sucesos

Bar, burundanga y cajeros: la ruta de Natalia para robarle 40.000 euros a su abuelo y seis hombres más

Seleccionaba a sus víctimas minuciosamente, quedaba con ellas y les suministraba sigilosamente una dosis de escopolamina para que no se acordaran de nada al día siguiente
Natalia, luciendo gorro invernal. La reina de la burundanga. El Español
Natalia, luciendo gorro invernal. La reina de la burundanga. El Español
Natalia, luciendo gorro invernal. La reina de la burundanga. El Español

Natalia Torices González, de 24 años, es adicta al póker y al dinero, si bien, solo le interesa el de los demás, ya que el pasado mes de enero fue detenida por drogar con burundanga a siete hombres de su entorno, incluido su abuelo, de 90 años, para robarles con mayor facilidad una cantidad de dinero que ronda los 40.000 euros, según informó El Español. Ahora permanece en una prisión de León.

Su vida era tranquila hasta el día de su detención y entrada en la cárcel, donde no ha dejado de jugar al póker. A Natalia también se le da bien el fútbol sala, llegando incluso a la selección Regional Femenina de fútbol. Además, era muy buena estudiante y lo tenía todo para triunfar en la vida.

Sus familiares y amigos desconocían la parte oscura que habitaba en su interior, su adicción al poker. Pasaba horas y horas jugando y parece ser que gastaba ingentes cantidades de dinero en su práctica favorita.

El método de Natalia

La escopolamina, conocida popularmente como burundanga, era su principal y peligrosa ‘herramienta de trabajo’ cuando sus cuentas flaqueaban. Los efectos de esta droga provocan sumisión total de la víctima, ya que anula la voluntad de la misma. Es más, ingerida en dosis altas puede provocar la muerte.

Teniendo esto en cuenta, Natalia se valió de la mencionada sustancia para llevar a sus presas hasta el cajero y robarles allí, entre el desconcierto inducido, ya fueran amigas cercanas o incluso su abuelo. Normalmente quedaba con ellos en un bar y allí les suministraba la dosis de burundanga en sus respectivas bebidas. Al día siguiente, ninguna de las víctimas se acordaba de nada.

Puedes leer este reportaje completo en El Español.

 

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