A finales del año 2007, un teletipo difundido por la agencia EFE informaba de la aparición de un animal que se había dado por extinguido: el Lagarto Gigante de La Palma. La noticia voló por los medios de comunicación a la misma velocidad que se escondió el supuesto ejemplar del que no se ha vuelto a saber nada más hasta el día de hoy. El doctor en Biología y técnico de Medio Ambiente del Cabildo, Félix Medina, cuestiona este supuesto hallazgo y su valor científico para justificar la existencia actual de este lagarto, al que se llegó incluso a bautizar como Gallotia auaritae.
Medina, en un libro que acaba de publicar la Fundación Telesforo Bravo sobre distintos aspectos de la naturaleza y la cultura palmera, comienza contextualizando este tema controvertido, recordando que “a finales de los años noventa y principios del año 2000, un equipo de investigadores del departamento de Biología Animal de la Universidad de La Laguna, dirigidos por Aurelio Martín y Manuel Nogales, descubrieron dos nuevas especies de lagartos gigantes para Canarias: el Lagarto canario moteado (Gallotia intermedia) en Tenerife y el Lagarto Gigante de La Gomera (Gallotia bravoana)”.
Recalca que en estos casos se utilizaron medidas biométricas, se estudiaron las características de las escamas y emplearon técnicas moleculares de análisis de secuencias de ADN mitocondrial para su descripción científica. Estos hallazgos, además, “estimularon la búsqueda en La Palma de alguna población relicta de lagartos gigantes”. De alguna manera, encontrarlo sería como cerrar un círculo en las islas occidentales, dado que ya se habían localizado en El Hierro, La Gomera y Tenerife.
No obstante, a pesar de la existencia de zonas adecuadas y muy prometedoras para su existencia, los resultados fueron negativos para este grupo de investigadores. Recuerda que recorrieron la costa insular en barco, desembarcando en zonas acantiladas sin que dieran con nada. Así estuvieron durante un tiempo de dos años.
Medina critica que a raíz de una fotografía hecha en La Palma de un lagarto se considerara por descubierta esta especie, tal y como hizo público en 2007 un biólogo del Centro de Recuperación del Lagarto Gigante de La Gomera. Todo ello “sin cogerlo, hacer un análisis genético, el estudio de las escamas”, comenta el autor del artículo a este periódico, quien añade, que por la foto parece “un barbolete muy grande y nada más”. “Con una foto no se puede hacer una descripción de un bicho”. En esta línea añadió que fue a partir del registro fósil como se le dio un nombre.
En La Palma se han encontrado retos fósiles de lagartos de gran tamaño. El arqueólogo Jorge Pais ha dado cuenta de su presencia en algunos artículos y también los trabajos publicados en la revista de espeleología Vulcania. Su director, el entomólogo Rafael García Becerra, asegura que han encontrado restos hasta en ocho tubos volcánicos. De hecho, hallaron la que puede ser la mayor mandíbula de lagarto de Canarias, de unos 15 centímetros, que puede equivaler a un ejemplar de entre 1,30 y 1,50 metros. En Mazo, en la zona de Puente Roto, bautizaron una cueva con el nombre de los esqueletos, debido a la importante cantidad de restos de estos lagartos de gran tamaño que se encontraron.