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Miguel Becerra: “Tenerife tiene uno de los mayores índices de vehículos por habitante y kilómetro cuadrado de Europa”

Si hay un problema que preocupa cada vez más en Tenerife ese es el de la movilidad. Esa es la 'papa caliente' que le ha caído a Miguel Becerra, director insular de Fomento y Movilidad del Cabildo
Las colas en las carreteras de la Isla, especialmente en la autopista del Norte, son un problema desde hace décadas. | FOTO: Fran Pallero
Miguel Becerra, director insular de Fomento y Movilidad
Miguel Becerra, director insular de Fomento y Movilidad. / SERGIO MÉNDEZ

Si hay un problema que preocupa cada vez más en Tenerife ese es el de la movilidad. Tres grandes áreas metropolitanas (Santa Cruz, Sur y Norte), un parque móvil que no para de crecer y una red de infraestructuras viarias desfasadas están detrás de la saturación de autopistas y carreteras, una realidad que golpea cada día a decenas de miles de tinerfeños, atrapados en atascos kilométricos desde primera hora del día. Esa es la papa caliente que le ha caído a Miguel Becerra (57 años), director insular de Fomento y Movilidad del Cabildo, que en esta entrevista repasa la situación y analiza posibles soluciones, lo cual no parece nada fácil porque, como explica, “Tenerife tiene uno de los mayores índices de vehículos por habitante y kilómetro cuadrado de Europa”.

-¿Por qué se ha llegado a esta situación?

“Por tres factores fundamentales: la dispersión de la Isla, con tres centros de población (área metropolitana, Norte y Sur) que superan ampliamente los 200.000 habitantes; porque no hay otra forma de crecer territorialmente que hacia el interior, lo cual genera una mayor dispersión de la población; y por la cultura, muy potente, que tenemos del vehículo privado. Esos tres factores hacen que Tenerife tenga uno de los mayores índices de vehículos por habitante y kilómetro cuadrado de Europa. Hay 800.000 vehículos y un millón de habitantes en 2.000 kilómetros cuadrados, de los cuales la mitad son espacios naturales”.

-¿Qué medidas está tomando el Cabildo para intentar aliviar la saturación de tráfico que se ven todos los días en las autopistas y carreteras?

“Hay un consenso político sobre cuáles son las prioridades viarias: pasar de cuatro a seis carriles tanto en la TF-1, entre San Isidro y Las Américas, como en la TF-5, entre La Laguna y el Valle de La Orotava, incorporando además la prioridad para las guaguas y los vehículos de alta ocupación; y el cierre del anillo insular en su tramo entre El Tanque y Santiago del Teide. Esas tres actuaciones suman más de 800 millones de euros. Pero, dicho eso, nuestro gran reto político es convencer a la ciudadanía de que con esas obras no se van a arreglar al 100% los problemas, porque tenemos un inconveniente de base, que es cómo nos movemos”.

-¿Entonces qué otras medidas hay que impulsar para acercarnos lo más posible a ese 100%?

“Hay que poner la guagua y el tranvía a la altura de lo que es hoy un modo de transporte para la población que, disponiendo de coche, usa estos medios colectivos, como ocurre en Europa. Lo que no puede ser es que el transporte público en Tenerife sea cosa de quienes no tienen coche. Ese es el gran reto, y de ahí que las reestructuraciones de las líneas de guaguas las hagamos no sólo pensando en el usuario, que sería lo fácil, sino en quienes se mueven en coche, con el fin de que vean en la guagua una alternativa”.

-Después de escuchar a partidos políticos, alcaldes y empresarios del norte y sur de la Isla criticando la falta de planificación en materia de infraestructuras viarias, ¿qué ejercicio de autocrítica se hace desde el Cabildo?

“Sinceramente, creo que en Tenerife no ha habido el mismo esfuerzo en la redacción de proyectos que en Gran Canaria, aunque es verdad que han sido retrasos de uno o dos años que ya estamos corrigiendo. Pero el mayor problema es que no ha habido dinero. Hemos estado desde el año 2008 hasta el 2019 sin fondos para grandes infraestructuras de carreteras y en estos 11 años ha seguido creciendo la población. Ese ha sido el gran problema”.

-Una vez que la crisis económica ha ido remitiendo, los problemas de movilidad se han acentuado. ¿Tienen calculado a qué ritmo crece el tráfico en tiempos de bonanza económica?

“Tenemos estimado que el incremento de la movilidad triplica al crecimiento de la economía, es decir, si la economía crece un 2% los desplazamientos aumentan un 6%, porque hay más trabajo, más ocio, más reparto de mercancías, más actividades escolares, etc.”

-Y en ese contexto, ¿qué análisis hace de la explosión demográfica del Sur, después de conocer, como informó este periódico, que la suma de población de Arona, Adeje y Granadilla ya supera a Santa Cruz?

“Yo lo veo positivo y de hecho cuando empezamos en el Cabildo ya dijimos que el Sur era la sala de máquinas de la Isla. Además de su potencia económica basada en el turismo, tiene un gran músculo en materia de energía. Hoy concentra la principal fuente de suministro energético convencional de la Isla, con la central térmica de Granadilla, además de parques eólicos y fotovoltaicos en proceso de expansión. Cuenta con el mayor polígono industrial de Tenerife, un polo tecnológico como el ITER y un puerto que será muy importante en la actividad de graneles sólidos. Pero también avanza en agricultura, en la medida en que han ido entrando en servicio nuevas desaladoras y depuradoras, y como nudo de comunicaciones marítimas con las islas occidentales. El Sur lo tiene todo”.

