conversaciones en los limoneros

“Aquí he tenido la suerte de tratar desde Stephen Hawking a Alicia Keys, pasando por Maná y Julio Iglesias”

Habla y escribe tres idiomas, el mejor el alemán, que aprendió durante sus seis años de residencia en Alemania, en Colonia, trabajando para una familia que había conocido durante su estancia en un hotel portuense
Toni Rodríguez Miralles, camarero políglota de Los Limoneros
Toni Rodríguez Miralles, camarero políglota de Los Limoneros
Toni Rodríguez Miralles, camarero políglota de Los Limoneros. Fran Pallero

Al principio dudé si Toni Miralles, que tiene una intensa vida de trabajo, pero fuera de los cometidos vamos a llamarlos propios de mis personajes, encajaba en esta galería. Pero me lo sugirió Mariano Ramos, quizá porque Miralles, que es camarero de Los Limoneros, se jubila este año. Habla y escribe tres idiomas, el mejor el alemán, que aprendió durante sus seis años de residencia en Alemania, en Colonia, trabajando para una familia que había conocido durante su estancia en un hotel portuense. Le dio tiempo de enamorarse de la hija de sus patronos y de volver a casa, pero soltero. José Antonio Rodríguez Miralles (Valle de Guerra, 1954) es todo un personaje e intentaré descubrirlo aquí para ustedes.

-Tú fuiste cocinero antes que fraile. Digo que empezaste imprimiendo carteles en Litografía Maype, fuiste empresario hostelero y del ocio y has terminado de camarero de esos que hablan idiomas.

“Mi vida ha sido intensa, no lo niego. Y estoy orgulloso de lo que he hecho, porque mis padres tuvieron que emigrar a Venezuela, éramos pobres y mis abuelos maternos nos metieron sus valores en el cuerpo, a mis hermanos y a mí. Yo soy el menor de cuatro”.

-Quisiste estudiar, pero fue imposible.

“Era mi meta, terminar una carrera. Pero no había medios, ni becas, ni nada. Y me metí en la hostelería porque ahí se ganaba dinero, coincidiendo con aquel magnífico desarrollo de Bajamar”.

-Y, andando los años, te convertiste en empresario.

“Conservo discos y muchos recuerdos de la discoteca Acapulco, que fundamos un amigo, un hermano entrañable que ya murió, Juan Suárez. Aquello fue un éxito. También abrí la Sayonara, con un primo mío, José Manuel Rivero. En total, 17 años en Bajamar y su zona de influencia y muchos buenos recuerdos”.

(Se casó con Luisa, tuvieron tres hijas, a las que adora, Dania, Laura y Silvia, se separó de su primera esposa y encontró una nueva pareja hace diez años, Marisol, con la que vive en La Laguna)

“He tenido suerte. La madre de mis hijas es una gran luchadora y mi actual pareja se ha adaptado perfectamente a mi vida y estoy muy contento. No es fácil, en esta profesión, conciliar la familia con el trabajo”.

-¿Qué significa para un profesional de esto lograr un puesto de trabajo en Los Limoneros?

“Mucho. Estamos ante el mejor restaurante de Canarias. Aquí no hay sino calidad. Mariano Ramos desafió a la crisis, no despidió a nadie, mantuvo una altura gastronómica extraordinaria, aún en tiempos muy malos, cuando todo se vino abajo en 2008 y así hasta hoy. Llevo quince años aquí y aquí me voy a jubilar, en septiembre”.

-Tú sabrás muchas cosas. Digo de lo que escuchas a los clientes.

“Nosotros tenemos los oídos cerrados y los ojos, igual. Ejercemos la discreción y respetamos lo que dice todo el mundo, sin participar en ello. Nuestra clientela es muy selecta. No hablamos sino cuando nos preguntan, aprendemos mucho de ellos, no intimamos con los clientes, mantenemos siempre la distancia. Este ha sido el lema de Mariano, que nos ha inculcado a los demás”.

-¿Y qué te parecen los que quieren romper España?

“Las políticas que rompen España, o que lo intentan, yo no las comparto para nada”.

-Fuera de tu trabajo. ¿Qué haces?

“Tengo dos aficiones: la música y el Tenerife. La verdad es que la música me ha dado más satisfacciones este año que el Tete. Que ha sido un desastre”.

-Tú tienes una colección de fotos muy interesante, posando con personajes que han visitado Los Limoneros. ¿Quién es tu favorito?

“Yo he servido o hablado con mucha gente. La lista de famosos sería interminable. Y es verdad que mi colección de fotos es toda una antología de visitantes ilustres y de clientes importantes, al menos para mí, aunque para nosotros todos lo sean. He servido a Stephen Hawking, a Alicia Keys, a Julio Iglesias. A Hawking lo atendí personalmente y accedió a fotografiarse conmigo. Y yo pensaba, ¿qué hace Toni Miralles junto a uno de los grandes sabios de la historia de la humanidad? Pero así fue”.

