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Catalina, fusilada por los franquistas en 1936, fue hallada junto al sonajero de su bebé de ocho meses

"Estaba tan nuevo que no parecía de la Guerra Civil", detalló el arqueólogo Alfredo González-Ruibal
Fosa común. Araken Memoria
Fosa común. Araken Memoria
Fosa común. Araken Memoria

“Estaba tan nuevo que no parecía de la Guerra Civil”. El arqueólogo del CSIC Alfredo González-Ruibal explicó de esta manera el hallazgo del cuerpo de Catalina Muñoz, de 37 años, en una fosa común. Esta mujer fue asesinada a sangre fría en 1936 en Palencia por estar casada con un hombre relevante para el bando republicano. Tenía cuatro hijos y el más joven, un bebé, tenía solo ocho meses en el momento de la ejecución de su madre.

Esta historia publicada hoy por El País nos encoge el corazón a todos y nos muestra una vez más el horror de la guerra. Han pasado ochenta años desde el fusilamiento de Catalina, que fue encontrada en una fosa común en La Carcavilla, donde hoy se encuentra un parque infantil.

“La arqueología de la Guerra Civil puede proporcionar información valiosa sobre aspectos que han quedado sin tratar en la historiografía y que tienen que ver con la vida cotidiana, la historia cultural de los objetos, episodios bélicos olvidados y la violencia política que quedó oculta por la dictadura”, detalló González-Ruibal en su conferencia de prensa, celebrada el pasado 9 de abril en el Museo Arqueológico Nacional.

El objetivo Alfredo González-Ruibal en todo este tiempo ha sido aproximar a la sociedad actual al conflicto que dividió al país “a través de diez objetos recuperados en excavaciones y exhumaciones arqueológicas durante la última década y que cuentan una historia diferente”.

Aquel niño, que ahora tiene 83 años, ha sido contactado por el equipo de arqueólogos que encontró su sonajero entre los restos de su madre y explicó que no quería saber nada. En palabras de González-Ruibal: “Eso es lo mas terrible de la historia. Que la guerra fue hace 80 años pero sus efectos siguen aquí, hoy”.

 

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