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Canarias apuesta por las Naves de Vuelo Rasante, que unirían las dos capitales del archipiélago en 30 minutos

Se asemejan a aeronaves pero legalmente son barcos Solo Rusia, Corea y China tienen una regulación nacional para este tipo de naves
Naves de Vuelo Rasante. / Twitter
Naves de Vuelo Rasante. / Twitter
Naves de Vuelo Rasante. / Twitter

El Gobierno de Canarias ha apostado por las Naves de Vuelo Rasante e impulsará que España sea el primer país europeo en autorizar este tipo de aparatos, que podrían unir Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife en 30 minutos, además de abrir la puerta a la conectividad marítima de pasajeros entre islas menores.

Según ha informado el Ejecutivo regional, el vicepresidente y consejero de Obras Públicas y Transportes, Pablo Rodríguez, ha hecho este anuncio tras haberse reunido este miércoles con el director general de la Marina Mercante y con representantes de la compañía Ciwing, operadores de este tipo de naves.

En concreto, se trata de una nueva tecnología de transporte marítimo de pasajeros que duplica la velocidad del conocido ‘JetFoil’ y ya en noviembre de 2017, se puso en marcha un grupo de trabajo especializado para el desarrollo de una normativa española que permita explotar comercialmente este tipo de naves.

En dicho grupo se encuentran varios subdirectores de la Dirección General de la Marina Mercante, un exalto cargo de la Organización Marítima Internacional, representantes de la división de sistemas navales del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA-CEHIPAR) y miembros de la empresa Ciwing, una de las impulsoras de la aprobación de esta normativa.

Desde su creación y tras una decena de reuniones técnicas, el grupo de trabajo aprobó el pasado 6 de febrero una propuesta definitiva de normativa para Naves de Vuelo Rasante (NVR), que ahora debe iniciar su tramitación para ser aprobada como norma legal.

SE ASEMEJAN A AERONAVES PERO LEGALMENTE SON BARCOS

Por su parte, las NVR, conocidas como ekranoplanos, fueron reguladas para uso civil por la Organización Marítima Internacional en 2002. Navegan sobre el agua sobre un colchón de aire sin contacto.

Sus características de diseño y materiales empleados se asemejan más a las de una aeronave que a las de las embarcaciones tradicionales, pero, son legalmente barcos y su regulación depende, por lo tanto, de la autoridad marítima.

Sin embargo, dada sus peculiaridades, necesitan de un exigente desarrollo normativo en cada país para que puedan operar y para la formación de sus tripulantes.

Finalmente, en la actualidad sólo Rusia, Corea y China disponen de una regulación nacional específica para este tipo de naves que permita su explotación.

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