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José Luis, tras encontrar hoy una tortuga boba deshecha y con un anzuelo en la boca en Arico: “Me puede la impotencia, es la octava”

José Luis García es un guanchero de nacimiento que vive en la Playa de San Juan, un chapista de profesión que da ejemplo con sus acciones: lleva años empleando su tiempo libre en la recogida de basura en las costas tinerfeñas
José Luis junto a la tortuga boba. / FACEBOOK JOSÉ LUIS GARCÍA

José Luis García es un guanchero de nacimiento que vive en la Playa de San Juan, un chapista de profesión que da ejemplo con sus acciones: lleva años empleando su tiempo libre en la recogida de basura en las costas tinerfeñas. No decae su ánimo ante la constante llegada de residuos a las playas chicharreras y no pone excusas a la hora de organizar una salida para limpiar lo que se pueda. Por eso, por su compromiso inquebrantable con el medio ambiente, envía un mensaje a DIARIO DE AVISOS, indignado ante la aparición de una tortuga boba muerta en la playa Grande de El Porís. “La acabo de encontrar hace al menos una hora”, relata a este periódico pasadas las 19.00 horas de este domingo, 4 de noviembre.

No es la primera criatura marina que se encuentra. Desde julio ha localizado otras ocho tortugas muertas y tan solo una viva, la gran mayoría en Arico, “el municipio mas sucio de Tenerife”, subraya. “El animal que he encontrado hoy lleva varios días muerto, tenía un anzuelo en la boca que hacía que sangrara a borbotones y, seguramente, haya comido plásticos confundiéndolos con medusas”, agrega desconsolado.

A pesar del olor pestilente, José Luis se acerca a la tortuga para envolverla en una bolsa, a la espera de la llegada de los equipos de limpieza correspondientes. Así se puede ver en el vídeo que ha compartido en su perfil de Facebook. “El olor era putrefacto, pero a mí me puede más la impotencia”, nos cuenta horas después. Dichos servicios de limpieza le aseguraron que pasarían mañana lunes a recoger los restos del animal a primera hora.

Comenzó a recoger desechos de las costas tras superar una enfermedad, mientras paseaba por la playa para acelerar la recuperación. “Ahora me apunto a grupos de limpieza y voy todos los fines de semana a colaborar”, apunta.

En estos años se ha encontrado de todo, aunque hay una cosa que le enfada particularmete: “No puedo con los restos de brujería que encontramos en la costa, sobre todo en la zona de Abades. Allí he recogido muchas gallinas y pollos muertos. No puedo entender cómo hay gente que tira basura al mar esperando recibir ‘algo bueno’, a través de la brujería”. Lo que más ha recogido son aplicadores de tampones, redes y cuerdas de barcos y botellas.

Pero no solo se queda con la limpieza del litoral, José Luis también cuida el monte. “Me fui de vacaciones a Vilaflor y no podía creer la cantidad de basura que se tira a los barrancos. Esos residuos llegarán al mar”, concluye.

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