de la calidad. “Mañana pone la gallina en nuestras granjas y en dos días está en el supermercado”.

El día a día

A esta situación se unen los problemas que enfrentan las granjas en el día a día. Uno de los que más dificultades les está acarreando es la eliminación del estiércol. “Nos está costando dinero, y con la incertidumbre de que en cualquier momento nos cierren la granja porque el Cabildo no nos ha proporcionado la manera correcta de deshacernos de él”, explican. Afirman que desde la Corporación insular llevan años prometiéndoles una planta de compostaje, no solo para el sector avícola, sino para el ganadero en general. “Esto en tres meses está, así 30 años”, comentan con ironía. Incluso recuerdan que hace unos años se encargó un estudio a una famosa consultora que cobró 300.000 euros y lo único que preguntó fue cuántos kilos de estiércol producían: “No hemos vuelto a saber nada más”.

Ni siquiera el PIRS es una solución. “Nos cobran 120 euros por tonelada de estiércol, una barbaridad, y si va aguado te lo llevas de vuelta porque no lo recogen”, se quejan. La retirada la gestionan las propias granjas. Apuntan que no les importaría tener el mismo sistema que para la recogida de animales muertos: “Pagamos un seguro, que no es nada barato, por otra parte, y el Cabildo se encarga de retirarlas”. Es un coste añadido, admiten, “pero es una solución que ahora no tenemos”.

En breve se sumará otro problema, “la retirada de las gallinas viejas”. Y es que la rotación de aves se hace de media cada 24 meses, y, de nuevo, parece que los costes de llevarlas al matadero van a correr a cargo de los productores. “Pagamos por todo y el único ingreso es el huevo”, lamentan. Y todo eso, si no ocurre ningún contratiempo en la granja. “Estamos al límite, ya no tenemos margen para ceder”, concluyen.

El sector avícola confía en que, a lo largo del mes de septiembre, se pueda poner en marcha la nueva asociación con la que defender sus derechos y exigir a las administraciones una mayor protección y apoyo real.

Un sector que aún tiene un amplio margen de mejora, si recibe apoyo

Aunque las cifras oficiales dicen que el 60% del mercado está cubierto por el huevo local, el sector no cree que se llegue al 20%. Recuerdan que no solo los canarios consumen, también lo hacen los 16 millones de turistas que vienen cada año. Admiten que siempre ha habido un pico en el año en el que el mercado insular se inunda de huevo foráneo, pero ahora eso dura meses. “Al final del año pasado en la Península se orientó el mercado a otros puntos y aquí no había producción para cubrir la demanda. Eso lo que demuestra es que hay escasez real y tenemos un margen de crecimiento que tenemos que aprovechar, pero necesitamos apoyo”.

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