-¿Y cuál es la asignatura pendiente de esta zona de la Isla, además de poner al día sus grandes infraestructuras viarias?

“Hay que hacer un Sur para vivir. Tiene todo pero le faltan las condiciones de calidad de vida que reúne una ciudad. No se trata de hacer chalés y adosados, que también, sino de edificaciones en vertical para dotar a una ciudad de tamaño medio. Ese es el gran reto que tiene el Sur, no hay una ciudad. La que hay está dentro de la zona turística y el resto son poblaciones dispersas que han ido desarrollándose. No es una crítica, es una reflexión dirigida a crear las condiciones para que le gente vea en el Sur un sitio para vivir”.

Miguel Becerra, director insular de Fomento y Movilidad
Miguel Becerra, director insular de Fomento y Movilidad. / SERGIO MÉNDEZ

-Volviendo al transporte público. ¿Hubo improvisación a la hora de poner en marcha la Red Norte de Titsa?

“Nunca se ha hecho una reestructuración como la del Norte y el Sur. ¿Qué ha pasado? Que la hemos planteado desde un punto de vista muy teórico. Esa es la principal crítica que tenemos que hacer porque es innegable que ha habido problemas. El objetivo, como dije antes, no ha sido mejorar el servicio a las personas que van en guagua, sino ofertar una red para atraer nuevos clientes. Hemos pretendido adecuar la oferta a cómo se mueve la gente a partir del seguimiento de sus teléfonos móviles. Y dijimos, hay que poner un corredor para que pase una guagua cada 15 minutos por la TF-5 y crear unas líneas circulares que cosan todos esos desplazamientos. Nos equivocamos. Los transbordos suponían una complicación para un perfil de viajero de cierta edad. Ahora, un mes y medio después, ya estamos subiendo en pasajeros”.

-¿Y cómo marcha el proyecto piloto de habilitar 700 aparcamientos en el Valle de La Orotava para que se queden allí los coches y ofrecer a sus usuarios el servicio de guagua?

“No arranca. No sé si es porque la gente tiene tal amor por su coche que es incapaz de probar una fórmula alternativa. La cola es la misma, pero no es igual ir durmiendo, leyendo, enviando wasaps o viendo una serie en la tablet. Estábamos convencidos de que la propuesta tendría éxito y no diré que es un fracaso, pero nos está costando que arranque”.

-¿El tren del Sur, de verdad que es una prioridad, tratándose de un proyecto tan costoso, a largo plazo y con la huella ambiental que producirá?

“A largo plazo será inevitable. La Isla es una gran área metropolitana y en cualquier área metropolitana de esta extensión los desplazamientos de 40 kilómetros son habituales en este medio de transporte. Es la forma que mejor funciona y la más sostenible medioambientalmente, ya que utiliza energía eléctrica y parte de la línea va soterrada”.

-Pero estamos hablando de más de 2.000 millones de euros…

“Sí, pero ¿cuánto se está gastando el Estado en comunicar Santiago de Compostela con La Coruña, o Murcia con Valencia? Y nosotros no queremos un tren de alta velocidad. ¿Cuánto costaría pasar de cuatro a seis carriles la TF-1? Pueden ser más de 400 millones. Una vez cubierta la inversión, disponemos de estudios que indican que su funcionamiento no sería deficitario”.

-¿Ha molestado en el Cabildo el retraso en el inicio de las obras del doble enlace Las Chafiras-Oroteanda?

“Claro, pero no al Cabildo sino a la isla entera. En 2015 le pedimos a la entonces consejera de Obras Públicas, Ornella Chacón, que sacara del proyecto del trazado del tercer carril entre San Isidro y Las Américas una separata y se redactara el proyecto constructivo del doble enlace con el compromiso del Gobierno de Canarias de que, estuviera o no el convenio de carreteras, se hiciera. Se empezó a redactar el documento técnico, pero la burocracia retrasa años este tipo de proyectos”.

-Hablando de años de retraso, ¿cuándo empezarán las obras del cierre del anillo insular?

“Es la obra más cara que se está licitando en estos momentos en España, con más de 300 millones de euros. Está en fase de licitación y la previsión de la Consejería de Obras Públicas es que en el plazo de un mes se pueda adjudicar y que en verano, o incluso antes, comiencen las obras”.

-En las últimas semanas se ha rebajado, al menos de puertas afuera, la polémica entre el Cabildo y Aena por el proyecto de la ampliación de la terminal del aeropuerto del Sur, con el que la Institución insular no está de acuerdo. ¿Hay margen para hacer cambiar de idea a Aena?

“La polémica ha bajado porque al Cabildo lo que le interesa es que se solucionen los problemas, pero es verdad que tuvimos que dar un golpe sobre la mesa. Le hemos aportado documentos técnicos a AENA que acreditan que el proyecto presenta limitaciones técnicas de gran calado. Queremos que tenga los tres elementos que se repiten en cualquier aeropuerto importante del mundo: un hall común muy amplio, mucha luz y mucho verde. En el nuevo edificio de enlace entre la T1 y la T2 todos los sistemas generales de refrigeración y de electrónica los han puesto en los laterales, con lo cual no se podrán abrir a las dos terminales como una continuidad porque ahí tienen las columnas de servicio. Les hemos aportado un esquema funcional”.

-¿Y en qué momento está la negociación?

“Nosotros le pedimos formalmente la paralización del proyecto. Y como segunda medida, que lo corrijan. Por eso le hemos mandado un documento técnico con nuestras observaciones, que fue a lo que nos comprometimos. Los equipos técnicos están trabajando, hay una buena predisposición y esperamos resultados, porque esto no es un capricho político”.

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