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Toshiko Mori: “La arquitectura debe ser sostenible o terminará destruyendo el planeta”

La prestigiosa arquitecta japonesa fue la primera mujer en lograr un contrato de por vida como profesora en la Universidad de Harvard
Toshiko Mori. | FRAN PALLERO

En el Japón que se recuperaba de la II Guerra Mundial, la hoy prestigiosa arquitecta Toshiko Mori (1951) tenía que fabricarse sus propios juguetes con todo tipo de materiales. Aquel fue el germen que influyó en su trabajo posterior como arquitecta, un ámbito en el que, desde el principio, sintió la brecha de género. Mori fue la primera mujer en lograr un contrato de por vida como profesora en la prestigiosa Universidad de Harvard. Fundó su propio estudio arquitectónico en 1985 en Nueva York y esta misma semana recibió su último premio, el Topaz Medallion, otorgado por el Instituto Americano de Arquitectos y la Asociación de Escuelas Colegiadas de Arquitectura a la Excelencia en la Educación Arquitectónica. El pasado mes de noviembre estuvo de visita en Tenerife para dar una conferencia en el Colegio de Arquitectos de la isla, dentro del proyecto Sin cultura no hay ciudad, organizado por la oficina de Menis Arquitectos.

-¿Qué aportan las mujeres a la arquitectura?

“La arquitectura es muy diversa, hay muchas técnicas. Tienes que conocer muchas cosas y diferentes culturas. La mitad de la población son mujeres, así que las mujeres somos necesarias en la arquitectura para servir a la población. Entendemos cómo funciona el mundo”.

-¿La arquitectura es un mundo machista? ¿Se ha encontrado usted situaciones de discriminación?

“La arquitectura es un mundo machista, sí. He tenido situaciones de discriminación por género, aunque eso lo puedes obviar. También he sufrido acoso”.

-¿Cómo definiría su estilo arquitectónico?

“Mi estilo es moderno y contemporáneo, hecho para la gente de hoy en día, pero pensado para que perviva en un futuro. Es muy claro y simple, minimalista. Es más complicado diseñar algo simple, sencillo”.

– Ha dicho alguna vez que su filosofía de diseño es mejorar la vida de todos. ¿Cómo se puede hacer desde la arquitectura?

“La arquitectura, en general, existe para mejorar las vidas de las personas. Para mejorar la cualidad de la vida y el entorno. Transformar las vidas de las personas significa exponerlas a otras ideas a las que no estaban acostumbradas”.

-Su hija también es arquitecta. ¿Sus estilos chocan o son similares?

“Nuestros estilos son muy diferentes. Ella es muy independiente, así que tiene su propio estilo, ideas y agenda. Y es muy buena. Tiene tres exposiciones en Nueva York y artículos sobre sus proyectos, ha ganado concursos… Le va muy bien. Estoy muy orgullosa de ella”.

-¿Cómo fue su experiencia en Harvard?

“Fui la primera en obtener un contrato de por vida en la Universidad de Harvard. Es muy complicado que te lo hagan. Fui jefa del departamento de Arquitectura. Tengo muy buenos colegas y amigos de aquella época. Era un trabajo duro, pero lo pasamos muy bien. Hicimos muchas cosas. Rafael Moneo fue quien me invitó a Harvard y con otros me ayudó a adaptarme. Y cuando llegó Iñaki Ábalos para ser jefe del departamento, invitado por mí, le ayudé igual que hicieron conmigo”.

-¿Conoce algún edificio aquí en Tenerife que le haya llamado la atención?

“TEA Tenerife Espacio de las Artes. Conocía el edificio. Lo he visto y me parece maravilloso. Es una biblioteca muy exitosa y abierta todos los días a todas horas. Estoy haciendo un proyecto en la Biblioteca Pública de Brooklyn y le mandé una fotografía de TEA al director e inmediatamente me respondió: “Hazlo”. TEA fue una idea de Dulce Xerach de hace 10 años y continúa siendo de relevancia. Es alentador. Estoy haciendo este proyecto parecido para conectar una parte de la ciudad de Brooklyn con la otra, con una biblioteca abierta las 24 horas también. Otro edificio que me ha gustado aquí en Tenerife es el Mercado de Nuestra Señora de África. Fui esta mañana y tiene mucha vida, es una mezcla interesante de culturas y me llamó la atención una tienda de especias. Las tenían expuestas, abiertas al público. Especias de diferentes partes del mundo una junto a las otras. Es otra forma de mostrar las diferentes culturas”.

-¿Su arquitectura tiene influencia de la cultura japonesa?

“Seguro. Porque la cultura japonesa forma parte de mí, no puedo luchar contra eso. Lo mismo pasa con Fernando Menis. Es canario, está en su ADN y en su arquitectura”.

-Usted le da mucha importancia a los tejidos, a los materiales textiles. No en vano ha escrito un libro sobre ello, Textile/Tectonic: Architecture, Material and Fabrication. ¿Qué pueden aportar los textiles a la arquitectura?

