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Edith Padrón (ULL): “Hay que visibilizar el trabajo de las mujeres en la ciencia, porque lo que no se ve no existe”

Profesora titular de Geometría y Topología de la Universidad de La Laguna (ULL) e investigadora en el ámbito de la mecánica geométrica, Edith Padrón es una de las impulsoras del proyecto Nosotras hacemos ciencia, para visibilizar el trabajo de las científicas de la ULL
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Por Lidia Pestano

Profesora titular de Geometría y Topología de la Universidad de La Laguna (ULL) e investigadora en el ámbito de la mecánica geométrica, Edith Padrón es una de las impulsoras del proyecto Nosotras hacemos ciencia, para visibilizar el trabajo de las científicas de la Universidad de La Laguna. A lo largo de esta entrevista desgrana las principales desigualdades a las que se enfrentan las mujeres científicas, tanto en el acceso a la carrera profesional como en su desarrollo. Pone en evidencia la escasa presencia en la educación de las mujeres científicas y, por tanto, la falta de referentes para las chicas, así como la escasa o nula perspectiva de género en el diseño de los textos. En su abultado currículum destaca como miembro de la red nacional Geometría, Mecánica y Control y por su labor, de 2005 a 2009, como presidenta de la Comisión Mujeres y Matemáticas de la RSME (Real Sociedad Matemática Española), así como por diversas publicaciones, tales como la biografía de Emmy Noether.

-Como parte del equipo que ha impulsado el proyecto Nosotras somos ciencia de la Universidad de La Laguna, en coordinación con el Cabildo de Tenerife y el Ayuntamiento de La Laguna, ¿nos podría describir sus objetivos y qué actividades se han desarrollado y se están desarrollando en el marco de este?
“El proyecto tiene sus orígenes hace tres años, cuando empezamos a desarrollar unas actividades en torno al Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia. La idea era visualizar el trabajo que hacemos las mujeres en la ciencia. Este año hemos dado un salto cualitativo elaborando numerosos materiales. Entre ellos, una serie de paneles que recogen parte de la investigación que desarrollan algunas mujeres científicas en la Universidad de La Laguna. Por otro lado, hicimos material didáctico para Secundaria, para que el profesorado pudiera trabajar en los centros aspectos relacionados con mujeres científicas a lo largo de la historia, qué tipo de investigaciones han desarrollado y cuáles han sido sus resultados. Además, algunas de estas investigadoras han impartido charlas divulgativas en los centros educativos donde se visualiza que nosotras hacemos ciencia, como dice el título del proyecto. Aprovechamos estas charlas también para mostrar el tipo de investigación que hacíamos de forma muy atractiva, para hacerles ver, sobre todo a ellas, que es posible y evitar que no se atrevan a emprender esta carrera por pensar que es muy difícil”.

-¿Qué les diría a todas las personas que piensan que no hay que hacer un esfuerzo extra para visibilizar a la mujer en la ciencia?
“Yo siempre pienso que para obtener la igualdad lo primero que tiene que ocurrir es que la visualización sea la misma y, desgraciadamente, no lo es. Lo que no se ve no existe para las personas. Hay un principio matemático llamado racionalidad miope, estudiado en teoría de juegos, que demuestra que lo que no se ve no existe. Por eso es importante que mostremos a la juventud que existen mujeres que se dedican a la ciencia, para que ellas puedan seguir su ejemplo. Si no ven esos referentes, no pensarán en dedicarse a la ciencia. Los hombres sí los tienen y, por tanto, encuentran natural que puedan dedicarse a la ciencia o no. Las mujeres, en cambio, solo tienen referentes masculinos”.
-Este año ganó el considerado Premio Nobel de Matemáticas, premio Abel, Karen Uhlenbeck, la primera mujer en la historia de estos galardones. ¿Considera que se está notando el cambio sobre la percepción del ámbito científico de las mujeres?
“Sí, pero muy lentamente. El premio Abel lleva solamente 16 años, en los cuales no se le había otorgado a ninguna mujer. Yo creo que no hay razones para que no haya habido ninguna mujer antes. La situación se normalizará cuando no hablemos de esto, es decir, cuando no digamos que es la primera mujer que alcanza esto, cuando sea normal que podamos esperar que la gane un hombre o una mujer. Para eso se necesita tiempo. Para todas ha sido una alegría, porque, además, esta matemática no lo tuvo fácil. En su vida tuvo que luchar contra ciertos prejuicios para alcanzar la carrera y la celebridad que hoy tiene en el mundo de las matemáticas”.

-¿El material curricular de los centros educativos visibiliza a las mujeres científicas? ¿Por qué?
“No. Normalmente a las mujeres científicas se les agrega como algo extracurricular dentro de actividades externas que hacen profesores y profesoras. No solamente no se muestra la trayectoria y aportaciones de estas mujeres, sino que dentro del diseño del material curricular ordinario los planteamientos o problemas matemáticos están diseñados desde el punto de vista masculino, con supuestos, que por motivos psicológicos, sociales o culturales atraen más a los chicos que a las chicas. Que reflejen temas más cercanos a los intereses de ellas también ayudaría a incrementar el interés de las estudiantes por las ciencias”.

