la laguna

Aguere rinde pleitesía a su Cristo

El obispo emérito de Albacete, Ciriaco Benavente, destacó ayer durante la solemne eucaristía en la Catedral que la cruz “es la revelación del amor más grande de Dios”
Las Fiestas del Cristo de La Laguna se preparan para volver con todo su esplendor
El día grande las Fiestas del Cristo de La Laguna arrancó esta mañana. | FOTO: Sergio Méndez

El buen tiempo acompañó ayer en la celebración del día grande de las Fiestas del Cristo de La Laguna, jornada en la que cientos de fieles volvieron a reencontrarse, como cada 14 de septiembre, con la santa imagen en los diferentes actos religiosos que tuvieron lugar.

Como es tradición, la celebración arrancó, a las 10.00 horas, con la procesión cívico militar del pendón real de la ciudad desde las Casas Consistoriales hasta la Catedral, con la asistencia de las primeras autoridades civiles y militares. Una hora después, el representante de la Casa Real, cargo que este año ostentó el alcalde de La Laguna Luis Yeray Gutiérrez, acompañado del Esclavo Mayor, Francisco Doblas González de Aledo, fue recibido en la puerta de la Catedral por el obispo de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez.

Seguidamente dio comienzo la celebración solemne de la eucaristía, presidida por el obispo, con homilía a cargo del obispo emérito de Albacete, monseñor Ciriaco Benavente Mateos, y cantada por el coro del Orfeón La Paz.

En este día en el que la Iglesia celebra la exaltación de la Santa Cruz, monseñor Benavente destacó la importancia del significado del madero en un punto que busca, principalmente, la autosatisfacción. “El crucificado es expresión del dolor, la injusticia, del mal, del pecado, en definitiva. Pero también es manifestación del amor, tanto del Hijo al Padre, como de Cristo por los hermanos. Hoy día, los sociólogos nos hablan de lo que han venido a denominar como el hombre desvinculado. Un ser humano que rinde culto al hedonismo. ¿Qué pinta la cruz en todo esto? La cruz tiene una sabiduría escondida. Es la revelación del amor más grande de Dios”, sostuvo, según informó el propio Obispado a través de su portal Nivariense Digital.

Benavente profundizó en cómo la contemplación de Cristo herido y ultrajado muestra el camino hasta donde Dios es capaz de bajar para elevar al hombre. “Cuando contemplamos a estas imágenes tan bellas del Cristo, que nos entran por los ojos y nos llegan al corazón, debemos recordar que la cruz es la expresión del amor supremo. El Cristo que existe ahora es el resucitado, no el de la cruz. Sin embargo, seguimos venerando la cruz porque es el precio de nuestra redención. Que nunca se nos olvide que en sus miembros, Cristo sigue sufriendo”.

Al hilo de esta idea, el prelado finalizó su intervención señalando la importancia de la cruz en la actualidad: “La cruz está hoy en los miembros sufrientes de Cristo. En los ofendidos, abandonados y oprimidos. Ahí es donde la Iglesia ha de hacerse presente. No podemos caer en querer besar a Cristo pisando los pies del crucificado”.

Terminada la celebración, tuvo lugar la solemne procesión de retorno de la venerada imagen del Cristo a su santuario. A su llegada a la plaza del Cristo, antes de entrar en el templo, tuvo lugar un desfile militar ante ante la imagen, presidido por el representante de la Casa Real.

La jornada de celebración continuó por la tarde, con la celebración, a las 19.00 horas, de una misa de campaña en el atrio-plazoleta que precede al santuario, presidida por Víctor Manuel Oliva García, ecónomo diocesano y párroco de San Benito y San Lázaro, y cantada por la Agrupación Musical Achamán, Jóvenes Sabandeños.

A su término, el Cristo recorrió en procesión las principales calles del centro de la ciudad, visitando también los conventos de las monjas clarisas y catalinas, y a su vuelta a la plaza del Cristo, la imagen se colocó para contemplar la tradicional exhibición pirotécnica de los Fuegos del Risco. El broche final.

Día de fiesta por el Cristo declarado desde hace ya 412 años

El día grande de las Fiestas del Cristo de La Laguna cumplió ayer su 412 aniversario, desde que, en 1607, los Señores de Justicia de la Isla declarasen el 14 de septiembre día de fiesta, motivado por los milagros que obraba el Cristo, según el libro El Santísimo Cristo de La Laguna, Historia, Fiestas y Tradiciones, de Domingo García Barbuzano.

Con los años, el encargado de llevar a buen cauce los festejos sería un caballero notable, elegido cada año por los religiosos del convento de San Francisco, figura que desaparece con la fundación de la Venerable Esclavitud en 1659, y a partir de 1926 se encargan los actos populares al Ayuntamiento

TE PUEDE INTERESAR