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Adriana Naranjo, presidenta de Fecapap: “Que los propietarios entreguen a sus perros ‘viejitos’ es lo más triste de Valle Colino”

Hablamos con Adriana Naranjo, presidenta de la Federación Canaria de Asociaciones de Animales y Plantas (Fecapap), asociación que gestiona el albergue de animales Valle Colino

Su cometido saborea tanto lo dulce como lo amargo del abandono animal. La satisfacción de conceder una segunda oportunidad de ser feliz a una mascota se contrapone con la incesante recogida de perros y gatos abandonados a diario en las calles de la Isla. Un equipo de DIARIO DE AVISOS se ha trasladado a las instalaciones del albergue comarcal Valle Colino, en La Laguna, para conocer de primera mano la situación actual de estos animales. Allí nos lo cuenta Adriana Naranjo, presidenta de la Federación Canaria de Asociaciones de Animales y Plantas (Fecapap), asociación que gestiona el albergue.

¿Cómo ha sido el balance de este último año en cuanto a las recogidas y adopciones?

“Durante este año pasado 2018 nos hubiera gustado que el número de animales abandonados hubieran sido menos, pero, desgraciadamente, han sido muchos. Por otro lado, lo único que nos llena de satisfacción es que el número de adopciones ha aumentado de forma considerable. En total, han sido 1.540 aproximadamente y, por esa parte, estamos contentos”.

¿Qué tareas llevan a cabo para concienciar a la población sobre el abandono animal?

“La gestión del albergue es una de las actividades que hace la Fecapap como entidad que trata de recoger a los animales que se encuentran en la calle, así como acoger a los que entregan sus propietarios porque, debido a una serie de circunstancias, ya no los pueden tener. Aparte de esto, nos centramos mucho en la labor de concienciación en los centros educativos de la Isla. Un tarea que llevamos realizando desde el año 2006. Con esto, confiamos en que el resultado, que será a largo plazo, sea satisfactorio, y los propietarios de los animales que adopten en un futuro hayan asimilado que un perro o un gato forma parte de una familia”.

En redes sociales suelen disfrazar a perros que no han sido adoptados como una llamada a la acción. ¿Qué tipo de efectividad tienen esas publicaciones?

“Bastante. En una página web donde hay más de 200 animales, muchos pasan desapercibidos. Por ello, tenemos que buscar alguna solución para que ese perro o gato sea llamativo y se de a conocer. A la gente suelen gustarle los perros pequeños y, sobre todo, cachorros para “hacerlos a su mano”, como los propios adoptantes afirman. Sin embargo, hay canes que son ‘invisibles’ -por llamarlos de alguna manera- y necesitamos que se visualicen a través de todos los medios posibles para que, finalmente, encuentren una familia adoptiva. En este sentido, recurrimos a todo: disfrazándolos, contando su historia o clasificándolos como preferentes mediante carteles que repartimos por diversas localidades”.

¿Colaboran con otros albergues a nivel internacional?

“Hay mucha gente en Alemania y República Checa que están interesados en adoptar animales. Nosotros lo que no hacemos es enviar un perro a una persona en particular porque ni sabemos quién es ni si podremos llevar un seguimiento del animal. En estos países, que se adoptan bastantes, nos coordinamos con asociaciones que tienen allí refugios para enviar animales”.

¿En qué punto se encuentra el convenio entre el albergue y los ayuntamientos de La Laguna, Santa Cruz, Tegueste y El Rosario?

“Después de varios años paralizado, el próximo mes parece que, finalmente, se procederá a la firma. Necesitamos cuanto antes un marco jurídico que nos ampare, ya que estamos aquí como si fuéramos okupas”.

¿Reciben las ayudas económicas de los consistorios religiosamente?

“Siempre con retraso, incluso, tardando hasta un año. Eso para nosotros supone un trastorno terrible porque los animales comen todos los días, pagamos nóminas, Seguridad Social, medicamentos… Si no contamos con un presupuesto fijo para administrar cómo gastar el dinero, es muy complicado. Entendemos que todos los Ayuntamientos tienen sus pagos y pueden retrasarse, pero sin un convenio firmado se pospone aun más”.

¿Suelen recibir donaciones de particulares?

“Hay muchísima gente que dona pienso, productos de limpieza, mantas, toallas y donativos en metálico. A todos los socios que hacen una aportación económica, les mandamos un correo electrónico a final de año especificando en qué se ha invertido su aportación. Asimismo, nuestra entidad está declarada de utilidad pública, con lo cual esos donativos le desgravan en la declaración de la renta”.

¿Han apostado por las campañas de crowdfunding para paliar las deficiencias económicas?

“El año pasado hicimos una porque nos encontrábamos en una situación muy agobiante. Con la campaña pretendíamos recaudar fondos para conseguir jaulones donde poder meter a ciertos los animales. Existen ocasiones en las que contamos muchas camadas de gatitos que debemos mantener separados, así como perros y gatos que se extravían y tenemos que tenerlos custodiados aparte para devolverlos a sus propietarios en las mismas condiciones. Lo cierto es que nos falta sitio. Este albergue es muy pequeño en comparación con la cantidad de animales que se recogen. Afortunadamente, la campaña fue un éxito y conseguimos nuestro propósito”.

¿Con cuántos animales cuentan actualmente en el albergue?

“Tenemos unos 260 animales entre perros y gatos”.

¿Y qué capacidad tiene?

“La capacidad es para 160 animales, pero hemos llegado a tener hasta 300. Nos vemos desbordados en muchas ocasiones, sobre todo, cuando llegan estas camadas de gatos que tenemos que mantener aparte. Por ello, recurrimos a las casas de acogida donde pueden darles biberón a las crías cada cuatro horas, por ejemplo; algo que es inviable en el albergue. De hecho, hay animales que han pasado una intervención quirúrgica o llegan en un estado tan pésimo que requieren unos cuidados específicos. Afortunadamente, contamos con gente que ofrece su casa y su tiempo para cuidar de estos animales hasta que se recuperen”.

¿Recuerdan algún caso que, por la dureza del mismo, les haya dejado marca en el albergue?

“Los animales viejitos suelen ser los más especiales. La gente los entrega por diferentes razones -que a veces no entendemos-, ya sea por el tema económico, en referencia al veterinario, o por falta de tiempo. Nos sentimos muy orgullosos cuando logramos que queden al cuidado de una persona en su casa que lo atiende de la mejor manera posible. Es cierto que es una alegría que tengan ese final en una casa llena de atenciones y cariño, pero la parte más triste es que le queda muy poco tiempo de vida y fallecen a la semana o a los pocos meses”.

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