-Bueno, pues ya sabes que hay vida después de la muerte.

“Eso dijo él”.

-Recuérdame los tiempos de Bajamar y Tejina.

“Además de la discoteca Acapulco tuve el pub Ayatimos, la discoteca Sayonara y una cervecería que se hizo célebre, la Atlántida. Eran años pujantes para la zona, que luego se vino abajo, quizá con el crecimiento del Puerto, donde también trabajé”.

-¿Los Limoneros es una escuela?

“Los Limoneros es algo más que eso. Aquí se hace alta restauración. Respetamos y queremos al cliente y se practica la vieja cocina, marcamos la diferencia y trabajan con nosotros los mejores profesionales, los más cualificados, durante todos los días de la semana, incluyendo los domingos”.

Toni Rodríguez Miralles, camarero políglota de Los Limoneros
Toni Rodríguez Miralles, camarero políglota de Los Limoneros. Fran Pallero

-Tu trabajo te hizo vivir en el sur de Tenerife. Allí regentaste un restaurante.

“Sí, en Tamaimo, el Rincón el Palmero. Estuve nueve años en la zona. Pancracio Socas, aquel inolvidable alcalde, que era cliente mío, me quiso casi regalar unos terrenos para que montara un gran negocio, pero cogí miedo y no lo hice. ¿Qué si estoy arrepentido? No, no. Venir a Los Limoneros fue para mí otro regalo, la mejor decisión profesional que pude tomar, porque es a lo más alto que puede llegar un profesional”.

-Háblame de tu infancia.

“Fue dura, pero feliz. Teníamos con nosotros a nuestros abuelos maternos porque ya dije que mis padres, Porfirio y María Antonia, emigraron a Venezuela. Nos mandaban dinero para nuestra subsistencia. Mis abuelos maternos nos educaron en los principios de la gente de campo, humilde, y nos inculcaron los valores de la educación y el respeto. Mis padres se separaron y ella se quedó en Venezuela, donde murió. Mi padre falleció en la isla”.

-Y andando los años, en Colonia, ¿cuáles son tus recuerdos?

“Muy agradables. ¡Casi me caso allí! Pero vine a la boda de mi hermana y comprendí que aquí estaba mi vida. Corté amistosamente con mi novia y con mis patrones, que eran sus padres y me quedé en la Isla, a la que quiero tanto”.

-¿Te da pena retirarte?

“Sí, porque esta es una profesión a la que yo amo. Llega el tiempo de poner en orden los recuerdos, las fotos, la música, de escribir lo que he vivido para que otros lo disfruten y para dejar a mis hijas, plasmada en los papeles, la vida de su padre. No han sido fáciles los caminos a seguir, pero aquí estamos”.

-¿Es verdad que cantaste Macarena con Los del Río?

“No, no, pero sí los conocí y les he servido. Son muy simpáticos y ocurrentes”.

-¿Alguien te ha negado una foto?

“No, no, nadie. Incluso los de Maná, que provocan jaleo de fans allá donde van sus componentes, accedieron, gustosos. Es que en Los Limoneros no entra quienes no tienen que entrar y se respeta siempre la privacidad de los famosos. Y de los no famosos, de todos los clientes, porque para nosotros todos son iguales de importantes”.

-Has hablado de Mariano Ramos. ¿Es tu referente?

“Mariano es una persona muy especial. Ha creado empresas de distribución de vinos y de productos de la tierra, que llevan sus hijos. Ha conseguido el mejor restaurante de las Islas. Ha mantenido el tipo en épocas muy difíciles, sin despedir a nadie. Ha logrado trabajar la vieja cocina y que la gente pague con gusto por ella. Aquí no se trabaja sino con productos de la máxima calidad. Y ni siquiera en tiempos económicamente muy duros, sufridos por la sociedad canaria, ha bajado los brazos. Es un fuera de serie y lo digo con la autoridad que me da mi próxima jubilación”.

-Bueno, pues te llega la hora del descanso.

“No sé cómo lo voy a llevar. Yo tengo la vida resuelta. Vivo con mi pareja en un piso de La Laguna, que compré hace años, veo crecer a mis hijas y grabo música para los amigos. La música es parte de mi vida. Pero nada de estridencias: boleritos, baladas y cosas agradables. Y también e encanta leer. Todo lo que llega a mis manos”.

-Final feliz, Toni.

“Eso espero, aunque lejos de la lubina a la sal, del steak tartar, de nuestra famosa ensalada de angulas (para quien se la pueda permitir), de los creps y de otros platos más sencillos que piden nuestros clientes. Como uno que yo me sé (soy yo, que conste), que pide con frecuencia unos huevos fritos con papas fritas porque dice que son los mejores del mundo”.

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