-¿Que hace que las mujeres opten menos por las carreras de ciencia, además de que no tengan referentes?
“Creo que a las mujeres nos gustan mucho más en general la colaboración que la competitividad y algunas carreras científicas, como las ingenierías, son muy competitivas y las mujeres no se encuentran tan cómodas en ese ambiente y piensan que no podrán ejercer su profesión. Uno de los retos que tiene la ciencia es cambiar este sentido competitivo hacia un sentido colaborativo. Como está diseñada la ciencia, necesita que convirtamos el trabajo científico en trabajo colaborativo, en donde los egos no importen, sino los resultados del trabajo del equipo de investigación. Desgraciadamente, en algunos ámbitos eso no es así. En el de las matemáticas, que es donde yo me encuentro, sí es paritario. Sin embargo, cuando tienen que decidirse por una carrera científica, las mujeres no lo hacen. Entre otras razones, porque la carrera científica no está diseñada para conciliar tu vida familiar. Desde el momento en que eres madre se rompe el avance de la carrera científica, y luego recuperarlo es casi imposible”.

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-Parte del proyecto se dirige precisamente al alumnado de Secundaria, con talleres científicos, propuestas y material didáctico de apoyo al profesorado, además de charlas. ¿Qué acogida han tenido estas actividades por parte del personal docente y del alumnado?
“Yo creo que muy buena. Por ejemplo, en el caso de las charlas en los centros, que impartimos 12 matemáticas de la ULL, tuvimos más de 70 peticiones. No pudimos cubrir toda la demanda, pero la experiencia fue fantástica. En mi caso, vi a alumnos y alumnas entusiasmadísimos, descubriendo además unas matemáticas diferentes y divertidas. También el material docente que hemos elaborado ha tenido una gran acogida. Está abierto y disponible para que la gente lo pueda descargar en cualquier momento en la web de Nosotras hacemos ciencia de la ULL y además lo tenemos físicamente. Hace poco abrieron una entrada hablando del mismo en el blog de Mujeres con ciencia y tuvo un éxito estupendo. Organizamos también una mesa redonda en el Paraninfo con muchísima asistencia. En resumen, podemos decir que en general la acogida ha sido muy positiva, tanto por parte del alumnado y el profesorado como de todo el mundo”.

-Tenemos entendido que este proyecto, además, tiene un marcado carácter colaborativo. ¿Quiénes han hecho posible Mujeres hacemos ciencia?
El impulso inicial fue de las personas de la biblioteca de la Facultad de Física y Matemáticas. Ellas (son esencialmente mujeres, aunque también hay algún hombre) son el verdadero alma de este proyecto. Además, se sumaron una serie de investigadoras que dirigen proyectos de investigación o que estaban dispuestas a impartir talleres o charlas, y se implicó también personal administrativo. La administrativa de mi departamento escribió una obra que implicaba a varias mujeres científicas e hicimos una pequeña representación con el grupo de teatro de Filología. Con esta pieza nos gustaría el año que viene realizar un concurso en los centros educativos. Por supuesto, la Universidad y el Cabildo participaron en todo esto, también la Fundación Universidad con la gente de Ciencia ULL”.

-¿Cree que se producen también aprendizajes a nivel interno, entre la propia comunidad investigadora que ha participado o conocido el proyecto?
“Sí, yo creo que sobre todo ha abierto conciencia, que a veces es lo más preocupante, que haya gente que no tenga conciencia de que efectivamente hay ciertas desigualdades. Entonces, una de las cosas importantes es que ha abierto conciencia y ha creado también grupos de trabajo para impulsar esa visualización. Hay mucha gente que se ha dado cuenta de que esto puede ser una buena plataforma para impulsar el trabajo que hacen las mujeres científicas en esta universidad o en cualquier otro ámbito”.

-¿Cree que el movimiento 8-M y todas estas olas del feminismo están propiciando que se tenga mayor interés por estas cosas?
“Sí. Aunque en este momento estamos en una situación un poco más conflictiva, porque se pueden revertir los derechos que se han conseguido, y esto es importante mantenerlo y defender ese movimiento en el que todas hemos sentido que ya no hay vuelta atrás. Estamos en un buen momento que permite que estos proyectos tengan una mayor difusión, pero hay que tener cuidado, porque esos buenos momentos pueden desaparecer”.

-¿Qué más habría que hacer para acabar con la brecha de género en la ciencia?
“Hay mucha gente que está pensando y trabajando ahora en eso. Un grupo de mujeres estamos trabajando ahora con la Real Sociedad Matemática Española en un libro blanco sobre cómo afectan las desigualdades de género en el ámbito de las matemáticas. Estamos repensando cuáles pueden ser las medidas que se han de proponer al Ministerio para el futuro. Hay que buscar ideas imaginativas y no tan imaginativas, ideas que se están desarrollando en algunos países y que tienen cierto éxito. Sobre todo, hay que cambiar determinadas actitudes. Por ejemplo, que en un currículo se pueda especificar que no se han podido hacer estancias en el extranjero o viajar durante un periodo por maternidad y que no vaya en detrimento de tu carrera profesional. Estamos tratando tanto lo relacionado con la carrera científica como las vocaciones científicas en los centros de Secundaria. En este aspecto proponemos trabajar con las editoriales la idea de que no solo incluyan mujeres en su currículo, sino que también le den a los textos una visión de género para que las mujeres se acerquen a la ciencia y a la tecnología. Desgraciadamente, las mujeres tampoco se acercan a la tecnología. Yo he tenido clases de ingenierías con casi 200 alumnos y solo cuatro mujeres. Eso tiene que cambiar, porque no hay razones para que las mujeres no cursen Ingeniería. Hay que incentivar que más mujeres cursen Ingeniería y también hay que cambiar en el otro sentido, que los hombres no se alejen de carreras científicas relacionadas con la salud y los cuidados. Ellos se están perdiendo ese ámbito”.

*ENTREVISTA CEDIDA POR EL ÁREA DE IGUALDAD DEL CABILDO DE TENERIFE

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