Tragedia criminal en Adeje. En la mañana de ayer fueron encontrados los cuerpos sin vida de Silvia, una alemana de 39 años de edad, y su hijo mayor, de 10 años, en el interior de una cueva situada en un paraje rural localizado en la zona de La Quinta. Dicha cueva se encuentra entre el barranco del Burro y el barranco del Agua, dentro del término municipal de Adeje, y de allí salió huyendo el hijo menor de la fallecida, de apenas tres años y medio, quien fue el que dio la alarma sobre lo que sucedía en la tarde del pasado martes. Como consecuencia de estos hechos, el marido y padre de los fallecidos, un alemán de 43 años de edad identificado como Thomas R.H., fue detenido en la noche del mismo martes y al cierre de esta edición se encontraba en los calabozos de la Guardia Civil a la espera de pasar a disposición del Juzgado de Violencia sobre la Mujer Número 1 de Arona.
Los hechos que nos ocupan se iniciaron a media tarde del martes, cuando el hijo pequeño de la pareja, también varón, fue encontrado por un vecino por la zona de La Quinta en evidente estado de shock.
Aunque al principio costó comunicarse con el pequeño dado su nerviosismo y que no entiende el español, finalmente logró explicar a policías locales de Adeje que había salido huyendo de una cueva donde su padre había maltratado a su madre, y que había mucha sangre en la zona. Lógicamente, ello despertó todas las alarmas y propició la activación de un amplio dispositivo de búsqueda en el que participaron un centenar de miembros de emergencias, en un esfuerzo que dio sus resultados en la mañana de ayer con la triste noticia de la localización de los cuerpos sin vida en la referida cueva, ubicada no muy lejos de donde apareció el pequeño.
Aunque la investigación sigue su curso y se encuentra en una fase inicial, el presunto doble crimen pudo tener lugar cerca del mediodía del pasado martes, o al menos se han recogido algunos testimonios entre los vecinos que aseguran haber oído gritos de niños a esas horas.
La familia en cuestión es una pareja de alemanes en la que él, Thomas, residía habitualmente en Adeje, si bien pasaba temporadas en su país. Por contra, ella iba y venía de Alemanía, y había llegado con los dos niños el pasado lunes a Tenerife. En principio, no consta a las autoridades españolas que hubiera denuncias previas por malos tratos, pero, como se ha dicho, la investigación se ha dirigido desde un primer momento como un crimen de origen machista.
Por ahora, el detenido sí ha reconocido haber discutido con la mujer, pero no colaboró en la localización de la cueva y, por ende, de los cadáveres. Fue arrestado en la noche del martes por las autoridades en su vivienda, situada en el casco urbano de Adeje. Al parecer, cuando los agentes se personaron en el lugar lo encontraron durmiendo.
A la espera de que la autopsia confirme que estamos ante un crimen de violencia de género, en caso de confirmarse se trataría de la cuarta mujer y el primer menor de edad que fallecen por esta causa en Canarias desde que empezó el año, tras el asesinato de tres mujeres acaecidos en Lanzarote el día de Año Nuevo, en La Laguna a mediados de enero y, por último, en Ofra el pasado febrero. En el cómputo nacional, sería la décimo octava víctima.
Luto
Tras confirmarse la tragedia, el alcalde de Adeje, José Miguel Rodríguez Fraga, anunció que este municipio tinerfeño decreta tres días de luto, y que se ha convocado para la mañana de hoy un pleno extraordinario, tras el cual se celebrará un minuto de silencio ante el Ayuntamiento, previsto para las doce de la mañana y al que acudirá el actual delegado del Gobierno en las Islas, Juan Salvador León.
Como es natural, en el barrio de Adeje (calle Ramón y Cajal del casco, plaza de la Rosa) donde residía Thomas, se palpaba ayer la consternación propia de un suceso de estas características. Consultados por DIARIO DE AVISOS, vecinos de la zona coincidieron en señalar que Thomas reside allí desde hace tiempo y que el resto de la familia había llegado hace poco, así como que el alemán no era “de dejarse ver mucho”, como explicaba ayer un joven vecino, quien lo describió como ”una persona corriente”.
Nati, vecina puerta con puerta con Thomas, atendía ayer a este periódico. Describe al ahora arrestado como “una persona normal, un vecino con el que llevo viviendo al lado de casa desde hace año y medio. Siempre estaba en su terraza leyendo, y la verdad es que nunca me habría imaginado que fuera capaz de hacer una cosa así. Noté algo distinto esa mañana [el martes para el lector], porque estaba la familia y se estaban preparando para salir, con unas mochilas. La verdad es que no sé en qué trabajaba, porque siempre en su tiempo libre estaba en la terraza, tomando el sol y leyendo durante cuatro o cinco horas”.
“A veces él salía a pasear con un perro”, recuerda otra vecina, ya mayor, que describe a Thomas como “alto, no muy gordo, pero apenas teníamos conversación con él”. La tónica general en la zona permite deducir de Thomas que era una persona más bien solitaria, o al menos no integrada en la comunidad donde residía.
“Vimos anoche mucha policía, pero la verdad es que nos hemos enterado por los medios esta mañana [ayer para el lector]”, dice otra moradora de esta parte de Adeje casco, donde ayer la Guardia Civil seguía recabando pruebas, tanto dentro de la vivienda, de dos plantas y ubicada en el número 22, como en el vehículo de Thomas, una Volkswagen Caddy de color oscuro, ayer precintado.
Sin duda, y salvo que Thomas salga de su mutismo, la autopsia será fundamental para consolidar la investigación.
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