“Tiene una base filosófica y una base técnica. Si hablamos de producción, es un arte que puede realizarse a mano, por máquinas y por computadoras. No hay muchos tipos de arte que puedan tener estos tres tipos de producción con diferentes costes. Esto me parece interesante, porque hace esta técnica accesible a países con diferentes economías. Puede utilizarse tanto en lugares donde se construye a mano como en otros donde se realiza este trabajo de manera más sofisticada”.

-De ahí su proyecto de la residencia artística en Senegal…

“Sí. En Senegal la artesanía textil se ha hecho tradicionalmente por mujeres. El arte textil ha existido siempre, en todas las culturas y países. Es una técnica universal y eso me interesa muchísimo. Los tejidos se han desarrollado como reemplazo de materiales más sólidos porque utilizas menos material, es sencillo, y puedes variar la técnica porque dependiendo de las hojas y material que utilices, puedes realizar diferentes tipos de trenzado o nudos, consiguiendo estructuras más resistentes o no. Es una técnica muy flexible que te permite tener, en función de las capas de tela que utilice, más o menos sombra, o tener más insonorización, de acuerdo con lo que te interese en cada momento. Cuando piensas en la fachada de un edificio es lo mismo que protegerte con un abrigo, y muchas veces, cuando utilizas materiales que no son textiles, son menos eficientes, más caros y empleas más materiales. Piensa en los edificios construidos a prueba de balas. Para que sean eficientes estas construcciones tienen en el interior de sus muros una capa de tejido que ayuda a que las balas se dispersen, la fuerza del disparo se dispersa y no penetra. Con menos material se consigue la misma eficiencia que con un muro de hormigón más ancho. Es la misma idea que con los chalecos antibalas. La utilización de los materiales textiles se está introduciendo poco a poco en la arquitectura. Es más ecológico y puedes combinar diferentes materiales. Por ejemplo, componentes eléctricos. Puedes tener una construcción multifunción. Cuando escribí Textile/Tectonic: Architecture, Material and Fabrication alguien me dijo: “Es la feminización de la tecnología (risas)”.

-Hablando de tecnología, ¿cómo está cambiando la inteligencia artificial a la arquitectura?

“Es una muy buena pregunta. La inteligencia artificial (IA) es una herramienta que tienes que entrenar, es como criar y educar niños. La IA aprende cuanto más la utilizas, solo sabe lo que tú le enseñas. Para utilizar la IA adecuadamente en nuestra cultura necesitamos un montón de buenas madres. La gente está asustada de que la IA reemplace a la mano de obra, pero lo cierto es que las madres siguen siendo madres siempre (risas). Elegir el camino correcto a la hora de programar la IA es fundamental. Al fin y al cabo, no deja de ser una herramienta y, como todas, si se utiliza bien, funcionará bien, pero mal utilizada… Hay que ponerle límites”.

Residencia artística de Senegal diseñada por Mori

-La residencia artística que construyó en Senegal es un edificio muy funcional, pero también bello. ¿Cómo es la relación entre la funcionalidad y la belleza en arquitectura?

“No se excluyen mutuamente. Deben existir juntas”.

-¿Los futuros edificios deben contribuir al medio ambiente en cuanto a funcionalidad? Por ejemplo, en Senegal el techo recoge agua.

“Es de sentido común. No hay elección. La arquitectura tiene que contribuir al medio ambiente. La construcción genera el 45% de las emisiones de carbono, así que o construimos los edificios de manera sostenible o destruiremos el planeta”.

-Desde hace algunos años han surgido proyectos colaborativos entre arquitectos y vecinos, aquí, por ejemplo, conozco Civic Wise, para mejorar la arquitectura urbana, la arquitectura de su entorno. ¿Qué le parece esta idea? ¿Deben los arquitectos contar con la participación ciudadana para mejorar las ciudades?

“Creo que es necesario. Porque son ellos los que van a utilizar los edificios y el espacio. Además, ser parte del proceso les hacer sentir responsables con su uso y lo cuidarán más. En muchas ocasiones, en el pasado, cuando no existía esta participación se construían edificios y se quedaban en desuso. Es muy buena idea involucrar a los vecinos, que sean parte del proceso y contribuyan a la conservación de las ciudades”.

-¿En qué está trabajando ahora?

“Como comentaba antes, estoy trabajando en el gran proyecto para la Biblioteca Pública de Brooklyn. Estoy haciendo un edificio que conecte el Jardín Botánico y el Museo con la biblioteca con un paso a través, donde hay una plaza, y que a su vez todo conecte con el Centro de Idiomas. Un centro multifuncional como TEA”.

-Hablando de funcionalidad antes y de futuro, ¿qué le parecen los edificios que vienen preparados para albergar huertos urbanos en las grandes ciudades?

“Es genial. Me gusta mucho la idea. Yo misma en la azotea de mis casas tengo jardines donde cultivo mis tomates y vegetales orgánicos, desde hace 35 años. En Maine y Nueva York. Soy una granjera en realidad (risas)”.

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